¿Una baja más?

¡Chin! ¡Chin! ¡Chin!
Aquí va el soldado muerto.
¡Chin! ¡Chin! ¡Chin!
De la calle lo trajeron.
¡Chin! ¡Chin! ¡Chin!
El soldado es lo de menos.
¡Chin! ¡Chin! ¡Chin!
Que más soldados tenemos…
(Del poema «Soldado muerto», de Nicolás Guillén)

Esta mañana tuve la visita de dos conocidos amigos de la adolescencia. Evangélicos como yo, miembros de otras iglesias vecinas, los hermanos Mesa Rodríguez: Ramón Osmundo y Alexander. Coincidimos hace unos días en la inauguración de la Biblioteca Independiente Gustavo Arcos Bergnes, me manifestaron entonces su deseo de visitarme con el propósito de que sostuviésemos una conversación muy seria. Por supuesto que concertamos la cita y les esperé en mi casa.

Los jóvenes acaban de realizarme dos revelaciones sorprendentes que a su nombre transmito a la comunidad nacional e internacional. Les motivó acudir hasta mí el revuelo de mi tweet del 5 de mayo en el que daba a conocer en mi cuenta @maritovoz, la noticia de la paliza propinada a EL ESTUDIANTE, antes de su muerte. Indirectamente lo que me transmitieron guarda su relación con aquellos hechos al colocar nuevamente la mira sobre la Policía Nacional Revolucionaria (PNR).

Ramón Osmundo y Alexander

Ramón Osmundo y Alexander

Ya en post anteriores realicé referencias a los supuestos suicidios de algunos policías villaclareños durante el mes de mayo. El caso más divulgado tal vez haya sido el del agente Alexis Herrera Rodríguez que según rumores generalizados en Santa Clara condujo el auto policial donde fue trasladado Juan Wilfredo Soto García hacia la 3ra Unidad de la Policía Nacional Revolucionaria (PNR) el jueves 5 de mayo, día en que este fue golpeado. Fuentes que solicitaron el anonimato, por miedo a que se tome represalia con su persona y familiares, afirman que este oficial fue llamado por sus superiores en horas de la madrugada del domingo 8 de mayo, para que declarara su participación en los sucesos, posteriormente, ese mismo día (Día delas madres, y de la sepultura de Soto García), fue vuelto a llevar en un auto con el pretexto de que tenía que corregir faltas de ortografías en su declaración, al parecer referente al hecho antes mencionado. Al regresar a su domicilio se disparó en la cabeza lo cual le produjo la muerte el viernes 13 de mayo.

DOCUMENTO DE AFILIACIÓN DE ALDO ENRIQUE A LA ORGANIZACIÓN COMITIVA DE SAN PEDRO

DOCUMENTO DE AFILIACIÓN DE ALDO ENRIQUE A LA ORGANIZACIÓN COMITIVA DE SAN PEDRO – Seleccione para ver

Apenas unos días después, el 20 de mayo, en el poblado de San Antonio de las Vueltas, a unos treinta y cinco kilómetros de Santa Clara, aparecía ahorcado en su vivienda otro agente del orden. Se trataba del Primer Sub Oficial Aldo Enrique Vázquez Enrique. Una de las sorprendentes revelaciones que venían a realizarme Ramón Osmundo y Alexander estaba relacionada con este policía. La otra me revelaba la existencia de una organización fraterno-cristiana fundada y dirigida por ambos denominada «Comitiva de San Pedro». A petición de mis visitantes publico una demanda popular de dicha organización y con la cual públicamente se dan a conocer, me han solicitado ayuda para esto y pienso que para que se comprenda toda la esencia de sus revelaciones es necesario publicarla para que se comprenda la naturaleza pacifica y cívica de su organización de inspiración evangélica; aunque no formo parte de ella, porque además me acabo de enterar de su existencia, hasta ahora existía clandestinamente en el anonimato, sirva también para motivar la afiliación de quienes se sientan identificados.

