El sentido de nuestro regreso

Junto a ABeC

Junto a ABeC

En pleno concieto de ABeC

En pleno concieto de ABeC

En pleno concierto

En pleno concierto

Ya el verano terminó, y la cosecha llegó a su fin, pero nosotros seguimos sufriendo (Jeremías 8.20, Traducción en Lenguaje Actual).

Contra muchos pronósticos la pequeña delegación de nuestra iglesia que visito USA por un mes aterrizaba de vuelta a Cuba el pasado 6 de agosto. En verdad no podemos dárnoslas de superhéroes. Éramos conscientes de que nuestra acción de volver se equiparaba a descender a los infiernos mismos: para empezar nos aguardaba el calor asfixiante sin los oasis de los aires acondicionados, comenzando por el aeropuerto “Abel Santamaría” de Santa Clara; las enfermedades como dengue o cólera en su apogeo, y el ebola amenazante; las carencias de todo tipo, la desidia casi generalizada, el desorden y falta de higiene reinantes, la corrupción evidente comenzando por quienes debían combatirla, la mentira como discurso oficial a través de una propaganda tan abundante como ridícula, como para acentuar el “dime de qué alardeas y te diré de qué careces”, la desconexión a internet y los obstáculos, censura y espionajes a cualquier modo de comunicación … Todo esto, y más, lo hemos sufrido, junto al resto de nuestro pueblo cubano, mientras es harto conocido que la elite que desgobierna vive a sus anchas en sus propias mansiones, vacacionando en hoteles de lujo en escenarios paradisiacos como su fastuosa cayería norte, o en cualquier rincón del planeta, jugando golf o disfrutando de sus yates, sus áreas reservadas y sus cotos de caza, por supuesto con total protección contra las epidemias que azotan a la plebe y con una alimentación de reyes. Es la triste y contrastante realidad en este archipiélago donde un feudo lo controla todo, ahora en su peor fase, la de intentar transmutar, con ayuda de cuanto cómplice sea posible en el mundo.

Cuando trato de explicarme a mí mismo el por qué de nuestro regreso no titubeo en explicarlo más que nada en que se trata de un acto de fe y de obediencia a Dios, una ofrenda en sacrificio vivo a El que nos dio el ejemplo a través de la kenosis (encarnación) de Jesús, quien por cierto, detrás de su vida terrena, su vía crucis y su crucifixión, según las Sagradas Escrituras, descendió literalmente a los infiernos para predicar a los espíritus encarcelados. Además de la palabra empeñada a quienes nos extendieron la visa, compromisos de trabajo, relaciones afectivas, y todo lo demás que no negamos que también, a pesar de todo, nos atrae como un imán, es el ejemplo dado por Dios mismo, y el compromiso con El, el más interesado en que esta torcida realidad se transforme, lo que logró el milagro de nuestro regreso. Y debo decir que sí, que a pesar de toda esta zozobra que sufrimos, hemos sentido en muchas ocasiones por estos días la indecible satisfacción de estar y actuar paleando la miseria en esta absurda realidad. Dos escuelas de verano y dos días de festivales juveniles, auspiciados todos por el Instituto Patmos en el que trabajamos en el centro de la isla, lo han conseguido. Los escenarios han sido las comunidades donde se enclavan las iglesias bautistas “Resurrección” y “Eben Ezer”, en Rosalía y Taguayabón, respectivamente. En ello se ha ido la mayor parte de nuestras energías y recursos.

