Celebrar el cumpleaños de alguien tan especial como Laura Pollán en Cuba se convierte en un pecado que el régimen de los hermanos Castro no tolera. Ahora mismo en su sede en Neptuno en Centro Habana hay toda una cacería humana. Las mujeres que lograron llegar, unas cincuenta, y que desde varios días antes tuvieron que moverse hasta allí, unas veintiocho
desde Oriente, ahora mismo están rodeadas por hordas que la seguridad del Estado manipula para agredirlas y gritarles toda clase de improperios. A otras que intentan llegar las cazan y golpean, de ello me llegan ahora mismo decenas de testimonios.