Nuestra Epifanía

Hoy mientras las iglesias ortodoxas celebran Navidad, la tradición cristiana occidental conmemora la Epifanía, conocida popularmente como la Fiesta de Reyes. En Cuba se recuperó la Navidad como un feriado cada 25 de diciembre, luego de la visita de Juan Pablo II en 1998, tras 28 años sin celebrarse, abolida bajo la excusa de la famosa «zafra del ’70». En 2012, con la visita de Benedicto XVI se recuperó, igualmente como feriado, el «viernes santo» que precede a la Pascua florida de Resurrección. Algunos pensamos que con la visita de Francisco en septiembre de 2015 le tocaría el turno a la Fiesta de Reyes, pero no fue así.

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Pregunta 21 de 30: ¿Por qué cuando la Oficina de Atención a los Asuntos Religiosos concede su aprobación a las visitas de religiosos desde el extranjero limita tanto el movimiento de los visados exigiéndoles un rígido y extremadamente exclusivo y vigilado itinerario?

Caridad Diego Bello, actual Jefa de la Oficina de Atención a los Asuntos Religiosos. Al fondo la foto del ¨dios¨ y la religión cuyos asuntos realmente representa.

Caridad Diego Bello, actual Jefa de la Oficina de Atención a los Asuntos Religiosos. Al fondo la foto del ¨dios¨ y la religión cuyos asuntos realmente representa.

En nuestras treinta preguntas formuladas en 2013 referidas a evidentes violaciones a la libertad religiosa en Cuba: http://cubanoconfesante.com/?p=733, la número 21 aborda el problema del otorgamiento de visas religiosas. No resulta simple conseguir este tipo de visa para cualquier hermano en el mundo que desee visitar a Cuba con el fin de participar activamente en cualquier culto. Quienes las soliciten deberán ser los anfitriones en Cuba, generalmente homólogos del invitado dentro de la isla. En todos los casos, deberán cumplirse las condiciones de Caridad Diego Bello, Jefa de Atención a los Asuntos Religiosos del Comité Central del Partido Comunista, y que ella resume muy bien en su frase a los líderes religiosos que se lo solicitan: «Si te portas bien», lo cual se traduce en, al menos, no rosar ni con el petalo de una rosa al poder político adueñado de todo en la isla y cuyos asuntos son los que ella realmente representa. De quienes no han logrado legalizar su status, o sea, los que no están reconocidos por el Registro de Asociaciones del Ministerio de Justicia ni soñar con invitar a alguien.

Hay casos emblemáticos como el del reconocido evangelista internacional Alberto Motessi a quien ha sido negada cuatro veces este tipo especial de visa, a pesar de que la última vez tomaron común acuerdo para solicitarlo cuatro denominaciones evangélicas con el privilegio de encontrarse legalmente registradas. Pero aquellos que logran conseguir tal permiso especial no deberán apresurarse en cantar victoria. Por el contrario, deberán venir dispuestos a no traspasar las reglas del juego con las que su anfitrión en Cuba ha quedado comprometido con el poder polîtico. Las limitaciones en cuanto al tiempo u espacios a visitar son extremas y serán verificadas a través de diversos mecanismos dispuestos para ello. En el caso de mi denominación, por ejemplo, esto es algo tan sencillo como la advertencia de: «No se le ocurra ni acercarse al pastor fulano de tal», de lo cual en lo personal podría contar decenas de penosas anecdotas.

De esto ni siquiera escapan las visitas papales, por el contrario. Nadie tiene dudas acerca del papel de la jerarquía católica en colocar barreras al papel que pudo ejercer Benedicto XVI en consonancia a las ansias de libertad de un pueblo esclavo, y que por ende resultó en beneficios al régimen (aquí muchos como yo más bien todavía estamos denunciando, hayando oídos sordos hasta en el Vaticano, la ola represiva desatada entonces), muy diferente al legado de Juan Pablo II. Es la razón por la que poco espera el pueblo, y si mucho el régimen, de la cercana visita del papa Francisco. Resulta obvio que ya todo al respecto está cuadrado entre los poderes político y religioso con sus bochornosos concordatos habituales.

Repaso a las Treinta Preguntas sobre Libertad Religiosa en Cuba: 5. ¿Por qué no ha rendido cuentas por la ola represiva que tuvo lugar durante la visita del papa Benedicto XVI durante la cual centenares de personas fueron detenidas arbitrariamente o amenazadas, y de la cual aún permanecen en prisión y amenazados a severas penas Sonia Garro y su esposo Ramón Alejandro Muñoz?

(Por Mario Felix Lleonart, enviado a la Comisión de Justicia y Paz del Vaticano:
pcjustpax@justpeace.va)

Cuando pienso que de la visita de Benedicto XVI a Cuba han transcurrido ya más de dos años me lleno tanto de asombro como de indignación. Pero que el tiempo ha pasado inexorablemente nadie puede negarlo. Han sucedido tantas cosas. Tan solo en lo relacionado al ámbito eclesiástico del Vaticano, además de la reciente histórica canonización de Juan XXIII y de Juan Pablo II, tuvo lugar hasta un cambio de Papa, también histórico. Ante los ojos asombrados del mundo el Benedicto XVI que estuvo en Cuba dejó de serlo para volver a ser simplemente Joseph Razinger, dedicado, comprensiblemente, solo a la oración, ceniza y penitencia, dejando su lugar en el papado a Mario Bergoglio, convertido en Francisco I.