El 18 y 19 de agosto tuvo lugar la escuela de verano en Rosalía, y del 21 al 24 en Taguayabón. En Rosalía el tema principal y nuestra oración fue la paz en el Medio Oriente, especialmente en Jerusalén, y además del estudio de la Biblia en textos centrales como el Salmo 122 y Mateo 23.37, utilizamos como materiales auxiliares el documental “Bridge over the Wadi” del proyecto de cine de la “Rabinovich Foundation” producido por Heymann Brothers Films (Tomer y Barak Heymann), anuncios públicos de los treinta artículos de la Declaración Universal de los Derechos Humanos y el video musical “United” producidos por “Youth for Human Rights” y “United for Human Rights”, materiales del Centro Simon Wiesenthal, y la música usada proveniente totalmente de los tres álbumes “Israel” producidos por los hermanos Alejandro y Arturo Allen para Luz Records, incluyendo el video clip del tema “Amén” de Jonathan Settel con la participación de Marcos Vidal en el papel del mesías, dirigido por Boris Dedenev y producido también por Arturo Allen. Tan intensas fueron nuestras oraciones y estudios que no nos sorprende que judíos y palestinos hayan firmado ahora una tregua duradera. Por supuesto pensar en el conflicto israelo-palestino no nos evadió de nuestras propias realidades y también fue por ello que oramos con intensidad por Cuba precedidos por algunos fragmentos de la película “Conducta”, contundente y reciente fenómeno de masas en la isla que descarnadamente nos desnuda. Era conectar los dos puntos geográficos conectados y hacer honor a la predica que me había conducido por USA unas semanas atrás: “De lo último de la tierra a Jerusalén”. En Taguayabón durante el día compartíamos estos mismos materiales a todos los que nos visitaban, incluyendo personas de lugares tan distantes como Guayos, en Sancti Spiritus, o Camagüey, o de más cercanos como Vueltas, especialmente de su agrupación “Cristianos por Cuba”; y durante la noche, especialmente para niños, se implementó, de Life Way, y de la “Alianza Pro evangelización del Niño” la escuela bíblica “Buscadores del Tesoro Perdido” con enorme acogida por los niños del pueblo que además fueron participes de diversiones, obsequios y meriendas, que en muchos casos fue el suceso más significativo en sus hastiadas vacaciones.  

Cerrando cada una de las escuelas de verano celebramos los festivales juveniles, el miércoles 20 en Rosalía y el domingo 24 en Taguayabón. En Rosalía se incluyó una tarde especial que incluyó servicio de bautismos en uno de los pocos riachuelos que no están contaminados por la zona, aunque se encontraba afectado por la sequía, y tras una comida fraternal se cerró con broche de oro la noche con un concierto de la agrupación de rap cristiano “ABeC”. A pesar de ser una comunidad rural la asistencia al concierto fue de 150 personas. En Taguayabón el cierre fue rotundo, teniendo mejores condiciones para celebrar el concierto, y con la asistencia de todos los integrantes del grupo, que no pudieron asistir a Rosalía, se celebró lo que no exageraríamos si tildásemos de superconcierto de “ABeC” desde el portal de la iglesia, en franco desafío hacia la calle adonde llegaron a congregarse unas 300 personas, especialmente jóvenes. Además de las canciones provenientes de los cuatro álbumes de la agrupación: “Vamo’ a comenzar a ministrar”, “Cambio”, “Adonai” y “A que me levanto”, se expusieron videos promocionales, se anuncio para el invierno el lanzamiento del que será su quinto disco: “La Estocada” y tuve la bendición de llevar al pueblo un breve sermón de unos 10 minutos donde expuse mi esperanza en que la juventud aglomerada tuviese mucho que ver en un viraje fundamental en los destinos de nuestro país, en buena medida si obtiene primero la libertad individual, que por experiencia propia yo recibí de Jesucristo. El líder de la agrupación, Omar Leiva Suárez, y la solista Liz Mary Benítez, además del desafío que encierra cada uno de sus cantos, dedicaron también palabras a la multitud que estoy seguro encontraron abundante eco entre los presentes que luego de disputarse sus discos, ahora los dejan escuchar en cualquier lugar y momento por la zona.      

