¿Una baja más?

¡Chin! ¡Chin! ¡Chin!
Aquí va el soldado muerto.
¡Chin! ¡Chin! ¡Chin!
De la calle lo trajeron.
¡Chin! ¡Chin! ¡Chin!
El soldado es lo de menos.
¡Chin! ¡Chin! ¡Chin!
Que más soldados tenemos…
(Del poema «Soldado muerto», de Nicolás Guillén)

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No sé por qué piensas tú

 CONSTANTES REQUICIOS A LA POBLACIÓN

CONSTANTES REQUICIOS A LA POBLACIÓN

El Jefe de Sector de la Policía Nacional Revolucionaria (PNR) me ha pasado por el lado junto a otro agente que ahora le acompaña siempre y que dicen es el que atiende la CI (Contrainteligencia). Taguayabón ha necesitado refuerzos en los últimos tiempos, sin hablar del vuelo ininterrumpido de las suzuquis (Raúl, Eliecer, Osviel,…) que ya ha sido tema hasta en el paradigmático blog de Yoani Sánchez, que le ha hecho honores al pueblo. He notado que no han sabido si saludarme o no, he visto recelo y desconfianza en sus miradas.

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LITERATURA, TEOLOGÍA Y VIDA

Literatura, teología y vida: con estas tres palabras resumiría el intenso día que fue este 10 de junio. Un día que por sus intensas lluvias parecía destinado al recogimiento y la tranquilidad, pero que se burló del aguacero para llegar a ser una jornada memorable.

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NO ESTAMOS SOLOS

Un aluvión de postales llegadas desde otras partes del mundo me recuerda que no estamos solos, la solidaridad de nuestros hermanos se aglomera en el correo postal y va llegando poco a poco hasta nosotros, qué decir de la cantidad de mensajes electrónicos, ya sea vía e-mail o a través del teléfono. Son tantos los nombres que si quisiera escribirlos la lista sería interminable, esa lista estará en mi corazón por siempre porque el efecto de cada palabra, cada tarjeta, cada expresión de cariño, afecto, apoyo, es como el del agua sobre la tierra seca. Seguiré entonces el método de nuestro amigo Luis Bernal, quien ha estado entre los primeros, escribiré cada uno de los nombres en papel y los llevaré siempre conmigo, colocaré mis manos sobre ellos y oraré cada día por sus vidas, es la forma que tengo para agradecer esa enorme ola espiritual que en este momento hace un cerco protector sobre nosotros.

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EL TIMO EN CUBA AL CMI

Josef Luki Hromacka

Josef Luki Hromacka

Olav Fykse Tveit, Secretario General del Consejo Mundial de Iglesias (CMI) estuvo en Cuba acompañado de una amplia delegación de líderes de esta agencia de cooperación internacional, invitados con motivo de la celebración del aniversario 70 del Consejo de Iglesias de Cuba (Cic). Y aunque no he podido escuchar todas las declaraciones de estos distinguidos visitantes -estoy muy alejado de las élites del poder que les han invitado y recibido- me temo que les hicieron caer en una trampa, y me siento en el deber de confirmárselos. El timo se lo ha hecho el régimen castrista, que otorgó sus visas religiosas, en contubernio con el Cic que las solicitó. Ellos les hicieron enfocar sus miradas hacia determinados puntos de la realidad, más foránea que cubana, y en ellos les hicieron concentrar totalmente, manipulándoles, mientras les ocultaron los aspectos más sensibles y polémicos de nuestra resquebrajada realidad nacional.

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MI TWEET Y EL CIC

El tweet de la discordia en el caso de Juan Wilfredo Soto García; ese tweet al que el régimen no ha hecho referencias en sus medios, porque le conviene ignorarlo; aquel tweet que me sentí urgido a publicar como denuncia el 5 de mayo antes del mediodía, tras el alarmante testimonio que me ofreciera EL ESTUDIANTE, la última vez que le viera en vida; ese tweet, se lo debo al Consejo de Iglesias de Cuba (Cic).

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TU ME DAS, YO TE DOY

¿Puede ser capaz la iglesia de dar un testimonio profético en medio de una sociedad marxista si se identifica completamente con la ideología marxista y la política del gobierno?
W. Rauch, pastor en la ex-RDA

Corría el año 1960 y el Consejo de Iglesias de Cuba (Cic), que entonces no se llamaba así, sino Concilio Cubano de Iglesias Evangélicas (Ccie), adoptó su «Declaración de Principios: un mensaje a los protestantes cubanos», redactada originalmente por los pastores Manuel Viera Bernal y Juan P. Tamayo para el «Movimiento Social Cristiano». En este documento se criticaba tanto el sistema capitalista como el comunista, pronunciándose a favor de un «orden social cristiano» y de una «democracia total» que ofreciera «pan con libertad», concluyendo con un llamado al protestantismo cubano a participar «con sentido de misión en las luchas sociales, obreras, estudiantiles y políticas con el fin de impregnar la vida toda de la nación con las ideas y prácticas cristianas». ¡Como ha cambiado desde entonces el Cic!, y no lo digo solo por el nombre.

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Y LOS GOLPES SIGUEN

Yo he visto al bien con los ojos del mal
como un ciego feliz en la oscuridad.
Nena no sé lo que va a pasar si la mentira se disfraza como la verdad,
si la mentira se disfraza como la verdad…
Pero Dios sigue siendo mi anzuelo colgando del cielo.
Carlos Varela.

Se le ha dicho al pueblo de Cuba que Juan Wilfredo Soto murió de forma natural y se ha lanzado la pregunta de -¿Acaso no basta el aval de la Revolución de más de cinco décadas sin un solo torturado, desaparecido o asesinado?- Uno solo no… Ya nos hemos referido en post anteriores a esa «muerte natural» y a ese historial de la «Revolución».

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LA PROVIDENCIA DIVINA Y EL ASESINATO DE JUAN WILFREDO SOTO GARCÍA

La vida no vale nada
si ignoro que el asesino
cogió por otro camino
y prepara otra celada.
Pablo Milanés.

Cuando analizo retrospectivamente mi relación pastoral con Juan Wilfredo Soto García, descubro que, no potencias internacionales ni campañas mediáticas, pero sí Dios, nunca neutral ante los asuntos humanos, estaba muy interesado en este hombre. Y me estaba preparando a mí para retarme a actuar como el samaritano, ya que a él lo dejarían tirado junto al camino.

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YO IRÉ

El sepelio de Juan Wilfredo Soto García se realizó a pie por todo el largo trecho que separa la Funeraria de la calle Camacho del cementerio de la ciudad de Santa Clara donde fueron sepultados sus restos. El sol era fuerte y el calor abrazaba, pero aquellos hombres y mujeres, familiares, amigos o compañeros de lucha quisieron hacer testigos al resto de la ciudad del dolor que sentían por la pérdida.

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