Hoy agradezco a Dios por permitirme arribar a un nuevo año de vida terrenal. Ha coincidido mi onomástico con salida breve de una semana al extranjero y por supuesto la Seguridad del Estado de Cuba me esperaba en el Aeropuerto, como ya es de costumbre, lo mismo para recibirme que para despedirme, como hoy. Todo lo que traía de papel, aunque nada constituía patrimonio, ha quedado retenido para una investigación. Según los aduaneros que me requisaron leyeron en los libros o revistas palabras que les provocaban sospechas sobre el uso que yo pudiera darles, aún cuando todas fueran publicaciones de editoriales oficialistas cubanas.
Allá quedaron en una saca con los sellos 14-0071641 y 14-0071642 todos los documentos que llevaba conmigo. Me entregaron a cambio una copia totalmente ilegible del Acta de Retención y Notificación Modelo Rad-01 número 252857. Eran revistas Bohemias, Signos y libros en su mayoría relacionados con José Martí, incluyendo un ejemplar de La Edad de Oro; y un ejemplar del libro Panorama del Protestantismo que llevaba con el objetivo de que su autor, el Reverendo Marcos Antonio Ramos me lo autografiara.
Las felicitaciones por mi cumpleaños de parte de la Gestapo cubana se iniciaron desde hace dos días, luego de comprar al régimen mi billete para volar hoy. Los textos y llamadas que constantemente suelen hacernos para molestarnos a mi o a mi familia no se hicieron esperar. Como este que en inglés me enviaron desde +351633145985: "I need you in my life, I hope to see you in your birthday my love, see you soon". Aunque no se de quien se trate ya que la única mujer que me acompaña es Yoaxis mi esposa, quien también ha sido objeto como yo del exhaustivo requisio en el Aeropuerto "Abel Santamaría" de Santa Clara.
Desde mi punto de vista si algo ha cambiado en Cuba es para mayor represión, más violaciones a los Derechos Humanos y menos democracia. Envidio a los optimistas y quisiera contagiarme con ellos. Pero mi experiencia, lo que observo y vivo en carne propia, me impiden aceptar un cambio fraude, como bien lo identificó Oswaldo Payá antes que lo matasen, como si fuese una genuina transición. No pueden pasarme gato por liebre.