Esta vez no quise esperar al día ocho, aunque es en él cuando escribo estas líneas (Ver el post DE OCHO EN OCHO). Me adelanté en un día, entre otras razones porque hoy día ocho de octubre de 2011 es sábado y la Fiscalía Provincial de Villa Clara no abre al público. El ocho de septiembre pasado, tras brindar mi testimonio al fiscal Osmel Fleites Cárdenas durante hora y media respecto al controversial caso de Juan Wilfredo Soto García quedó públicamente abierto un proceso pues, según me declarara literalmente el licenciado, hay suficientes elementos para abrir un proceso. Aunque ya con mi testimonio este profesional llegaba a tal conclusión yo pedí se tuviese en cuenta a otros testigos dispuestos a declarar y el fiscal me dijo que cuando quisiese podía presentarme en Fiscalía y entregar los nombres para incluirlos en el proceso.
Esperé un mes y he podido agregar a mi testimonio otros seis cuyos nombres, números de identidad y direcciones entregué formalmente ayer al fiscal quedándome con una copia también firmada por él y que ahora publico, aunque por motivos de seguridad he ocultado sus DNI y las direcciones. Estos seis nombres podía haberlos entregado prácticamente a la semana de haber sido atendido por el fiscal Osmel pero continúe con la esperanza de agregar otros, a unos ha sido difícil localizarlos, y otros todavía no se atreven a declarar pues temen, desde perder la fuente de sus sustento económico hasta cualquier otro tipo de represalias. De todas formas la fiscalía tiene otros seis nombres para continuar trabajando, y yo estoy seguro que en un mes más de pesquisas y persuasiones pueda agregar nuevos nombres, entre ellos el de Natividad Blanco Carrero, que sería la primera fémina en atreverse a hacerlo. Ella, madre del recluso Alberto Esteban Manso Blanco quien lleva siete meses en Ayuno Voluntario, se encontraba ya entonces en el hospital reclamando al gobierno cubano que le permitiera simplemente acompañar a su hijo, reportado de gravedad en terapia intensiva por causa de su prolongado ayuno, lo cual, increíblemente, hasta el momento actual no le ha sido permitido, y esto le hizo coincidir con el caso de Juan Wilfredo Soto García, ingresado allí por menos de dos días, hasta que falleció en las primeras horas del ocho de mayo. Ella también tiene elementos que aportar en este proceso, y como una manera de ayudarla en el propio calvario en que se encuentra le presto mi blog para publicar una carta abierta que recién ha puesto a circular acerca del caso de su hijo.
Entre los seis testigos de referencia cuyos datos ya posee la Fiscalía se encuentra el Premio Andrei Sajarov 2010 del Parlamento Europeo por la libertad de conciencia Guillermo Fariñas Hernández. Este, además de ser amigo personal de Juan Wilfredo Soto desde la infancia, fue su compañero más cercano de lucha pacífica, y su huelga de hambre en el 2010, de la cual Juan Wilfredo, en los bajos del hospital fue un perenne acompañante, motivó que un agente de la seguridad del Estado amenazara de muerte al Estudiante, quedando como prueba de ello una grabación audible del propio Soto García reportando la denuncia para la radio. En la última conversación telefónica que sostuvieron ambos, Juan Wilfredo no solo le revela la causa de su inminente muerte sino que le encomienda al Coco el cuidado de sus dos hijos, última petición del difunto que Guillermo Fariñas se ha tomado muy en serio ya que a partir de entonces ellos quedaron como sus protegidos y que por motivos de seguridad el Coco desearía exiliar.
El número uno de la lista entregada la encabeza mi padrastro, Santiago Martínez Medero, enfermo de cáncer ya casi en estado terminal y por cuya causa aquel cinco de mayo de la golpiza al Estudiante me encontraba yo en el Hospital Oncológico de Santa Clara. En aquel momento, hace cinco meses mi padrastro todavía podía trasladarse y en aquel momento recibía tratamiento de quimioterapia. Aquel encuentro fortuito con Juan Wilfredo ha marcado una significativa huella en Santiago quien tal vez ya no tenga vida para cuando se le invite a declarar. Fue la única vez que viera en vida a Juan Wilfredo Soto y la revelación que nos hiciera ha perdurado en la mente de mi padrastro a pesar de todos los sufrimientos físicos por los que ha debido transitar desde entonces. Santiago en el presente lleva más de dos meses alimentándose mediante un levín y en estos momentos resiste el dolor con ayuda de la morfina. Sería imposible precisar cuanto le reste de vida pero todavía, aún en su depauperado estado está dispuesto a que se le tome su declaración. Previendo cualquier situación ya he tomado un video de sus palabras, a disposición de la Fiscalía, y que podría servir, en caso de ausencia, para que realice su deseo de testificar en este caso en el que él también quiere se haga justicia.
De los otros cuatro casos ya he hecho referencias en otros post relacionados. Rafael Pérez González fue la primera persona, vecino del parque y de la Unidad Policial a la que había sido conducido el Estudiante, a quien Juan Wilfredo reveló la golpiza, antes que tomara el bicitaxi que detuvo para contárnoslo luego a Santiago y a mí en plena calle Cuba. Héctor Duniesky Bermúdez se hallaba por necesidades personales de salud en el Hospital Provincial al que llegó el Estudiante en el bicitaxi, y fue él quien trasladó a su amigo en su automóvil hasta su casa, a la cual se le enviaba a morir simplemente suministrándole un calmante por ordenes de la seguridad del Estado. Tanto Héctor como José Lino Asencio López fueron golpeados días después en la calle, lo cual también se relató en post anteriores, todo parece indicar que por su tozudez en declarar sus testimonios. Jorge Luis Artiles Montiel, inseparable compañero de prisiones de Juan Wilfredo Soto al igual que el Coco recibió el testimonio de su amigo ya en lecho de muerte, y fue tal la consternación de Jorge Luis que al día siguiente de la muerte de su amigo estuvo en huelga de hambre como protesta alrededor de un mes.
Entre tanto que estos seis testigos esperan el privilegio que ya tuve yo de declarar ante un órgano de justicia cubano, y entre tanto que otros, como Natividad Blanco, sean incluidos en la próxima lista a entregar, seguimos esperando la evolución de este proceso, que según me impresiona será dilatado y que concluirá definitivamente cuando en Cuba ocurran otra serie de cambios trascendentales que permitan a la Fiscalía declarar, como la voz débil de nosotros los testigos no se cansa de gritar al mundo, que a Juan Wilfredo Soto García lo mató un sistema generador de violencia, intolerancia, segregación e impunidad. De cualquier manera es bueno que la Fiscalía vaya trabajando mientras llega ese día que tantos cubanos estamos esperando. A los testigos, amigos, compañeros de lucha y familiares del Estudiante nos sigue sosteniendo la bienaventuranza bíblica, válida también para moribundo padrastro Santiago, «bienaventurados los que tiene hambre y sed de justicia porque ellos serán saciados».
Pbro. Mario Félix Lleonart Barroso