¿Dóde están los ladrones?

Los han visto por ahí
Los han visto en los tejados
Dando vueltas en Paris
Condenando en los juzgados

(Luis Fernando Ochoa)

acuse de recibo de nuestra denuncia de la cual nunca recibimos respuesta, aunque como bien se aclara en el propio acuse tenían 60 dias para responder.

Acuse de recibo de nuestra denuncia en Fiscalia General de la Republica el 17 de septiembre de 2014 de la cual nunca recibimos respuesta, aunque como bien se aclara en el propio acuse tenían 60 dias para responder.

El pasado domingo 21 de junio, día de los padres, hizo un año ya del asalto policial del que fuimos víctimas mi esposa Yoaxis Marcheco y yo. Fuimos detenidos durante dos horas, entre 3.40 y 5.40pm, tiempo durante el cual se procedió a la ocupación de nuestras laptops y de mi memoria flash de 32 Gb. En todo momento la policía intentó dar la apariencia de un normal proceder y así se reflejó en las actas de ocupación: «por motivo de un hecho que investiga la PNR». Nuestra perdida fue mucho mayor que el costo del hardware ocupado. La totalidad de nuestro patrimonio digital acumulado hasta esa fecha nos fue arrebatado. A partir de allí debimos comenzar prácticamente de cero. No solo bibliotecas personales que minuciosamente compilamos durante años, que incluían colecciones de fotos familiares por décadas, o toda la música y sus diapositivas para el uso en nuestras iglesias, sino que toda nuestra creación literaria, fotográfica y académica fue ocupada. Incluyendo además diversos artículos, muchos de ellos inéditos, toda mi poesía, nuestros dramas de navidad, nuestra correspondencia y la de las dos iglesias que pastoreamos. En el plano académico el efecto fue letal. Cursos que nos había llevado años ir conformando, libros que confeccionábamos para el Seminario Teológico Bautista de Santa Clara (tres tomos de los cursos de Nuevo Testamento, prácticamente a la mitad cada uno de ellos) todo regresó al estado de cero.

Ya en 2013, en el Café Literario de Santa Clara, en circunstancias muy extrañas, me fue robada mi mochila con variadas pertenencias en un intento evidente de ocupar mi laptop que afortunadamente aquel día no llevaba conmigo, limitándose solo la perdida a cámara de video y memorias flash. Extremé medidas a partir de ese momento para no volver a ser víctima de esos actos de rapiña. Lo inconcebible para mi esposa y para mí fue que quienes debieran existir para cuidarnos -si hubiésemos vivido en un país normal, que evidentemente no es el caso, como confirma este hecho- fueron quienes nos arrebataron nuestras dos laptops personales, en un operativo dirigido por el Mayor Fermín quien fungía como Jefe de la Policía Nacional Revolucionaria (PNR) en Camajuaní. A lo largo de este año esta estación policial se ha visto envuelta en actos de corrupción, tan propios cada vez más de estas “fuerzas del orden”. Los escándalos no han sido pequeños y han desembocado hasta en suicidios como el del capitán Amaury Carmenate (http://www.14ymedio.com/nacional/se-suicida-oficial-policia-participo-en-asalto-en-Camajuani_0_1670232967.html#.VGYiw6ElaR0.twitter …), el último rumor que circula entre la vox populi es que fue asesinado por otros policías que temían revelase hasta donde estaban implicados ellos también. Ya ni el Mayor Fermín se encuentra en esta estación pues según se dice, también fue removido por sus malos manejos.

Pero el peor atentado no fue haber sido atracados por estos ladrones sino el extremo estado de indefensión del que hemos sido objeto todo este año, ni siquiera hemos recibido respuestas solicitadas hace meses a instancias tales como: Ministerio de Justicia, Minint Nacional, Fiscalía General… Todo indica que los peores ladrones no son ellos…

Acta de ocupación de mi laptop y de mi memory flah de 32G

Acta de ocupación de mi laptop y de mi memory flah de 32G

Acta de ocupación de la laptop a mi esposa Yoaxis Marcheco. ¨Por un hecho que investiga la PNR¨