Pues bien, lo sorprendente aquí estriba en que el policía Aldo Enrique, quien se relacionaba con Ramón Osmundo y Alexander, y evidentemente impactado con los sucesos relacionados a la muerte de EL ESTUDIANTE y al suicidio de Alexis Herrera Rodríguez, decidió integrar filas en la «Comitiva de San Pedro». Fue una evolución personal de años la que le llevó a tomar tal seria determinación. Su integración a esta organización se efectuó el 15 de mayo y está constatado en el documento original en manos de Ramón y Alexander quienes me han solicitado la publicación de su digitalización. Ellos afirman sus dudas acerca del suicidio de su amigo Aldo Enrique quien además, según me han referido, les manifestó a ellos, al parecer inquieto por sus relaciones cada vez más tensas para con sus superiores, la posibilidad de alguna represalia sobre su persona a la vez que eliminaba cualquier posibilidad de atentar contra su propia vida.

Ramón Osmundo y Alexander, a la vez que se responsabilizan completamente con la integridad de estas declaraciones que me han pedido transmita, a lo que he accedido dada la seriedad de sus revelaciones, advierten que cualquier situación negativa que les suceda será responsabilidad de los interesados en que estas informaciones no sean divulgadas. Ellos exigen una investigación rigurosa respecto a la muerte de Aldo Enrique y afirman que como en su momento el agente les manifestó, y dada la naturaleza cristiana de la organización que representan y de la que el fallecido también formó parte, están en contra del suicidio.

Conozco a Ramón y a Alexander desde hace años. Especialmente con el primero he departido de manera especial puesto que somos contemporáneos, doy fe de su conversión cristiana de la que fui testigo cuando coincidimos, no solo en las iglesias, sino como buenos compañeros en el preuniversitario. No se trata de extraños que han llegado hasta mi casa con una historia inverosímil sino de amigos con una carga que ya les estaba siendo muy difícil sostener. Nuevamente Dios me ha puesto en la difícil disyuntiva de dar a conocer información de carácter muy polémico, o callar. Aprovecho para responsabilizar también al régimen cubano por cualquier suceso que me pudiese suceder, a mí o a mi familia, y reitero mi denuncia por el incesante entremetimiento de la Seguridad el Estado en mis actividades pastorales, aún cuando, ellos lo saben, mis manos se encuentran abiertas incluso para ellos, para quienes también cultivo, como Martí, una rosa blanca.

Pbro. Mario Félix Lleonart Barroso

ANEXO

«Cuba para Cristo»
Demanda Popular de la organización fraterno-cristiana «Comitiva de San Pedro»

Al Primer Secretario del Partido Comunista de Cuba, al presidente de la Asamblea Nacional del Poder Popular, a todos los miembros del Consejo de Estado y del Consejo de Ministros, a todos los funcionarios de Cuba que presiden o dirigen en instancias subordinadas a las ya mencionadas: solo la noble causa que inspira este documento libera nuestras almas del temor a profanar con la pluma a un hombre cuya pulcritud nos obliga a citar siempre su nombre solo cuando sintamos en nuestro pecho la devoción sincera que él llevó en el suyo: José de la Luz y Caballero. El gran pedagogo cubano de quien se conocen sentencias donde se enseña que la juventud ha de preocuparse mucho por sentir el estudio como una religión, que la escuela ha de templar el carácter de los maestros con la ayuda de la religión y la moral, que «instruir puede cualquiera, educar, solo quien sea un evangelio vivo». De aquí resulta la claridad con que ha de verse que no es un espíritu inquieto y en busca de protagonismo político, el que alienta y estimula a Ramón Osmundo Mesa Rodríguez y Alexander Mesa Rodríguez, ambos vecinos de Lino Pérez #216, Camajuaní, Villa Clara, miembros de la organización fraterno cristiana «Comitiva de San Pedro» así como a todos quienes como nosotros coinciden en los propósitos de esta demanda. Tampoco nos motiva la venganza irracional y fratricida que vio en el apoyo de estos tiempos favorables la gran oportunidad para evacuar rencores comprimidos. Como mucho menos ha de interpretarse nuestra conducta queriendo ver en ella apegos disimulados a un modelo de gobierno en específico, ya que es así como algunos de ánimo tenebroso conciben en Cuba nuestra digna e irreprensible fe cristiana.
Por tanto:

