La noticia de la muerte de Laura Pollán, líder del grupo de mujeres “Damas de blanco”, me causó gran compunción, no tuve la dicha de conocerla personalmente, pero conozco bien su entereza y valor, su actitud desafiante al Régimen, su batallar sin descanso por la libertad de Cuba. Su vida estuvo llena de sufrimientos y tensión extrema, sometida al escarnio público, a la difamación y otros atropellos, pero una y otra vez y venciendo todas las dificultades, volvía al campo de batalla, una batalla sin armas y sin puños, solo la actitud y la palabra.
Hace ya algunas horas Laura no está entre nosotros y su marcha ahora es definitiva, pero como tantas otras veces, honrosa. Aunque no estoy físicamente presente junto a sus familiares, amigos y compañeros de lucha, les envío mi más sentido y sincero pésame. Dios sabe que desde mi corazón envío esta nota a ellos y al mundo, doblemente porque también hoy, quince de octubre, y una vez más, estamos en estado de sitio, vigilados y acosados desde hace más de veinticuatro horas por agentes de la Seguridad del estado y de la PNR, jamás pude imaginar el terror que podía causar en los opresores una firma y algunas palabras de consuelo. Nuestra firma, la de mi esposo y la mía, no estarán en el libro que desde ya es una valiosa fuente histórica y que recoge también el coraje de muchos que rompiendo las barreras del miedo y el silencio acompañan a los dolientes.
A su esposo, a sus seres queridos más allegados, a sus amigos y compañeros, en especial a sus hermanas, las Damas de blanco, desde mi casa convertida nuevamente en calabozo, mi más fuerte abrazo. Qué Dios bendiga nuestra patria y a quienes la aman y no la mancillan.
Yoaxis Marcheco Suárez
Profesora en el Seminario Teológico Bautista Luis Manuel González Peña. Licenciada en Ciencias de la Información por la Universidad de la Habana y Master en Teología por el Seminario Evangélico Los Pinos Nuevos y por la Facultad Latinoamericana de Estudios Teológicos (FLET, hoy Laurel University). Apoya el trabajo profético ante el sistema de su esposo el pastor Mario Félix Lleonart y ha publicado en diversas publicaciones digitales tales como Religión en Revolución y Conexión Digital.