POR: YOAXIS MARCHECO SUÁREZ
Yordi es un hombre bonachón, pero ya ven, firme en sus ideas y en sus principios, ni las amenazas, ni el acto mismo de despojarlo de su congregación y de sus cargos en el distrito de Villa Clara lo han hecho claudicar. Él es el pastor de todos, esas fueron sus palabras en declaración pública, Jesús también lo es, su Palabra es clara cuando expresa que Dios no hace acepción de personas, todos somos indignos de la salvación por nuestra condición de pecadores, pero a todos por su misericordia Dios quiere salvar, en una muestra de inefable amor.
Yordi es en esta ciudad el guía espiritual de todos los sedientos que han encontrado en Jesús la fuente de vida eterna, la única pregunta que este hombre de Dios formula a sus conciudadanos es: ¿aceptas a Jesús como tu Salvador personal? Nunca se detiene a preguntar: ¿es usted revolucionario? ¿es usted disidente o contrarrevolucionario? No son esas las preguntas que él debe hacer por tanto nunca las ha hecho, a Jesús no le interesan las respuestas al respecto, él ama por igual a revolucionarios y a no revolucionarios, Jesús solo mira la condición humana de pecado, busca arrepentimiento y una señal genuina de conversión, de un corazón verdaderamente entregado a su causa, que es la más elevada de todas, esa causa es a la que ha defendido este Pastor. El amor al prójimo lo ha guiado siempre, el respeto a sus homólogos de otras denominaciones en una muestra práctica de lo que debe ser el verdadero ecumenismo, lanzado junto a ellos al empeño de alcanzar la ciudad de Santa Clara para su Señor y Salvador, que es Cristo, lo caracterizan, al punto que el resto de esos compañeros de campaña lamentan su obligada retirada y han intercedido por él ante su instancia superior, el Obispo de la Iglesia Metodista en Cuba.
Quiero aclarar que no intento interferir en los asuntos internos de una denominación evangélica, a la que además no pertenezco, mi objetivo es solo reflexionar y ofrecer mi opinión, que no está vedada, aunque muchos quisieran que así fuera. Un pastor como Yordi, con un ministerio fructífero en el alcance de vidas para el evangelio dentro de esta urbe, con un testimonio personal, familiar y por tanto moral irreprochables y cumplidor de los requisitos que debe tener un ministro del Señor, retomemos la lectura de 1 de Timoteo capítulo 3, además de ser marido de una sola mujer, sobrio, prudente, decoroso, hospedador, apto para enseñar, no dado al vino, ni amigo de peleas, no codicioso de ganancias deshonestas sino amable, apacible, no avaro, que gobierne bien su casa, que no sea un neófito, que tenga buen testimonio de los de afuera para que no caiga en descredito y en lazo del diablo, nutrido además con las palabras de la fe y de la buena doctrina, desechando fábulas profanas y de viejas y ejercitando en todo tiempo y con todos, la piedad, no debe ser retirado de esta manera tan arbitraria de su desempeño como ministro del evangelio en esta congregación, que le ama, aprecia y le apoya.
