Banes es una plaza sitiada y la pobre iglesia en que ministro es también un espacio sitiado. Agradezco profundamente el llamado de Solidaridad Cristiana Mundial en favor de Reina Luisa Tamayo, la acosada madre de Zapata; y el que realizó también en favor de mi ministerio. Parte de mi corazón ha quedado en Banes, especialmente ahora que todos conocemos los acontecimientos suscitados allí el pasado domingo: la inmensa golpiza propinada a Reina y sus acompañantes, y el posterior bloqueo que Cubacel realizó a muchos de sus propios clientes en Holguín para intentar contrarrestar la difusión de tan bochornosa noticia a través de los móviles, y de lo cual ha dado buena cuenta Yoani Sánchez con la tan atinada etiqueta en Twitter #censuracubacel. Pero aunque intercedo ardientemente por los maltratados en Banes no pierdo de vista que en Taguayabón tengo mi propio campo de batalla y aquí me encomiendo a Dios cada día para poder moverme en un ambiente caldeado entre tanta trampa, vigilancia, delación o deserción.