Sin hablar de lo que nos queda por delante, porque ahora viene la etapa más difícil, la de recoger el fruto de tanto esfuerzo, y a pesar de la miseria, el calor, las epidemias, el desgobierno , etc, etc, etc, nos sentimos satisfechos del regreso y de tener como sus primeros frutos estas dos escuelas de verano y los dos festivales juveniles. Nos alegramos por un lado de la tregua duradera alcanzada por judíos y palestinos, a pesar del terrorismo de Hamas, contra los judíos, pero en primerísimo lugar contra su propio pueblo, y de que sabemos que tal tregua es solo una victoria parcial; pero nos llena de dolor fecundo que a pesar de sentir que hacemos algo de lo mucho necesario en medio de tanta penuria, los amigos de Hamas en Cuba, los que desgobiernan la isla a la que pisotean como su feudo, incluyendo a los derechos de todos los cubanos, de dentro y fuera de la isla, todavía se mantienen en el poder y no tenemos menos que clamar con el profeta Jeremías: “Ya el verano terminó, y la cosecha llegó a su fin, pero nosotros seguimos sufriendo (Jeremías 8.20, Traducción en Lenguaje Actual) ”.

Alan Gross: otra muestra de antisemitismo en Cuba – Vigencia de nuestra pregunta 13 de 30: ¿Por qué no libera al ciudadano estadounidense Alan Gross, quien se encuentra preso en Cuba por apoyar con tecnología a la comunidad judía cubana y que constituye una advertencia a modo de escarmiento para cualquier otro que decida ser solidario con cualquier otra de las comunidades religiosas existentes?

Este domingo prediqué en la  ¨Hispania Baptist Church¨ de Naples el sermón que traje de Cuba ¨De lo último de la tierra a Jerusalén¨. También tuve el privilegio de hacerlo ya en la iglesiaestrelladebelen.com, Hialeah; en ¨Jesus Worship Center¨ ( www.iglesiadoral.org ) del Doral; en la ¨First Hispanic Presbyterian Church¨ de Tampa, y en lacasacristiana.org de Kissimmee. Cuando lo preparé y prediqué en Cuba el actual conflicto Israel-Hamás no había estallado. Pero Dios puso en mi corazón este mensaje que ahora al predicarlo en USA cobra una trascendencia que no imaginé, dadas las lamentables circunstancias en Israel y Gaza, y que mi sermón incluye un énfasis misionero por los judíos. La próxima semana estaré colgando en el blog el bosquejo de este y de los otros dos sermones que me acompañaron en mis dos viajes anteriores por USA, siempre después de haberlos predicado en Cuba.

Ruego a Dios por la paz en el Medio Oriente. Y coincido con pensamientos como el de Carlos Alberto Montaner en que Hamás es dañino tanto a palestinos como a judíos. Casi al final de mis sermón pido perdón a Dios por pecados de mi país en relación a los judíos. Allí listo:

–          El caso en 1939 del barco S.S. Saint Louis, con 900 judíos que lograron huir de Alemania, fondeado varios días frente al puerto de La Habana a la espera del permiso para los refugiados y a los que no se dejó entrar; retomado por cierto en la exitosa novela cubana «Herejes», Premio Ciudad de Zaragoza de Novela Histórica 2014, de Leonardo Padura, residente en la isla.

–          La votación en contra de la proclamación del Estado de Israel en las Naciones Unidas, único voto adverso en toda américa Latina.

–          La parcialidad a favor de los enemigos de Israel: puesto de manifiesto en la prensa oficial, y políticamente en la ausencia de relaciones diplomáticas (no hay embajada israelí aunque si la hay Palestina)

–          El éxodo de judíos de Cuba desde 1959 evidencia que no se han sentido cómodos.

Y concluyo la pequeña lista, que sin dudas pudo haber sido mucho más extensa, refiriéndome a Alan Gross, el rehén judío-norteamericano, que permanece secuestrado en La Habana, por el simple delito de proveer tecnología a la comunidad judía cubana. Antes de venir en nuestro viaje a USA lamentamos el pasado 18 de junio el fallecimiento de su madre

Gross y su esposa en Jerusalén

Gross y su esposa en Jerusalén

, víctima de cáncer, y que no pudo volver a ver a su hijo a pesar de peticiones humanitarias. Lo más cruel resulta que su caso sea comparado por sus secuestradores con el de sus cinco espías sorprendidos en USA y a todas luces este haya sido el móvil de su encierro con el propósito de realizar negociaciones.