Acta de ocupación de la laptop a mi esposa Yoaxis Marcheco. ¨Por un hecho que investiga la PNR¨

«¡Mas se perdió en Cuba!»: 7 meses de un asalto policial

Acta de ocupación de mi laptop y de mi memory flah de 32G

Acta de ocupación de mi laptop y de mi memory flah de 32G

Actas de ocupación de la laptop a mi esposa Yoaxis Marcheco. ¨Por un hecho que investiga la policia¨

Actas de ocupación de la laptop a mi esposa Yoaxis Marcheco. ¨Por un hecho que investiga la policia¨

Hoy hace siete meses del asalto policial del que fuimos víctimas mi esposa Yoaxis Marcheco y yo. Todavía no nos hemos repuesto de ese golpe. Nuestra perdida fue mucho mayor que el costo del hardware ocupado. La totalidad de nuestro patrimonio digital acumulado hasta esa fecha nos fue arrebatado. A partir de allí debimos comenzar prácticamente de cero. No solo bibliotecas personales que minuciosamente compilamos durante años, que incluían colecciones de fotos familiares por décadas, o toda la música y sus diapositivas para el uso en nuestras iglesias, sino que toda nuestra creación literaria, fotográfica y académica fue ocupada. Incluyendo además diversos artículos, muchos de ellos inéditos, toda mi poesía, nuestros dramas de navidad, nuestra correspondencia y la de las dos iglesias que pastoreamos. En el plano académico el efecto fue letal. Cursos que nos había llevado años ir conformando, libros que confeccionábamos para el Seminario Teológico Bautista de Santa Clara (tres tomos de los cursos de Nuevo Testamento, prácticamente a la mitad cada uno de ellos) todo regresó al estado de cero. Por estos días en que mi esposa debe reelaborar un curso que estaba listo, el de Ministerio Transcultural, y yo el de Postmodernidad, ambos para ser impartidos en breve en el Seminario, sentimos renovado el dolor de nuestra pérdida.

Ya en 2013, en el Café Literario de Santa Clara, en circunstancias muy extrañas, me fue robada mi mochila con variadas pertenencias en un intento evidente de ocupar mi laptop que afortunadamente aquel día no llevaba conmigo, limitándose solo la perdida a cámara de video y memorias flash. Extremé medidas a partir de ese momento para no volver a ser víctima de esos actos de rapiña. Lo inconcebible para mi esposa y para mí fue que quienes debieran existir para cuidarnos -si hubiésemos vivido en un país normal, que evidentemente no es el caso, como confirma este hecho- fueron quienes nos arrebataron nuestras dos laptops personales, en un operativo dirigido por quien funge como Jefe de la Policía Nacional Revolucionaria (PNR) en Camajuaní, el Mayor Fermín. Increíble que alguien que porte un uniforme supuestamente para velar por la tranquilidad ciudadana se preste para atracar a la propia ciudadanía, sea quien fuere que le diese las órdenes, si el honor hubiese sido su prioridad no se habría prestado para este despojo.

Pero el peor atentado no fue el atraco policial sino el extremo estado de indefensión del que posterior a esto nos sentimos victimas pues, a pesar de haber pasado con creces el tiempo estipulado para ello, ni siquiera hemos recibido respuestas solicitadas hace meses a instancias tales como: Ministerio de Justicia, Minint Nacional, Fiscalía General… El último lugar al que acudí en persona el pasado mes de noviembre fue a la Fiscalía Militar de Villa Clara donde, ante mi insistencia, el Fiscal que ese día se encontraba de guardia, luego de alrededor de tres horas de llamadas telefónicas en averiguaciones, me anticipó que la respuesta era que no nos devolverían nuestras propiedades, por encontrar en ellas información relacionada con la NoViolencia, aunque esto se nos avisaría de manera oficial, y entonces podríamos apelar. Pero incluso tal determinación todavía brilla por su ausencia y solo tenemos aquellas chapuceras actas de ocupación dadas el día del atraco, que según abogados consultados, constituyen una burla. Para colmo ya nos enteramos que la mujer policía que las firmó abandonó en protesta la PNR hace unas semanas pues ciertas propiedades que esa unidad policial había ocupado, y que según dictamen legal debían devolver, desaparecieron, y la responsabilidad legal recaía sobre la pobre infeliz que fue utilizada para firmarlas. Debe ser causa de que últimamente la PNR viole la ley además al no entregar actas de ocupación, ya que ningún policía quiere responsabilizarse con firmarlas, como demuestra el reciente caso del campesino José Antonio Quintana al cual, en operativo dirigido también por el Mayor Fermín al atardecer del pasado 8 de enero, ocuparon varias propiedades, sin entregar la debida acta de ocupación lo cual convierte el hecho en un auténtico robo a mano armada. Recuérdese que los actos de corrupción en unidades policiales como esta de Camajuaní han derivado en escándalos como el del reciente suicidio del corrupto capitán Amaury Carmenate (http://www.14ymedio.com/nacional/se-suicida-oficial-policia-participo-en-asalto-en-Camajuani_0_1670232967.html#.VGYiw6ElaR0.twitter …).

