Días atrás las dos iglesias bautistas que pastoreo tuvieron la bendición de distribuir entre sus miembros, pero también beneficiando a personas de nuestras comunidades, paquetes de 1 kg de sopa vitaminada. Además de su contenido alimenticio estos paquetes poseyeron el valor agregado de ser símbolo en contra del desánimo al ser repartidas coincidentemente en los días cuando nuevas penurias y carestías económicas eran anunciadas por la alta cúpula gobernante.
Esta ayuda humanitaria no fue distribuida exclusivamente en nuestras dos comunidades. El Ministerio de Beneficencia de la Asociación Convención Bautista de Cuba Occidental, a la cual se encuentran afiliadas las dos congregaciones en las que sirvo, ha estado distribuyendo los paquetes de 1 kg con contenido tan simbólico como alimenticio por las cuatrocientas setenta y cinco iglesias con las que sostenemos una sólida relación de interdependencia al estar todas afiliadas a esta Asociación registrada en Cuba desde 1905.
Los donantes de esta ayuda fueron el Dr L. M. Dyson y la Primera Iglesia Bautista de Woodway, Texas, Estados Unidos. Gracias a Dios ellos hicieron los arreglos necesarios para que este donativo fuese distribuido directamente por nuestraConvención, a través de nuestro Ministerio de Beneficencia. Durante más de diez años el Dr. Dyson, su familia e iglesia han estado apoyando en formas como estas, sin hacer alarde de ello. La sopa fue manufacturada por Gleanings for the Hungry, con sede en Dinuba, California, un ministerio de Youth with a Mission cuyo lema es: ¨Our abundance their need¨. En el propio paquete, además de referir al verso bíblico de Juan 3.16: ¨Porque de tal manera amó Dios al mundo que dio a su Hijo unigénito para que todo aquel que en el crea no se pierda más tenga vida eterna¨, aclara que dicho alimento es donado para ser usado solamente con propósitos caritativos y humanitarios y que nunca deberá ser vendido o negociado.
Los días difíciles, que han sido la vida entera de varias generaciones de cubanos en ¨períodos especiales¨ que se suceden unos a otros sin que el anterior finalizase, vuelven a intensificar nuestra cruda realidad. Vacas flacas vuelven a suceder a tiempos de vacas flacas y los tiempos de vacas gordas solo permanecen en sueños como los del personaje bíblico de José en Egipto; pero en medio de ello, y esta vez coincidiendo con el mismo principio del anuncio de las nuevas desgracias, manos generosas como la de nuestros hermanos de Texas nos hacen pensar en la mano de Dios quien por encima de todos se las ingeniará para hacernos llegar el pan nuestro de cada día y dejarnos caer el maná en medio del desierto. Entre tanto oramos para que algún día los tiempos difíciles de Egipto queden atrás y seamos capaces de encontrar en nuestra propia tierra, la tierra prometida.