Entre treinta preguntas que el pasado año cuestionan las supuestas libertades religiosas en la isla la trece, al igual que el resto, tristemente mantiene toda su vigencia y se dedica precisamente a este caso: ¿Por qué no libera al ciudadano estadounidense Alan Gross, quien se encuentra preso en Cuba por apoyar con tecnología a la comunidad judía cubana y que constituye una advertencia a modo de escarmiento para cualquier otro que decida ser solidario con cualquier otra de las comunidades religiosas existentes?

Que Alan Gross forme parte de la comunidad judía no es simple coincidencia. El régimen de La Habana, junto a todas sus maldades también pasará a la historia por su antisemitismo.

Portada de la novela ¨Herejes¨ de Leonardo Padura

Portada de la novela ¨Herejes¨ de Leonardo Padura

Foto en prensa norteamericana de protestas en USA reclamando la liberación de Alan Gross

Foto en prensa norteamericana de protestas en USA reclamando la liberación de Alan Gross

Mi experiencia en Coral Park: la iglesia-sinagoga

El templo de la Primera Iglesia Bautista de coral Park: ¨La Ballena¨

El templo de la Primera Iglesia Bautista de coral Park: ¨La Ballena¨

 

La Estrella de David de los vitrales

La Estrella de David de los vitrales

 

El anuncio de la calle con el nombre del Rev. Jorge Comesañas

El anuncio de la calle con el nombre del Rev. Jorge Comesañas

 

La calle con el nombre del pastor

La calle con el nombre del pastor

 

La iglesia-sinagoga por dentro

La iglesia-sinagoga por dentro

Fue mi domingo de descanso en USA (20 de julio), en este viaje que realizo, entre 9 de julio y 6 de agosto, liderando a una pequeña delegación que incluye a mi esposa e hijas y a cuatro hermanos más de nuestra iglesia en Cuba. Fue mi día de sentarme a recibir la Palabra. El domingo anterior la prediqué en la iglesia bautista ¨Estrella de Belén¨, Hialeah; y en apenas dos semanas que nos quedan de periplo me esperan para predicar al menos cuatro congregaciones más: ¨Jesus Worship Center ( www.iglesiadoral.org )¨ del Doral; la ¨First Hispanic Presbyterian Church¨ de Tampa, la ¨Casa Cristiana: JWC¨ de Kissimmee y la ¨Hispania Baptist Church¨ de Naples. Muy oportuno este domingo porque incluso, de tanto hablar en días anteriores llegué a quedar literalmente sin voz.

La Primera Iglesia Bautista de Coral Park es la congregación donde adoran hermanos entrañables y con gran amor por Cuba que hoy han querido dedicarnos su domingo e iglesia. La misma en que pastoreó el muy recordado Rev. Jorge Comesañas cuyo nombre no por gusto lleva una de las calles aledañas, quien tan tangible hizo a Cristo entre los más afligidos, y especialmente a quienes llegaban de su quebrantada isla buscando sanidad a sus heridas.   La congregación se compone mayoritariamente de cubanos y su equipo pastoral también, aunque su página web (coralpark.org) informa que sus miembros provienen de veinticinco naciones diferentes. Este domingo precisamente su actual pastor, Carlos Tellez, que muchos recuerdan como pastor en Santo Domingo y Madruga, en Cuba, cumplía su primer año de ministerio en esta iglesia, de los veinte ocho que lleva como pastor.

