Steve Green: ¡Por Jesús quien nos dio libertad!

Un verdadero lujo para Los Pinos Nuevos el sábado 24 de septiembre celebrar la víspera de sus bien merecidos ochenta y tres años de organización: Steve Green, el famoso cantante cristiano conocido desde hace tantos años en Cuba, pero que parecía inaccesible físicamente, estaba allí, solo a unos escasos metros, entregando un memorable concierto en el Tabernáculo histórico de una de las pocas denominaciones evangélicas de autoctonía cubana. Con camisa negra bajo el inmenso y mítico cartel de «Santidad a Jehová» este hombre de Dios que parece que nunca va a envejecer cantó con su voz tan especial sus profundos himnos que una multitud, evidentemente identificada con su repertorio, coreó con él.

Era increíble, pero este mismo cantor que acompañó al famoso evangelista Billy Graham en muchas de sus cruzadas alrededor del mundo estaba entre nosotros. Y como para que él comprendiera bien que estaba en Cuba, y a nosotros como para que no se nos olvidara, no nos pudo faltar en los primeros minutos del concierto el clásico apagón, justo a mitad de su segunda canción. Yo intuyo aquel momento como uno de los más emocionantes del concierto ya que la multitud espontáneamente comenzó a corear una de las más conocidas canciones en boca de Steve: «No habrá necesidad de la luz el resplandor/ ni el sol dará su luz, ni tampoco su calor/ allí llanto no habrá, ni tristeza ni dolor/ porque entonces Jesús el Rey del cielo/ para siempre será Consolador».

STEVE GREEN EN CONCIERTO EN OLIVER

STEVE GREEN EN CONCIERTO EN OLIVER

Nacido en EE.UU, Steve Green acompañó a sus padres que fueron misioneros primero en Argentina, luego a Venezuela, y regresó a los dieciocho años a los EE.UU para iniciar en 1976 su vida activa en la música tradicional evangélica que tienen a su haber más de treinta discos grabados, la mayor parte en inglés, aunque incluye siete en español, el último que ha lanzado en nuestro idioma se denomina «Solo en Jesús». Ha sido nominado cuatro veces a los Granmy y viajado a más de cincuenta países, casi todos hispanos.
Quien nos visitaba es sin lugar a dudas un verdadero artista, sin embargo, su presencia en la prensa oficialista cubana, y aún en la acreditada, brilló por su ausencia. Están acostumbrados a no dar importancia a eventos religiosos, especialmente si son evangélicos, es como si no existiésemos. Ni siquiera en el provincial periódico Vanguardia de la provincia in situ se hizo la menor referencia, tampoco se aludió ni por asomo a los ochenta y tres años de aniversario de los Pinos Nuevos. Me apenó tanto que al menos quise colaborar con un tweet: Cantante evangélico norteamericano Steve Green dio concierto sabado en Convencion Evangélica de #Cuba LOS PINOS NUEVOS que cumplio 83 años; y ahora, aunque ya han pasado algunos días, este post que pretende añadir algo de reflexión a raíz de este concierto que movió transportes desde sitios alejadísimos de la sede de Los Pinos Nuevos. Y es que el único problema relacionado no es el de la mudez de la prensa, conciertos como este de Steve Green, o como el de Oscar Medina, Blest y Rabito, realizados en años anteriores, hacen pensar en el por qué no se acaban de conceder en Cuba estadios que sin dudas serían repletos para escuchar a cantantes como estos a la vez que ofrecerían mejores condiciones a los asistentes. Los que acudimos, de pie, y apiñados, no dejamos de gozarnos en este evento, porque el espíritu se iba por encima de las condiciones físicas, pero de sostener a mi pequeña niña sobre mis espaldas todavía a casi dos semanas del concierto enfrento molestias con mi maltratada columna.

