Ahora mismo está teniendo lugar en Santa Clara. En un templo apostólico donde estamos también bautistas, libre pensadores y hasta María, una de las damas de blanco más encantadoras que he conocido. Es otra de nuestras paradas de diálogo interreligioso. Y vamos a seguir moviéndonos por toda esta isla con nuestro salmista David que Dios nos ha regalado para esta época y lugar con un claro mensaje de Libertad. Porque Dios también habla hoy y utiliza para ello a su gente a quienes Él llama e ilumina. Y en estos tiempos donde de tantos diálogos y acuerdos se habla, Dios está esperando que Cuba se atreva a dialogar con Él. ¡Y ese es nuestro llamado a cada cubano sin importar raza, credo, militancia política… ! ¡para todos!