Conocida popularmente como ¨la ballena¨ por la original estructura arquitectónica de su templo, este edificio acogió desde su comienzo y hasta 1986 a una sinagoga. La iglesia ha respetado una de las condiciones impuestas en el acuerdo de compra: mantener los símbolos hebreos que forman parte del inmueble. Es por ello que tanto por dentro como por fuera pueden ser vistos todavía los vitrales de los ventanales con la inconfundible estrella de David. Pero más que adornos físicos algo del espíritu judío pervive también en ¨la ballena¨. Lo comprobé cuando al saludar a quienes estábamos de visitantes fue cantado en mismísimo hebreo el: ¨Hevenu shalom aleichem, Hevenu shalom aleichem, Hevenu shalom aleichem, Hevenu shalom, Shalom. Shalom aleichem.¨. Luego cuando entre los motivos de oración estuvo el de la paz de Jerusalén ya no tuve dudas.

En estos días de clamar por paz verdadera para judíos y palestinos y de condenar a la organización terrorista Hamas, que daña tanto a unos como a otros, me regocijo en asistir a congregaciones como estas que recuerdan tanto la secuencia de un cristianismo histórico que nació en las sinagogas y se movió a las iglesias tan semejantes y deudoras de aquellas. Y aunque este domingo descansé de predicar el mensaje con el que esta vez vengo a USA: ¨De lo último de la tierra a Jerusalén¨ tras por supuesto haberlo proclamado primero en Cuba; seguí en el mismo espíritu y cada vez más convencido de las palabras del apóstol Pablo cuando cita de Isaías y de Jeremías en Romanos 11.26b-27: ¨como está escrito: Vendrá de Sion el Libertador, que apartará de Jacob la impiedad. Y éste será mi pacto con ellos, Cuando yo quite sus pecados¨. Y es que lo más admirable y judío de la sinagoga-iglesia de Coral Park es que se proclama al único capaz de dar paz tanto a judíos como a palestinos: Jesús el Mesías, quien dio su vida en la cruz para TODOS.

Por mis venas corre jugo de naranja

naranjas y naranjasNi yo mismo comprendo hasta donde incidieron para el resto de mi vida esos casi ocho meses, del 30 de noviembre de 1993 al 28 de julio de 1994, cuando fui usado como mano de obra barata y segura, expuesto a trabajos forzados en las zafras del cítrico para reportar cuantiosos beneficios económicos al régimen cubano y al  Grupo B.M. y Waknine & Berezovsky Co. Ltd. Ahora al paso de los años entiendo que era un capítulo que Dios tenía para mí. Las experiencias allí vividas tienen que ver mucho más allá de lo que imagino con todo cuanto desde entonces he sido y he hecho.

El amigo Omar López Montenegro a quien conocí el pasado junio en mi viaje a Polonia  narra con emoción una experiencia suya en el famoso Preuniversitario de la Víbora, sitio inmortalizado también gracias a otro de sus egresados, el escritor Leonardo Padura Fuentes, quien convirtió este mítico lugar en el origen de las zagas para su personaje policíaco Mario Conde. La resistencia noviolenta pero mancomunada de Omar y otros amigos impidió que unos cancerberos lograran cortarles sus cabellos largos en una época de movilización en el campo. Yo viví algo similar en el Boom 400 del EJT y por encima de todos los desmanes vividos esto me acompañará para siempre.

Tras andar y desandar tres meses entre los campos de concentración contiguos a los poblados de Torrientes y San José de Marcos se nos hizo regresar al de Socorro en Pedro Betancourt. Supuestamente desde este Boom 400 que era nuestro campamento original debían habernos llegado los avituallamientos que se nos asignaban pero nada recibimos durante aquellos tres meses en que anduvimos deambulando en una supuesta misión cuyas altas metas de trabajo jamás cumplimos. Durante aquellos tres meses no tuvimos siquiera un pase para ir a nuestras casas. Dábamos lástima. Nuestra ropa estaba sucia y andrajosa a más no poder. La mayoría andábamos descalzos, unos pocos con unas botas rotas. Uno de los generales Acebedos anduvo de inspecciones por allí y nos llamó «los descamisados», y un relajado capitán en el campamento junto a Torrientes, parece que movido por la compasión nos dijo señalándonos su inmensa panza: «No se desanimen muchachos, esta barriga la eché yo en el ejército».