Tengo la fe que entre los rezos y avemarías de Razinger ocupe intensos momentos un matrimonio negro que, como secuela de su visita a Cuba, permanece confinado desde entonces en cárceles cubanas, sin que siquiera haya mediado un juicio, justo ni injusto. Siendo como fui victima también de aquella ola represiva, donde centenares de personas incluidas en la lista negra del sistema, mi esposa y yo estuvimos detenidos domiciliariamente en un edificio rodeado por fuerzas de la Seguridad del Estado de la ciudad de Alamar donde vivía un colega pastor a quien visitábamos, me parece increíble que esta otra pareja permanezca tras las rejas desde entonces. ¿Será entre otras razones por no tener blanca la piel como nosotros? La realidad es que aunque el tiempo y el Papa hayan pasado, Sonia Garro y Ramón Alejandro Muñoz siguen recluidos, y sus victimarios gozan de la mayor impunidad del mundo; salvándose incluso de escándalos tan mayúsculos como del descubrimiento en el canal de Panamá de una carga ilegal de armas escondidas bajo azúcar en buque de bandera norcoreana; y dándose el lujo de celebrar, presidiendo y todo, hasta una Cumbre Celac, donde otra ola represiva, también en absoluta impunidad, volvió a tener lugar.

En septiembre de 2013, y pareciéndonos ya entonces demasiado tiempo, mi esposa y yo viajamos desde Cuba a Washington invitados por Solidaridad Cristiana Mundial (CSW), enarbolando treinta preguntas de entre un cumulo de muchas otras que también habríamos podido agregar, y en las que la represión durante la visita de Benedicto XVI a Cuba y el confinamiento del matrimonio negro, ocuparon el quinto cuestionamiento. Más de medio año ha pasado desde entonces y lamentablemente la vigencia de nuestras treinta preguntas, incluyendo esta quinta, más que mantenerse intacta, aumenta su valor, dado el añejamiento del tiempo. La única señal emitida desde entonces por los carceleros fue un falso amago de juicio casi a fines del 2013 luego de lo cual otros asuntos, sin lugar a dudas trascendentes también, como el paradigmático caso de Alan Gross, objeto de nuestra pregunta trece, ocupan casi toda la atención.

Pero afortunadamente Sonia y Ramón Alejandro no se encuentran en el triste saco de los casos anónimos (¿cuántos habrá?) con los que el régimen se ensaña y muestra sin mascaras su verdadera naturaleza retorcida. Una campaña internacional crece en la misma proporción de la impunidad de los victimarios y terminará por liberar al matrimonio. No en balde en esta misma hora es probable que en el silencio místico de su reservado cuarto hasta un expapa rece por ellos; a pesar del silencio de un Vaticano cuyo trono tal vez por ello mismo abandonara, entre otras sonadas razones.

CELEBRACIONES RECUPERADAS

POR: YOAXIS MARCHECO SUÁREZ

Reconozco que ha sido la Iglesia Católica a través de su pontificado la que ha logrado en los últimos años algunos privilegios que han beneficiado no solo a sus fieles, sino a toda la cristiandad cubana y a todo el pueblo en general. Primero por la gestión realizada por el Papa Juan Pablo II, quien solicitó a las autoridades gubernamentales se concediera el día 25 de diciembre como feriado o festivo, por ser esta una de las fechas más marcadas para el cristianismo, la celebración de la navidad o del nacimiento de Cristo.

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MI OPINIÓN, por: YOAXIS MARCHECO SUÁREZ

 El tema más latente por estos días referido a la realidad cubana es la próxima visita del Papa Benedicto XVI. La prensa oficial ha dejado en claro sus pronósticos, por supuesto favorables para el régimen, y que el máximo representante de la iglesia católico-romana viene en calidad de invitado, no solo de sus fieles, sino también del gobierno. Por otro lado la oposición interna y externa realiza también sus especulaciones y centra un tanto sus esperanzas en la venida del líder católico, para resolver, sino todos, al menos algunos de los males que golpean al país. El protagonismo de la esperada visita se ha perdido un tanto en estos momentos en que trece opositores ocuparon un templo católico decidíos a permanecer en este lugar con el objetivo de hacer llegar a Benedicto XVI sus demandas y reclamos. Este acontecimiento acaparó la atención de muchos y los ocupantes recibieron el apoyo de unos cuantos y críticas desfavorables por parte de otros. Al final su intención no será ejecutada porque el liderazgo eclesial solicitó el apoyo de las «autoridades» y estas lograron retirar al grupo de opositores atrincherados en el interior de la Basílica de La Habana.

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OTRO PAPA, OTRA CUBA, Y OTRA IGLESIA

El escenario es otro. El visitante también.

Cuando el Papa polaco, Juan Pablo II, Karol Wojtyla, visitó Cuba en 1998 encontró a Monseñor Pedro Claro Meurice Estíu como arzobispo en Santiago de Cuba, y en él, la voz cubana que más alto se alzó entre quienes tuvieron tal posibilidad. El Papa del »Que Cuba se abra al mundo y el mundo se abra a Cuba», fue saludado al menos por »el león de Oriente» con la descripción más real de Cuba que se pudo hacer: la de un pueblo que »necesita aprender a desmitificar los falsos mesianismos», la de »un número creciente de cubanos que han confundido la patria con un partido, la nación con el proceso histórico que hemos vivido en las últimas décadas, y la cultura con una ideología», la que »vive aquí y vive en la diáspora», la del cubano que »sufre, vive y espera aquí y también sufre, vive y espera allá afuera».

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