Considerando: Que la educación se elevará siempre gradualmente en humanidad y solidez moral según crezca su capacidad de ceñirse a las doctrinas de Jesucristo;

Considerando: Que la educación cristiana capacita y perfecciona al hombre integralmente como hijo de Dios, el amor a la naturaleza y el amor a su prójimo, dentro del cual se expresa el amor a la patria.

Considerando: Que es el propio hombre quien humaniza y deshumaniza su entorno según sea su motivación, en todas las diversificaciones para amar o aborrecer el bien.

Considerando: Que el derecho y el deber que posee la iglesia para la enseñanza y la educación la capacitan para ello.

Considerando: La labor educadora que entraña la evangelización de la cultura y la inculturación de la fe cristiana, puesto que una cultura que carezca de la sabia vivificadora de la espiritualidad cristiana, es una cultura muerta y bestializada y una fe que no se vuelve cultura no ha sido ni fiel, ni digna, ni genuina, ni sinceramente experimentada y recibida.

Considerando: El derecho inalienable de cada familia y cada padre de educar a sus hijos eligiendo libremente el sistema pedagógico en el cual estos han de formarse como seres sociales que son y recibiendo del estado una colaboración subsidiaria sin que este se sienta con derecho a ser su único gestor y organizador.

Considerando: Que nadie tiene el derecho a marcar, acuñar o predeterminar la vida de nadie, es decir de su prójimo, aun cuando provea los medios para la educación de este.

Considerando: Que quienes por medio de esta propuesta pacifica cristiana y respetuosa le hacemos al gobierno cubano la demanda de que respete los derechos de su pueblo, anteriormente expresados en los aspectos precedentes, hacemos manifiesto nuestro desacuerdo con el modo en que hasta hoy el Partido Comunista y su gobierno han tratado a la Santa Iglesia de nuestro Señor Jesucristo.

Demandamos: Que todos los niveles e instancias del estado cubano respeten, ya que está claro que no desean colaborar, el derecho de la Iglesia para establecer, promover y estimular instituciones docentes, educativas, recreativas e informativas como emisoras de radio, canales televisivos, órganos de prensa, literatura y medios informáticos por medio de los cuales nuestra sociedad llegue a experimentar una genuina evangelización de su cultura con la consecuente humanización de sus miembros.

Demandamos: Que el gobierno Comunista de Cuba, en todos sus niveles, además de no impedir ni intervenir en nuestra sociedad respecto al establecimiento de escuelas, guarderías, imprentas, periódicos, revistas, librerías, bibliotecas, centros recreativos e informáticos todos de naturaleza e índole cristiano respeten en cada hogar el derecho de cada padre para elegir autónomamente el sistema pedagógico y el ambiente docente en los cuales han de educarse sus hijos.

Confiamos absolutamente en el que el amor de Dios y la gracia de nuestro Señor Jesucristo fortalecerá con su espíritu nuestra conciencia colectiva, construyendo en nuestra sociedad una cultura cristiana.

¡Hagamos mas humana nuestra vida social mediante el progreso de nuestras costumbres e instituciones!

¡Por la evangelización de nuestras costumbres, luchemos por una Cuba que avance con Jesucristo siempre! Amén.

Entonemos todos juntos con alegría fraternalmente el himno de «Cuba para Cristo»
Fraternalmente:

Ramón Osmundo Mesa Rodríguez (Director general)
Alexander Mesa Rodríguez (Coordinador General)