De regreso a nuestro campamento de origen teníamos la esperanza de que las cosas cambiasen pero al llegar nos encontramos a un nuevo jefe de unidad: un capitán de la Marina que castigaron enviando al EJT. Ya me había dado cuenta de esta otra característica de este ejército invicto: era el sitio de castigo para oficiales del MININT, las FAR y hasta de la Marina. El recibimiento del oficial para nosotros fue informarnos que acabábamos de llegar al Boom 400 y que todo lo que exigíamos teníamos que ganárnoslo. La respuesta adicional a nuestras inquietudes fue la entrega de  inmensos machetes chinos amellados y tras un miserable almuerzo se nos hizo ir a unos marabusales que debíamos desmontar y preparar para la siembra de cítricos.

Aquello era más que una humillación. Por supuesto, en aquellas condiciones no cortamos ni un marabú, nuestra paciencia se había agotado por completo, más bien nos organizamos y así fue como aquella noche de mayo de 1994 en señal de protesta el pelotón completo se fugó luego de acordar que nadie regresaría en menos de una semana. La salida silenciosa del campamento y el tránsito uno a uno por entre naranjales hasta la autopista nacional donde en cuestión de minutos abordamos una rastra rumbo a Las Villas fueron los momentos más gloriosos vividos en aquellos ocho meses de vejaciones. A nuestro regreso, a los que regresamos pues algunos jamás volvieron, se nos sometió a juicio en el anfiteatro del campamento realizándonos una pregunta común que no encontró respuesta: ¿quién había sido el cabecilla? El final del juicio consistió en la entrega de los avituallamientos que nos habían robado durante aquellos meses, nuestro modo de protesta noviolenta demostraba la vulnerabilidad de quienes creen que tienen el poder y nos hizo descubrir que el poder realmente estaba en nuestras manos. La fuga masiva de un pelotón del EJT le había dado la vuelta a toda la isla y puso al descubierto altos índices de corrupción. Aunque fui liberado aquel inolvidable 28 de julio de 1994 no puedo evitar que desde entonces por mis venas corra jugo de naranja.

El EJT se ríe, pero araña

La industria citrícola de Jagüey Grande más allá de los herbazalesBien dice el «Sitio Web de la defensa de Cuba» en su página dedicada al Ejército Juvenil del Trabajo (EJT) y refiriéndose a la fundación de este que «El 3 de agosto de 1973 culminaba una fructífera etapa de trabajo, iniciada cinco años atrás, por la Unión de Jóvenes Comunistas.» Ese lustro es el que dista precisamente entre la cancelación de las UMAP y el inicio del EJT. Fue el tiempo necesario entre un engendro y el otro. Mientras que las UMAP hoy parecieran ser una página oscura dejada atrás en el tiempo, aunque todavía los responsables no hayan rendido cuentas; el otro experimento, el EJT, celebra sus cuarenta años de existencia con bombo y platillo, como si no tuviese que avergonzarse de nada, cual si no fuesen sus fundadores los mismos de las UMAP, y cual si en el fondo no tuviese el EJT objetivos similares a estas, aunque aparentemente tome distancias de ellas. Cual si, para utilizar el decir popular, no fuese «el mismo perro, con diferente collar».  Entre los objetivos explícitos del EJT tal y como se exponen en su página digital está el «Crear y mantener una fuerza organizada con elevada productividad». Y en este objetivo nadie podrá negar ni su eficacia, ni su coincidencia con sus antecesoras las UMAP. No en balde la fundación del EJT en Camagüey donde hasta cinco años antes las UMAP tuvieron su máxima expresión. El EJT no es más que una versión refinada de las UMAP.

