Entre los días 13 y 15 de agosto del 2015 representaciones de veintitrés organizaciones de dentro de Cuba y treinta y dos del exilio se reunieron en San Juan, convocados por Cubanos Unidos de Puerto Rico en lo que fue denominado como el primer Encuentro Nacional Cubano.
Puesto que soy uno de los nueve integrantes de una Comisión Coordinadora de Enlace que resultó electa en dicha cita con el propósito de allanar el camino con vistas a un segundo encuentro, puede que alguien me riposte que esta promoción viene muy de cerca. Por ello prefiero abandonar mis palabras y dejarles con dos voces autorizadas que apuestan por lo que se está gestando.
El primero de ellos es el grande Carlos Alberto Montaner, ya sabemos, periodista, escritor y político, ganador de varios premios relevantes y colaborador con periódicos de renombre internacional; distinguido por instituciones como la Comunidad Autónoma de Madrid, y el Instituto Juan de Mariana; hasta 2011 fue además vicepresidente de la Internacional Liberal. No en balde la revista Foreing Policy lo eligió hace cuatro años como uno de los cincuenta intelectuales más influyentes de Iberoamérica. Fue él precisamente uno de los oradores la noche de la clausura del I Encuentro Nacional Cubano y declaró que lo ocurrido en San Juan contribuirá a que se aceleré el término de un episodio no concluido de la guerra fría, el de Cuba, y que su viejo escepticismo quedaba sustituido por una gran ilusión. Me anima el hecho de que casi dos meses después nos hemos vuelto a encontrar, el domingo 11 de octubre, y las expectativas de Montaner siguen intactas. Escuchémoslo en sus propias palabras en San Juan: http://bit.ly/1LUPMWi
La segunda voz autorizada a quien me place remitir no es otro que al Sr. Martin Palous, quien fuera el Embajador de República Checa en USA y que actualmente se desempeña como Presidente de la Fundación Biblioteca Vaclav Havel en New York, y como Presidente de la Plataforma Internacional para los DD.HH. en Cuba. Es recordado como Jefe de la Delegación Checa en Ginebra en abril de 1999 con motivo de la 55 Sesión de la Comisión de DD.HH. de la ONU, y uno de los dos coautores, a nombre de República Checa, junto a Polonia, del controversial Proyecto de Resolución sobre la situación de los DD.HH. en Cuba. Él también estuvo en Puerto Rico y tuvo a su cargo un importante discurso en la clausura del I Encuentro Nacional Cubano, como se puede apreciar en las primeras palabras de Carlos Alberto Montaner, pero no es a su presencia allí a la que ahora me remito, sino a un evento posterior: lo más sobresaliente en relación a Cuba en el Forum 2000, celebrado en Praga del 13 al 16 de septiembre, me refiero al Panel «New Horizons in Cuba-US Relations» en el Palous fue uno de los panelistas. Aunque había pasado un mes del I Encuentro Nacional Cubano, Palous continuaba impactado de su experiencia allí. Más allá de los pro y los contra entre la normalización de relaciones entre Cuba y US, Palous sostuvo la idea de que a fin de cuentas el destino de la isla debemos labrarlo los cubanos y en tal sentido invocó la experiencia de nuestro Encuentro, al cual calificó de histórico y sorprendente: http://bit.ly/1MvN9uy
Quienes nos reunimos en Puerto Rico declaramos como principios no negociables comunes a todos los reunidos: la libertad incondicional de todos los presos políticos y la derogación de todas las leyes que atenten contra las libertades fundamentales; la libertad de expresión, de prensa, de asociación, de reunión, de manifestación pacífica, de profesión y religión; y la participación del pueblo en toda decisión de la nación, la legalización de todos los partidos políticos y las elecciones libres y pluripartidistas. En ese marco tomamos los siguientes acuerdos: Trabajar en la campaña por un plebiscito vinculante en favor de las elecciones libres, justas y plurales, bajo condiciones democráticas, que garanticen la soberanía de los ciudadanos. Respaldar y suscribir el Acuerdo por la Democracia en Cuba, de 1998. Promover la estrategia de la lucha no-violenta, facilitando la capacitación de los luchadores pro-democráticos en las metodologías de la desobediencia civil. Y trabajar para derrumbar el muro cibernético en Cuba y esforzarse para que la oposición interna tenga los recursos tecnológicos con los que continuar la movilización ciudadana.
A solo dos meses del I Encuentro Nacional Cubano los nueve miembros de la Comisión electa por el Pleno realizamos enormes esfuerzos, con los cubanos de adentro y de afuera de la isla, a fin de que consigamos la mayor concertación posible de fuerzas de organizaciones como resultado de un segundo encuentro en apenas unos cuatro meses. Esperamos que la historia conceda la razón a expertos como Montaner o Palous. Pero más que eso, que las expectativas del pueblo cubano, tantas veces truncadas, terminen por hacerse realidad.