En mi Post anterior: «Celebraciones recuperadas», hice alusión a las concesiones que el Régimen cubano ha otorgado a la Iglesia Católica referente a las celebraciones de la Navidad y el Viernes Santo, este último, aunque calificado y adoptado así por los católicos, es tomado como referencia por muchos cristianos en el mundo para recordar todo el calvario sufrido por Jesús en su trayecto por la Vía dolorosa y su deceso en la Cruz; particularmente celebro tanto el nacimiento de Cristo, como su muerte y resurrección. Creo firmemente que estos tres sucesos marcan nuestra fe y por supuesto la misión o el ministerio del Mesías entre los hombres.
Archivo del Autor: Yoaxis Marcheco Suárez
UNA DE LAS TANTAS…, LA CRISIS DE LOS BALSEROS
…Y el mar ya no existía más. Apocalipsis 21:1
La respuesta al agobio material que devino en derrumbamiento espiritual y en gran medida político e ideológico, fue la escapada en masa a riesgo de cualquier percance, incluso la muerte. El mar se abría desafiante, tras el horizonte estaba la alternativa del sueño americano y quien niega que el sueño americano ha sido siempre una de las vías de escape más utilizada por los cubanos, histórica y paradójicamente los naturales han buscado refugio al abrigo del “monstruo del norte”, unas veces por cuestiones políticas y otras aspirando a mejoras económicas; el gran vecino por una razón o por otra siempre ha abierto las puertas y brindado facilidades a los nacidos en la isla, una de ellas es la famosa Ley de Ajuste Cubano, esperanzados por el abrigo de la ley y como quienes escapan de las entrañas del monstruo conocido, los cubanos prefieren probar fortuna, no cabe aquí el refrán de que es mejor conocido que malo por conocer, por muy malo que sea el del norte, jamás será como el que ya conocemos.
LA TORTURA CHINA
Muchos pensarán que me refiero a algún método de tortura elaborado por los chinos con la intención premeditada de hacer daño o algo parecido, pero lejos estoy de eso, me refiero a los famosos ómnibus de fabricación china marca Yutong, que aunque estoy segura su diseño para nada tenía la intención de torturarnos, lo logra con una eficacia increíble, sobre todo cuando el kilometraje a recorrer es extenso. Obviamente los chinos no fabricaron los ómnibus Yutong teniendo en cuenta las características de los cubanos, si así lo hubieran hecho el espacio entre los asientos fuera un poco mayor, porque a los cubanos no nos gusta para nada eso de andar tirados unos encima de otros, sobre todo cuando son desconocidos quienes nos rodean. Los asientos de estas guaguas han traído más de un altercado entre los pasajeros y verdaderamente si alguien quisiera conocer a qué me refiero cuando hablo de tortura, solo con viajar de Villa Clara a La Habana tendría suficiente para comprender, aunque si es masoquista podría probar un viaje de más de catorce horas desde la capital hasta cualquier punto bien oriental del país.
MI PRIMERA MAESTRA DE ESCUELA DOMINICAL
Tal vez el nombre verdadero de María Pepa, era María Josefa, pero todos, quienes la querían y quienes no, jamás le decían su nombre verdadero. María Pepa era una mujer cristiana, metodista, nunca tuvo hijos y había enviudado pocos años después de haber contraído matrimonio con el único hombre al que amó. Era una cristiana muy activa y aun cuando la vejez y la enfermedad le impidieron seguir congregándose en el templo con los demás hermanos, esta mujer no paró de predicar y de incidir con su vida a otros para llevarlos a los pies de Cristo.
UN MENSAJE DE PAZ MALINTERPRETADO
Pareciera que todavía hoy malinterpretamos el mensaje de la navidad y le otorgamos un sentido que para nada es genuino ante los ojos de Dios. En un mundo donde los rumores de guerra se convierten en realidad con solo el chasquido de los dedos de los poderosos, donde aun persisten dictaduras y dictadores, donde los derechos de los seres humanos son tirados con desprecio a la basura. Un mundo donde la palabra paz se ha transformado en una sílaba olvidada, como algo del pasado más remoto, aunque lamentablemente como género siempre hemos sido propensos a la violencia, a la furia, al desatino, sin percatarnos de que cada error que cometemos sobre la tierra será pagado con creces tarde o temprano.