El bochornoso modo y sin consideración en que fuimos tratados miles de jóvenes integrantes del EJT en la mayor plantación cítrica del mundo en posesión de un único dueño ilustra muy bien el verdadero carácter de este «ejército invicto». Fuimos víctimas de una parte de la empresa «Victoria de Girón», propiedad del régimen, dirigida por  Hiram Santana Castro, y de la otra del Grupo B.M. y Waknine & Berezovsky Co. Ltd. quienes vinieron en auxilio de los empresarios cubanos cuando perdieron el apoyo de la URSS tras el desmoronamiento de esta en 1992. El negocio era claro: Waknine & Berezovsky proveería de su eficiente experiencia en Israel y obtendría beneficios mutuos con el régimen. Este joint venture a largo plazo entre ambas partes incluyó de Waknine & Berezovsky financiación, mejoramiento de la calidad y una mejor comercialización a nivel mundial de los productos de Jagüey Grande.  El régimen aportó las 40.000 hectáreas de plantaciones cítricas que rodean la fábrica, la destartalada infraestructura que heredaron de la URRS y por supuesto, la mano de obra segura y barata que conseguía el EJT, nosotros. Según el SEMANARIO ECONÓMICO Y FINANCIERO DE CUBA en el artículo «Cuatro décadas de excelencia en la producción de cítricos» para 1995 el EJT llegó a cubrir toda la actividad obrera en explotación de la «Victoria de Girón». Innegablemente éramos sumamente beneficiosos para estos capitalistas que se entendían entre sí. En compensación por sus aportes, y en buena medida a costa de nuestro sudor y a veces sangre, la Waknine & Berezovsky obtuvo derechos exclusivos para la comercialización a nivel mundial de los productos de Jagüey Grande.  

Sorprendentemente años después el EJT con su aporte inigualable fue retirado de los campos de cítricos en Jagüey. Evidentemente esto no obedeció a razones financieras: fuimos sumamente rentables. Es de imaginar que la Waknine & Berezovsky pidiera nuestra retirada en pleno conocimiento del trato inhumano al que sus socios cubanos nos tenían sometidos y temiendo alguna posible queja que pusiese en riesgo  un mercado tan próspero. Lo cierto es que estos eran riesgos que debían haber tenido en cuenta a priori, muy probables dada la calaña del régimen cubano con un amplio historial en materia de violaciones a derechos humanos fundamentales, y ahora constituyen hechos de una historia que ya no es posible revertir. Una frase amenazante ripostada con frecuencia de parte nuestro capataz, el Mayor Montes de Oca, al punto que entre nosotros se hizo célebre, puede resumir con agudeza la naturaleza torcida del EJT: «Yo me río, pero araño».

EJT: trabajos forzados y mano de obra barata

00fruta_1El «Manual de Incidencia Política de CSW» ha sido adoptado y adaptado por Patmos en Cuba para talleres que contribuyan a empoderar a los creyentes para incidir, como debemos, en las políticas hasta hoy muy desacertadas, llevadas a cabo en nuestro país. Mientras lo revisaba me llamó poderosamente la atención una referencia hecha al caso de la compañía petrolera Unocal, de California, llevada a juicio en EE.UU por usar el trabajo forzado en la construcción de un oleoducto en cooperación con la junta militar de Birmania. No pude evitar el traslado de mi mente a veinte años atrás, entre el 30 de noviembre de 1993 y el 28 de julio de 1994, cuando junto a muchos otros jóvenes en el Ejército Juvenil del Trabajo, EJT, se me explotó en calidad de mano de obra barata, sometido también a trabajos forzados para reportar cuantiosas ganancias a una empresa israelí en negocios con el régimen en Cuba. Me pregunto en qué situación se vería esa empresa judía si ciudadanos esquilmados como yo tuviésemos acceso a un estado de derecho como le sucedió a Unocal. Además de disponer a sus antojos del plan citrícola en Jagüey Grande, Matanzas, lo hicieron también con nuestras vidas sacándonos el máximo provecho cual si fuésemos de su estricta propiedad, tratados como esclavos.

