Un aluvión de postales llegadas desde otras partes del mundo me recuerda que no estamos solos, la solidaridad de nuestros hermanos se aglomera en el correo postal y va llegando poco a poco hasta nosotros, qué decir de la cantidad de mensajes electrónicos, ya sea vía e-mail o a través del teléfono. Son tantos los nombres que si quisiera escribirlos la lista sería interminable, esa lista estará en mi corazón por siempre porque el efecto de cada palabra, cada tarjeta, cada expresión de cariño, afecto, apoyo, es como el del agua sobre la tierra seca. Seguiré entonces el método de nuestro amigo Luis Bernal, quien ha estado entre los primeros, escribiré cada uno de los nombres en papel y los llevaré siempre conmigo, colocaré mis manos sobre ellos y oraré cada día por sus vidas, es la forma que tengo para agradecer esa enorme ola espiritual que en este momento hace un cerco protector sobre nosotros.
Aunque son muchos sí quisiera tener un poco de deferencia con algunos que han sido muy significativos, dejar de mencionarlos sería pecado, el orden en que lo haré no altera para nada el grado de relevancia, todos han sido igual de importantes. El apoyo de muchos cristianos en el mundo se ha hecho presente a través de Solidaridad Cristiana Mundial (Christian Solidarity Worldwide, CSW), que además ha estado atenta a todo lo que acontece con respecto a nosotros, alentándonos a seguir con el difícil, pero necesario rol profético en nuestra patria y ha reclamado nuestra libertad en el ejercicio ministerial, el respeto a nuestras personas y ha velado también por la integridad de nuestras vidas.
En el plano personal debo mucho al Blog “Religión en Revolución” , desde que comencé a expresarme a través de la Internet, este ha sido mi espacio incondicional, por las dificultades reales que presentamos para acceder a la Red con la frecuencia que necesitaríamos, su editor nos mantiene muy al tanto de cada comentario, ya sea a favor o en desfavor nuestro, y ha levantado su voz para defendernos en algunos casos donde el criterio acerca de lo que escribimos ha rayado en lo vulgar, o ha estado matizado por un tono amenazante o insidioso.
Tenemos mucho que agradecer al hermano en Cristo que ayuda a mi esposo en la edición de su Blog “Cubano confesante”, nuestro amado Barth, sin su apoyo nuestro blog sería extremadamente vulnerable, su ayuda ha sido incalculable, sobre todo por el amor, el empeño y la seriedad con la que ha asumido su rol, desde acá, esta tierra cubana a la que tanto ama, le estamos enviando un abrazo fuerte y apretado, y nuestro más sincero reconocimiento.
A “Periodismo.Com”, espacio radial siempre atento a nuestras declaraciones, entre sus voces la de Alberto Muller, Berta Arrabal, Rolando Cartaya, Michel Suárez y muy especialmente la de Idolidia Darias (@idolidiadarias), esta incansable perseguidora de los Tweets que se emiten desde el interior de la Isla, su fabuloso trabajo periodístico le dio a su programa la primicia de lo acontecido a Juan Wilfredo Soto García al recepcionar y dar lectura del Tweet enviado por el Pastor Mario Félix el jueves cinco de mayo, minutos después de haber escuchado de boca de Juan Wilfredo el testimonio de que agentes de la Policía Nacional Revolucionaria en Santa Clara le habían propinado una paliza. Estos amigos, más que nuestra voz, son la voz de la Cuba silenciada por las fuerzas del poder en el interior del país.
A Radio Nederland en Holanda, en la voz de Alejandro Pintamalli, y de muchos otros profesionales de la noticia y la información, una emisora a la que siempre hemos seguido y admirado por su prestigio internacional, por la eficacia y honestidad de sus noticias y sus periodistas, y porque también ha hecho partícipe al mundo de la realidad cubana que otros medios pretenden esconder. Pero sobre todo porque es una emisora radicada en un país de libertad y de paz, donde la prosperidad de sus ciudadanos ha sido el más alto empeño.
No puedo pasar por alto a muchos cubanos y cubanas radicados en el exterior, no sé si pueda mencionar sus nombres, por eso me limitaré, pero sé que ellos saben a quienes me refiero, han sido un motor impulsor para nuestras vidas. A nuestros familiares, cuyos nombres tampoco mencionaré, pero cuyo apoyo moral, espiritual y en múltiples ocasiones, material, ha sido nuestro más valioso galardón. Y al optimismo de incontables luchadores por la libertad de Cuba, el empeño de quienes sueñan una patria mejor, verdaderamente con todos y para el bien de todos.
Debo por último confesar que más que cualquier otra cosa, es el cariño arriesgado de muchos compatriotas que viven dentro de la Isla lo que más nos alienta, muchos compañeros de ministerio, hermanos en Cristo que nos muestran su incondicionalidad y que no tienen miedo, amigos y vecinos que no han dejado de mostrarnos su afecto y amistad, personas que no han dejado de frecuentar nuestra casa y nuestra iglesia, esa es una forma inexpresable de demostrar cuánto de digno puede tener un ser humano y cuánto vale la fidelidad de un amigo, de un compañero en momentos como los que vivimos. Ante el rechazo, la ausencia de palabra, las caras retorcidas de algunos, la vigilancia constante de los delatores habituales, los rumores malintencionados, la mentira y los intentos de desacreditar nuestra labor y nuestras personas, esos que no han cambiado su conducta hacia nosotros son un genuino ejemplo de que siempre habrán hombres y mujeres justos y valerosos con quienes se podrá contar para lograr una Cuba plena y democrática.
La imagen de un niño que llora sentado en la tierra, con su cuerpecito pequeño cubierto con ropas viejas y algo sucias, que miro en una de las tantas postales recibidas en estos días, me recuerda que hay mucha injusticia en este mundo, pero los versos bíblicos citados por la hermana o el hermano que la envió desde Hong Kong en China, Isaías 64:4, y Primera a los Corintios 2:6-10, me hacen cerrar estas notas de agradecimientos con mucha esperanza de que si hacemos lo correcto, aunque nos cueste, alcanzaremos la cima y Dios nos dará la victoria. En cualquier parte de este mundo donde estemos, detengámonos a mirar a quienes sufren, a los oprimidos, a los pisoteados, a aquellos cuyas voces yacen olvidadas debajo de las botas de los poderosos. Si realmente hemos sido llamados por Dios, entonces tendremos hambre y sed de justicia, y no nos quedará otra alternativa que ser la voz de los impedidos de levantarla. El rostro lloroso de este niño en la postal, me hace recordar la cara herida de mi patria reclamando el sacrificio de sus hijos; y un sentimiento de protección divina me embarga, nunca antes había estado más acompañada.
YOAXIS MARCHECO SUÁREZ