PERSONAS EN LA MEMORIA: El maestro de Marxismo
Era yo una adolescente de dieciséis años y cursaba el onceno grado, me placía estudiar y esforzarme para lograr buenas calificaciones, cercana estaba la universidad y necesitaba, además de un buen escalafón, estar avalada por el Partido Comunista del centro donde estudiaba, la Juventud, la Federación de Estudiantes de Enseñanza Media y muy al final, el claustro de profesores que me enseñaba las diferentes materias. Para alcanzar este aval los estudiantes debíamos participar en todas las actividades de corte “político”, cultural, trabajos voluntarios, escuelas al campo, y cuanto acto o desfile se organizara, muy importante era la participación en las multitudinarias marchas del Primero de mayo, Día Internacional de los Trabajadores y los Domingos de la Defensa, día que se dedicaba a la preparación o entrenamiento de los adolescentes para que supieran defenderse en caso de guerra y estuvieran listos para luchar por la patria y las conquistas del Socialismo.
¿AUGURIO O AMENAZA?
Cerca de las ocho de la noche del pasado miércoles diecinueve de octubre, estando aun mi esposo detenido en la Unidad de instrucción de la Seguridad del Estado de Caibarién, un agente apostado frente a mi casa me dijo, luego de posar voluntariamente para una foto y de yo cuestionar su presencia en el lugar, que se encontraba allí para evitar que el pueblo de Taguayabón nos cayera a pedradas y palazos. Le pregunté cuál parte del pueblo haría eso y si estaba seguro que sería todo el pueblo o solo el grupo de delatores e informantes que poseen en la comunidad, organizados y convocados por ellos, entonces me reiteró que el pueblo de Taguayabón nos vendría encima con piedras y con palos y que eso estaba a punto de ocurrir.
PERSONAS EN LA MEMORIA: El niño y el bombardeo de huevos
En vano busco en la mente el nombre de mi amiguito preferido cuando estábamos en preescolar y primer grado, el paso de los años lo ha borrado totalmente. Era el niño más alto del aula y se sentaba en el pupitre que estaba al lado del mío, compartía alegremente conmigo sus meriendas y le sacaba puntas a mi lápiz cuando esta se partía. Nos reíamos juntos en el recreo y corríamos uno detrás del otro jugando a los agarrados. Posiblemente fue el mejor amigo que tuve en esos dos años de la infancia. La presencia de mi compañerito de clases cada mañana era parte importante de mi cotidianidad de niña y me hacía sentir plenamente dichosa, diría que feliz, en mi mente infantil no aparecía ni la más remota posibilidad de que algún día aquel niño pudiera desaparecer de mi vida de tal manera que nunca más, hasta los días de hoy, le he vuelto a ver.
ARBITRARIEDADES
Son muchos los sinónimos del término arbitrariedad, y la mayoría encajan perfectamente con el sistema de gobierno cubano, al menos así lo hemos sentido en más de una ocasión en carne propia. La última muy recientemente el jueves 15 de septiembre, cuando mi esposo se disponía salir en la mañana hacia la ciudad de Remedios para participar junto a otros colegas pastores en un curso sobre teología al cual estaba asistiendo desde el lunes de esa misma semana y que por demás la “Seguridad del Estado”, siempre tan al tanto de nuestros asuntos, ya conocía y se lo habían dejado ver unos días antes cuando estando él en las calles remedianas conversando con un amigo, el agente Raúl, nuestro más arduo perseguidor, le saludó solo para dejarle en claro que lo tenía bien en la mirilla.
¿LOS GOLPES ENSEÑAN?
Jamás olvido de niña la frase que mi madre acostumbraba a usar cuando veía a algún padre golpear a su hijo para disciplinarlo: los golpes no enseñan, todo lo contrario. Aunque la Biblia expresa que a los hijos se les debe disciplinar con vara, esa vara no es expresión literal de violencia, sino de la medida moral con la cual los superiores deben enseñar a sus descendientes. Así llevando este análisis al plano social, podríamos afirmar que si la sociedad no educa y encamina a sus hijos por los caminos del bien y si los gobiernos no cumplen con sus más elementales obligaciones y deberes para con sus ciudadanos, entonces usar la vara, ya sea en el sentido de la violencia física o en el plano moral termina siendo una actitud hipócrita de parte de quienes están para velar por el desarrollo de naciones que protejan, sustenten, afirmen a los hombres y mujeres a quienes dirigen y no para lo contrario.