Guardo fresca en mi memoria una noche, afortunadamente de luna llena cuando a las diez pm todavía estábamos en el campo, sin comer ni bañarnos, tras una gigantesca jornada de trabajo que se remontaba al amanecer, solo interrumpida por un exiguo almuerzo. Nos encontrábamos entonces en un campo de concentración aledaño al poblado San José de Marcos. El Mayor Montes de Oca, Jefe del Boom, había advertido en la mañana que hasta que no cumpliésemos la norma no nos haría regresar del campo, era necesario cumplir los planes acordados con los israelíes y nosotros los estábamos obstruyendo. Llegué a pensar que aquella noche dormiríamos en la campiña pero al filo de las once pm fue enviada la carreta a buscarnos, en definitiva desde el anochecer estábamos en paro. «Mañana nos veremos» – anunció amenazante el mayor. Exhaustos caímos a la cama con la ropa sudada durante todo el día, y sin bañarnos, pues para colmo en la Unidad no encontramos ni una sola gota de agua, y aunque la hubiera el aseo habría tenido que hacerse sin jabón: hacía tres meses no se nos hacía entrega del aseo personal. Según el Mayor Montes de Oca las asignaciones se nos enviaban al Boom donde nos habían ubicado originalmente, contiguo al poblado de Socorro, en Pedro Betancourt, y de allí no nos enviaban nada. Unas semanas después se descubrió que fuimos víctimas de robo como era de esperar de la inmensa corrupción administrativa que imperaba en los altos mandos del EJT.    

Al día siguiente al mediodía Dios me dio la oportunidad de retar ante el Campamento al temido Mayor Montes de Oca. Concluido el magro almuerzo hizo formarnos a todos en el campo colocando al frente a nuestro rezagado pelotón. Uno a uno debíamos comprometernos a cumplir la norma ante todos. Tuve la esperanza de que al menos algunos de mis compañeros se negaran, pero imperaba la cultura oportunista de la sobrevivencia. Las palabras recién leídas en la pequeña biblia que siempre llevaba resguardada en un nylon escondida en uno de mis bolsillos resonaban en mi mente. Eclesiastés 5.5: «Mejor es que no prometas, y no que prometas y no cumplas» fue la frase que profesé una vez llegó mi turno, cuando me negué a comprometerme a nada. El oficial literalmente tronó ante el Campamento, hizo una alusión al héroe mambí Antonio Maceo, y me condenó al calabozo de cuyas condiciones infrahumanas mejor no hablo. 

Al menos yo gozaba de la condición privilegiada de ser «diferido» (solo un año de servicio antes de entrar a la universidad), y apenas fui sometido a estos maltratos por ocho meses, la mayoría de aquellos jóvenes debería entregar dos años completos de sus vidas, y algunos no tendrían la paciencia suficiente para ello, como aquel joven de Caibarién quien tras fugarse y ser detenido, luego de días sometido al calabozo, mientras era trasladado a la temible prisión militar conocida como «La Paula», de donde solo se contaban horrores, se suicidó lanzándose de la rastra en que lo llevaban con sus manos atadas a la espalda, ante la sorpresa inútil de sus guardias. No podía soportar trabajar como esclavo para una empresa israelí en contubernio con el régimen mientras su abuela y su niña de tres años, dependientes totalmente de él, se morían de hambre en Caibarién.

Lo más crudo para mí no fueron los maltratos de un régimen de quien esperaba cualquier cosa, sino la decepción de que fuese precisamente una empresa israelí la que se aprovechase de sus ofertas, entre las que nos encontrábamos nosotros. Esto hería mi más profunda sensibilidad y mi amor por Israel, en lo cual se me educó desde mi primera infancia, fruto de los estudios bíblicos, y objeto prioritario de mis oraciones; a pesar de la propia campaña del sistema en contra de esta gran nación. Tampoco podía entender de qué bloqueo cacareaba el totalitarismo cubano si se daba el gusto de comerciar con una empresa del mayor aliado de los EE.UU, sin necesidad de relaciones políticas con ese Estado.