En el cuarto domingo de cuaresma abordé el texto de Lucas 15.11-32 donde un hijo rebelde vuelve a casa haciendo rebozar de felicidad a su padre quien siempre le había esperado. El texto reitera la misma idea de todo el capítulo 15 de Lucas. En los versos 1-6 era una oveja la perdida y encontrada por su pastor. Y en los versos 8 al 10 una moneda, perdida y encontrada por su pobre dueña. En las tres historias hay algo perdido que se recuperó trayendo enorme alegría a quienes recuperaron lo que habían dado por perdido. El pastor de la primera historia dice en el verso 6: ¨Alégrense conmigo porque encontré mi oveja perdida¨; la mujer de la segunda historia dice en el verso 9: ¨Alégrense conmigo porque encontré mi moneda perdida¨ y el padre de la tercer historia dice en el verso 32 al hermano celoso del hijo recuperado: ¨Teníamos que celebrar este día feliz. ¡Pues tu hermano estaba muerto y ha vuelto a la vida! ¡Estaba perdido y ahora ha sido encontrado!¨
El 20 de marzo la Asamblea General de las Naciones Unidas nos proponía celebrar el Día Internacional de la Felicidad según su Resolución adoptada el 12 de julio de 2012 lo que conviertió el 2015 en el tercer año en celebrarlo y cada nuevo año somos más quienes nos ponemos al día con esta propuesta. Ojalá el 20 de marzo no haya pasado desapercibido. No solo por el eclipse total de sol que pudo ser observado en el norte del Atlántico, o por ser el día del equinoccio de primavera, sino porque haya sido de veras el Día Internacional de la Felicidad. Y es que hay que coincidir con la ONU en que tal vez no sea el agua u otro tipo de recursos los más escasos en este mundo. Tal vez sea este, la Felicidad, y para Cuba no es la excepción, el más escaso, y nos corresponda a todos juntos buscarla. No como la búsqueda egoísta de la realización personal sino la del bien común para todos. Y es que la Felicidad, como la oveja, la moneda o el hijo perdidos sea tal vez lo más buscado y, tristemente, lo menos encontrado entre los seres humanos.
Para mí, que me siento entre los afortunados de encontrarla no hay mejor manera que concluir este post con un clásico de la música góspel que expresa mi sentir y de qué modo la encontré yo: youtu.be/oYKyjpOoPzU