Cuando mi esposa Yoaxis Marcheco y yo no encontramos nuestros nombres en la lista de matriculados al curso de Doctorado en Teología (Ph D) a ofrecerse por vez primera en Cuba, tras un fuerte año en curso de nivelación como aspirantes, ofrecido por el Instituto Teológico FIET (Argentina) en colaboración con la FTS de Londrina; cuando descubrimos que nuestros dos nombres eran los únicos ausentes; cuando nos percatamos ser objeto de evidente discriminación política; es probable que nuestra primera reacción fuera humana, pues nada de ello no es ajeno. Cuando descubrimos no estar siquiera entre los invitados a la ceremonia de apertura este domingo 9 de junio a las 7pm en la Iglesia Los Pinos Nuevos en calle Suárez, Habana Vieja, es probable que nos sintieramos excluidos.
Hoy que ha llegado el día 9 la situación ha variado inimaginablemente.
Originalmente pensamos trasladarnos para la ocasión hasta La Habana y al menos sentarnos en los bancos de la iglesia en protesta silenciosa. Pero, ¿cuál es nuestra situación hoy?
No me es posible estar en La Habana como pensé pues me encuentro en Gdansk, donde mismo están los astilleros en el que el régimen comunista de Polonia vio nacer su derrumbe. En medio de esto nunca soñamos ni mucho menos planeamos recibir tantas propuestas para poder realizar nuestros doctorados. Este mismo día 9 precisamente, como una señal del cielo, una amiga argentina, Micaela Hierro, ha venido hasta Gdansk a saludarnos desde Alemania donde realiza su primer año de Doctorado. Y vino con prisa pues al siguiente día en la mañana deberá estar presente en su sala de clases. Y nos ha dejado muy animados al respecto.
Hoy la cuestión para nosotros es ¿dónde lo hacemos? ¿de cuál de las universidades que nos ofrecen opciones aceptamos la oferta? ¿Suramérica, Europa, USA o África? ¿Qué programas nos convienen más, a nosotros y a Cuba? Francamente no aspirábamos a más de lo que se nos ofrecía en La Habana, en nuestra propia tierra, en este proyecto de FIET y la FTS, pero las posibilidades se abren y se diversifican las propuestas como nunca imaginamos.
Nuestro año de nivelación con el profesor Alberto Roldán de Argentina fue en extremo motivador para nosotros. Este excelente profesor, que dirige la revista digital ¨Teología y Cultura¨, nos guío a la lectura de autores y fuentes no usuales en Cuba. Francamente nos introdujo ¨el bichito¨ del estudio de la teología como fuente de empoderamiento y estábamos listos para este doctorado que nos adentraría en los caminos de la denominada ¨teología política¨.
La estocada de la dictadura a través de su Oficina de Atención a los Asuntos Religiosos del Comité Central del Partido Comunista de Cuba solo nos coloca hoy ante la difícil determinación de elegir entre varias y tentadoras opciones. No es que nos hayan eliminado la única opción que se nos ofrecía: es que nos las multiplicaron. ¡Y lo vamos a hacer! Para gloria de Dios y para beneficio de Cuba.