Hago un llamado al Obispo de la Iglesia Metodista en Cuba, mi solicitud es que escuche la voz de su Señor y no otra, que vea con sus ojos espirituales los frutos del trabajo de este siervo, que comprenda además que no siempre nuestra voz es coincidente con la de los gobernantes y poderosos de este mundo y en el caso específico de nuestra patria, si queremos ser honestos hijos de nuestro Padre celestial, debemos reconocer que la ignominia de nuestros gobernantes y su injerencia en los asuntos internos de las iglesias es desmedida, históricamente han querido manipularnos y manejarnos como a títeres, dictarnos qué podemos hacer y qué no, siempre condicionado por sus intereses, debemos comenzar a decir no a esa mirada intrusa, cueste lo que cueste. El Ministro de la Iglesia Metodista de Santa Clara ha comenzado a recoger ya el costo de su osadía y qué osadía, dar amor, comprensión y compañía espiritual a disidentes de esta ciudad, incluidos algunos de sus líderes, como Guillermo Fariñas, Guillermo del Sol, al mismo Juan Wilfredo Soto, a cuyos funerales y sepelio no dejó de asistir. Así hay otros osados que de alguna manera también pagan el precio, es el caso del Presbítero Homero Quintín Carbonell quien tuvo que acelerar los trámites de su jubilación para que se despojara a la Primera Iglesia Bautista de esta ciudad de las amonestaciones a las que se encuentra sometida aún por parte del Gobierno. Yordi arrastró además a cientos de creyentes de diversas denominaciones, en conjunto con sus respectivos líderes en las caminatas alrededor del parque Vidal realizadas el año pasado y en el presente, tomándose por su cuenta el derecho de predicar en actos públicos el Evangelio, muy pocas veces y siempre bajo la custodia gubernamental se han podido realizar eventos evangelísticos masivos, el Estado niega la mayoría de las veces los permisos y también los locales para la realización de estos eventos, como estadios, teatros, siempre con el miedo a las masas, a las aglomeraciones y por supuesto a los líderes con capacidad para la convocatoria. Yordi se auto concedió el permiso y asaltó las calles de Santa Clara para llevar a todos la Verdad de Jesús, un ejercicio formidable de libertad, donde el miedo no tuvo lugar y sí la valentía y la fuerza que nos insufla el Espíritu Santo.
Hace ya algún tiempo que la Oficina de Asuntos Religiosos en Santa Clara desea expulsar a este Pastor de su territorio, sus principales directivos se lo han dejado claro en varias oportunidades, el pastor Yordi se queja de haber recibido fuertes reprensiones y ofensas por parte de la funcionaria del Partido Comunista Odalis Sabalo y del funcionario de Justicia Provincial, las razones para estas reprimendas son las mismas que arguye el Obispo de la Iglesia Metodista: no mostrar simpatía hacia el Gobierno cubano y apoyar los Derechos Humanos. Qué se puede interpretar de todo esto, es entendible que un hombre como Yordi resulte indeseable a la Oficina de Asuntos Religiosos de Santa Clara y al resto de las instancias políticas y gubernamentales de esta localidad, pero ¿está el Obispo Metodista tan vinculado a estas entidades que al igual que ellos se ha tornado enemigo de los Derechos Humanos? Considero que es el momento oportuno para las definiciones, el Obispo demostrará con sus acciones a cuál voz escucha y atiende, si a las de los tiranos o a la de Dios, la única a la que debe obedecer, no quiero profundizar en mi opinión, como ya dije mi intención para nada es interferir en los asuntos de otros, pero como mi Padre es el mismo de Yordi, como somos compañeros en la buena batalla de la fe y como conozco al monstruo en el cual vivimos, levanto mi voz para al menos apoyar a mi amado hermano. Sé que Dios hará justicia y esta será perfecta.
Si el Obispo Metodista y su Gabinete persisten en su intención de disolver el Ministerio fructífero de este hermano, considero entonces que el lugar protagónico deberán tomarlo, su iglesia local y el resto de las iglesias evangélicas de la ciudad junto a sus pastores, alcemos nuestra voz en reclamo de nuestros derechos, en reclamo del respeto que como seres humanos merecemos, somos hijos de Dios y nadie tiene la facultad de pisotearnos, ni chantajearnos. Defendamos a nuestro hermano, apoyémoslo, convirtámonos en un verdadero problema para el diablo. No olvidemos que cualquiera de nosotros por un motivo u otro puede resultar en víctima directa de este sistema enmohecido que gobierna nuestra patria. Es necesario además que el mundo conozca de estas atrocidades, por tanto es necesario que las denunciemos. Todos los cubanos, tanto los del exterior como los de adentro, especialmente los cristianos, deben saber de la ignominia que se le quiere hacer al Reverendo Yordi Alberto Toranzo Collado, que el Obispo reflexione y valore si es mejor estar con Dios que con el diablo.