El campesino Quintana en Fiscalía Militar de Villa Clara reclamando por el atraco policial del que fue víctima, sin recibir siquiera Acta de Ocupación

El campesino Quintana en Fiscalía Militar de Villa Clara reclamando por el atraco policial del que fue víctima, sin recibir siquiera Acta de Ocupación

Mi esposa y yo nos sentimos doblemente robados y las instituciones eclesiales para las que trabajamos, iglesias y seminarios, se encuentran igualmente afectadas. Cuando se tiene en cuenta que, mientras este vergonzoso hecho sucedía, el dictador Raúl Castro sostenía conversaciones secretas con el presidente Barack Obama desde hacía más de diez meses uno no tiene más que mover la cabeza, suspirar, y evocar la famosa frase de: «¡Mas se perdió en Cuba!».

Texto de la carta entregada solicitando una investigación de la muerte de Juan Wilfredo García

Mario y Ricardo, autores de la solicitud

Mario y Ricardo, autores de la solicitud

La Habana, 8 de junio de 2011

A: Lic. Odalys Hernández Fuentes
Fiscalía General de la República
Dirección de Protección Derecho del Ciudadano
Ave. 1ra.№1803, Miramar, mcpio. Playa
Ciudad

Asunto: Investigar la muerte del ciudadano Juan Wilfredo Soto García

Licenciada:

Los que suscriben, ciudadanos cubanos, Mario Félix Lleonart Barroso, CI 75061730944, con domicilio en la calle Rivadeneira № 66, Taguayabón, Villa Clara, Cod. Postal 54260, presbítero de la Iglesia Bautista de Cuba Occidental y Ricardo Santiago Medina Salabarria, CI 68102321704, con domicilio en la calle Santo Tomás № 359 (azotea) e/ Árbol Seco y Retiro, Centro Habana, presbítero de la Iglesia Misioneros Vétero Católicos Nuestra Señora de la Alegría; nos dirigimos a usted amparados en el Art.63 de la Constitución de la República, con el objetivo de solicitar una investigación exhaustiva en torno a las circunstancias de la muerte de Juan Wilfredo Soto García, el cual residía en el Bloque № 5, apto.7, 4to. Piso e/ Rodríguez y Estrada Palma, Rpto. América Latina, Villa Clara.

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NO ESTAMOS SOLOS

Un aluvión de postales llegadas desde otras partes del mundo me recuerda que no estamos solos, la solidaridad de nuestros hermanos se aglomera en el correo postal y va llegando poco a poco hasta nosotros, qué decir de la cantidad de mensajes electrónicos, ya sea vía e-mail o a través del teléfono. Son tantos los nombres que si quisiera escribirlos la lista sería interminable, esa lista estará en mi corazón por siempre porque el efecto de cada palabra, cada tarjeta, cada expresión de cariño, afecto, apoyo, es como el del agua sobre la tierra seca. Seguiré entonces el método de nuestro amigo Luis Bernal, quien ha estado entre los primeros, escribiré cada uno de los nombres en papel y los llevaré siempre conmigo, colocaré mis manos sobre ellos y oraré cada día por sus vidas, es la forma que tengo para agradecer esa enorme ola espiritual que en este momento hace un cerco protector sobre nosotros.

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