Noventa años duró quien fuera una absoluta pesadilla para Cuba e incluso en más de una ocasión para el mundo. ¡Gracias a Dios ya no está más físicamente en este mundo para continuar haciendo daño! No dudo ni por un momento en catalogarlo como uno de esos anticristos a los que se refiere el apóstol Juan cuando declara: Hijitos, es la última hora, y así como oísteis que el anticristo viene, también ahora han surgido muchos anticristos; por eso sabemos que es la última hora (1 Juan 2.18).
Es triste que algunos de nuestros hermanos hayan sido engañados por la marca de esa bestia, y se sumen a la errónea interpretación bíblica que hace circular la Seguridad del Estado en Cuba para manipular a las iglesias en el sentido de que Fidel era uno de esos reyes que Dios pone o Dios quita, y que debía rendírsele ciega obediencia. La Biblia enseña claramente que ese tipo de reyes lleva la espada para hacer justicia, (Romanos 13.4) y todo menos eso hizo la espada siniestra de Castro.
La Biblia enseña que existen gobiernos, o tiranos, cuya autoridad no viene de Dios, sino del Dragón, para referirse directamente a Satanás o a Lucifer. Y fue de ese Dragón que provino siempre la autoridad y protección a ese hijo del Diablo, como en su momento también lo fueran Nerón, Domiciano, Stalin, Hitler, Franco o Mussolini. De sátrapas como lo fuera él es de los que declara Apocalipsis 13 este misterio: … Y el dragón le dio su poder y su trono, y grande autoridad. {3} Vi una de sus cabezas como herida de muerte, pero su herida mortal fue sanada; y se maravilló toda la tierra en pos de la bestia, {4} y adoraron al dragón que había dado autoridad a la bestia, y adoraron a la bestia, diciendo: ¿Quién como la bestia, y quién podrá luchar contra ella? {5} También se le dio boca que hablaba grandes cosas y blasfemias; y se le dio autoridad para actuar cuarenta y dos meses. {6} Y abrió su boca en blasfemias contra Dios, para blasfemar de su nombre, de su tabernáculo, y de los que moran en el cielo. {7} Y se le permitió hacer guerra contra los santos, y vencerlos…
Fue tal el poder que delegara Satanás a este demonio humano que todavía se necesitará mucho tiempo para lograr sanar de su influencia maléfica a nuestra devastada isla. Aunque lo haremos.
No me extraña que a lo largo de su diabólico ministerio numerosos religiosos se hayan prestado a entonar cantos de sirena a su alrededor, sin importar credo ni jerarquía eclesial. Ese mismo texto en Apocalipsis 13 deja claro que siempre a ese tipo de monstruo político va asociada una bestia religiosa: {11} Después vi otra bestia que subía de la tierra; y tenía dos cuernos semejantes a los de un cordero, pero hablaba como un dragón. {12} Y ejerce toda la autoridad de la primera bestia en presencia de ella, y hace que la tierra y los moradores de ella adoren a la primera bestia, cuya herida mortal fue sanada. {13} También hace grandes señales, de tal manera que aun hace descender fuego del cielo a la tierra delante de los hombres. {14} Y engaña a los moradores de la tierra con las señales que se la ha permitido hacer en presencia de la bestia, mandando a los moradores de la tierra que le hagan imagen a la bestia que tiene la herida de espada, y vivió. {15} Y se le permitió infundir aliento a la imagen de la bestia, para que la imagen hablase e hiciese matar a todo el que no la adorase...
Lo cierto es que con la muerte de Fidel Castro desaparece otro de los anticristos de turno, y con este hecho comienza a desaparecer su influjo maldito sobre nuestra sufrida isla. Tiempos de luz, libertad y prosperidad terminarán por imponerse a las densas tinieblas que con estos delincuentes en el poder tuvimos que sufrir por demasiadas décadas ya, con el valor añadido de extender los tentáculos de nuestra maldición sobre otras tierras de las que constituye la mejor expresión la desvencijada Venezuela.
¡Gracias a Dios se murió Fidel Castro! ¡Un anticristo menos!