Después de voces femeninas de presentación la voz oficial de Los Pinos nuevos estuvo a cargo del respetable pastor santaclareño David Bremer, al menos no fueron visibles desde la plataforma otros líderes destacados en la denominación. Las palabras de Bremer fueron espontaneas y transparentes, haciendo especial referencia al modo en que la música de Steve Green fue usada por Dios para inspirar su ministerio como pastor, y hasta se atrevió a tararear la canción «Respondo al llamado» antes de dedicar el concierto con una sencilla oración. En su alocución no hubo asomo de ninguna de esas frases que suelen usarse a veces para adular al sistema. Fue todo muy pertinente y apropiado para la ocasión dando la gloria al único que realmente la merece: a Dios, porque como cantara Steve unos minutos después: Dios, tan solo Dios, es digno del trono universal/ que toda la creación le adore sin cesar,/ a Dios tan solo Dios. El concierto se abrió con el canto «Toda alabanza empieza en ti» y yo canté junto a la multitud, emocionado y con lágrimas en los ojos, haciendo énfasis en ese lindo estribillo que declara: ¡Por Jesús que nos dio libertad! Y es que en este ambiente despótico como el que vivimos en Cuba la libertad que recibimos en Jesús constituye uno de sus dones más preciados.

Casi a mitad del concierto declaró Steve Green pletórico de emoción que esto era algo que él había ansiado durante veinte años, y ni fuertes lluvias que estuvieron cayendo durante todo el día pudieron impedir la afluencia de un público numerosísimo y ávido de música tan selecta. Además de sus hermosas interpretaciones musicales muy bien recibida fue su proclamación de la Palabra basada en un texto del libro bíblico de Éxodo, el de la salida y la liberación, dedicada a nosotros los cubanos y que demostró que Steve Green no solo canta sino que es también un excelente predicador, elocuente expositor de la Palabra. La selección bíblica era sin dudas muy pertinente para nosotros los cubanos.

MI NIÑA SOBRE MIS HOMBROS EN EL CONCIERTO DE STEVE GREEN EN OLIVER

MI NIÑA SOBRE MIS HOMBROS EN EL CONCIERTO DE STEVE GREEN EN OLIVER

Steve declaró tener el privilegio de viajar por el mundo entero, lo cual por supuesto contrasta sumamente con la realidad de la mayor parte de quienes le escuchábamos que en ese momento reforzamos el sueño de vivir en un país como el de él, donde le es concedido tal derecho como la más natural; y anunció próximos viajes por Paraguay y República Dominicana. Acompañado de su tecladista, su técnico de sonido, su hermano David, quien ha compartido mucho en el ministerio musical de Steve, de un total de cinco hermanos; y el Dr. Bob, de California, este excelente interprete nos bendijo sin dudas en una noche muy especial.

–Al menos dejaron que viniera Steve Green, y hay que agradecérselos- se contentan algunos. ¿Pero por qué no aspirar a más? ¿Por qué asumir que todo lo que nos corresponde por derecho hay que agradecérselo a este sistema que todo lo quiere controlar? ¿Por qué siempre estos lugares tan alejados de los perímetros urbanos? ¿Por qué nuestra bulla tiene que salir de las ciudades, a las afueras, como los leprosos?

La visita aceptada de Steve Green, la visa religiosa concedida con extrema limitación de movimiento, no fue ningún favor. Para los ochenta y tres años respetables de esta denominación evangélica cubana esto fue mucho menos que un cumplido. No es que ya es hora de que concedieran para esta celebración un estadio como el Sandino, en plena ciudad de Santa Clara, o salas como la Ramon Fons o la Kid Chocolate en La Habana. Ya fuera hora para más: para que el régimen pidiera perdón por la confiscación de la mayor parte de los terrenos originales a este seminario de Los Pinos Nuevos en Oliver, Placetas; y añadido a la solicitud de perdón, la devolución de los terrenos que pudiesen ser devueltos o la indemnización correspondiente. Tengo la esperanza de que todo esto haya sucedido para cuando Los Pinos Nuevos celebren su centenario. Entre tanto yo me quedo cantando con Steve Green un texto del que tengo certeza: «Aquel quien la buena obra empezó, será fiel en completarla» y añado con fuerza ¡Por Jesús que nos dio libertad!, incluyendo también, anticipadamente, la libertad que deseo para mi Cuba. Para que también Steve Green pueda volver cuando quiera, sin limitación de ningún tipo, y para dar sus conciertos en cualquiera de las plazas, ya libres y abiertas, de nuestra patria.

Mario Félix Lleonart