por Mario Félix Lleonart Barroso
Desde la época de la caída del campo socialista en Europa del Este, y dada la necesidad de apoyo internacional para continuar en el poder, que constituye su objetivo supremo, el régimen de La Habana intenta engañar al mundo haciendo creer a algunos que ya en Cuba no se viola la libertad religiosa como antes. El cambio constitucional a principios de los noventa, en el que el Estado dejó de declararse ateo y se identificó como laico, y las posteriores visitas papales, constituyen los principales argumentos que el propio desgobierno arguye para llamar favorablemente la atención sobre sí. Declaraciones descontextualizadas, como las recientemente emitidas por la Iglesia Ortodoxa Griega, agradecida por favores especiales que le han sido concedidos contribuyen a la cortina de humo con la cual el régimen encubre la realidad.
La verdad es que por política de las más altas instancias del gobierno central la libertad religiosa sigue siendo pisoteada cada día. La Oficina de Atención a los Asuntos Religiosos del Comité Central del Partido Comunista de Cuba es la entidad en la cúspide misma del poder de la que emanan todas las orientaciones respecto a cómo debe procederse respecto a cualquier grupo religioso o individuo que decida ejercer con libertad su fe, sea la que fuere. Resulta inconcebible, cual si no lo fuera ya el hecho del monopolio político del Partido Único, que este, ideológicamente comunista, posea una oficina dedicada a presionar, manipular y chantajear a los grupos religiosos históricamente establecidos; y dedicada a contener, confrontar o eliminar a los nuevos movimientos religiosos, a no ser que respondan a sus intereses políticos de mantenerse a toda costa en el poder.
Dado que a pesar de los hechos que lo contradicen el gobierno de La Habana afirma ya no ser el violador de libertades religiosa que antes era (cual si el hecho incuestionable de haber sido violador de libertades religiosas en el pasado no le invalidara moralmente para seguir ejerciendo el poder en el presente), en viaje al extranjero realizado en los últimos meses de 2013 por invitación de Solidaridad Cristiana Mundial (CSW), procedentes de lo profundo de Cuba, adonde regresamos, enarbolamos al menos treinta preguntas dirigidas al régimen de La Habana cuyas respuestas continúan acusándole, sin hablar del resto de los derechos cívicos, sociales y políticos. El inicio de 2014 no fue nada alentador al respecto. El pasado 9 de enero precisamente CSW emitió un comunicado sobre Cuba en el que dio a conocer que durante 2013 recibió 185 denuncias de violaciones en esta área en contraste con las 120 recibidas en 2012. Pero lo más alarmante resulta que a menos que La Habana no cambie su proceder el 2014 romperá records de reportes anteriores pues tan solo el concluido mes de enero ha resultado profuso en ejemplos que ilustran cada una de las preguntas que formulamos; lo cual hace pensar que reportes como los de CSW o declaraciones provenientes desde dentro de Cuba, como el caso de nuestras treinta preguntas, lejos de hacer reflexionar al régimen le han provocado un endurecimiento que revelan su arrogancia y su evidente desprecio a la opinión internacional.
Las treinta preguntas ya hablan por sí solas pero en aras de romper la referida cortina de humo y teniendo en cuenta declaraciones que como las de la Iglesia Ortodoxa Griega, además de resultar descontextualizadas, denotan profundo desconocimiento de la situación real de Cuba, se impone un repaso a cada una de las treinta interrogantes formuladas, ilustradas con ejemplos puntuales escogidos de entre una enorme cantidad de denuncias que deploran la versión del propio violador que con cinismo se autojustifica. En treinta post «Cubano Confesante» hará el propuesto repaso a las preguntas, lamentablemente ahora más vigentes que nunca.