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A Marcos Pareja, Testigo de Jehová cubano que murió en prisión por falta de la debida atención médica y a su madre Ofelia, también en aquel momento prisionera y que hoy anciana vive como refugiada en Naples, Florida. Algún día tendremos un Anuario de la Watch Tower dedicado a Cuba donde historias como estas salgan a la luz.
Treinta preguntas (http://cubanoconfesante.com/?p=733) que presentamos el año pasado en Washington cuestionando las supuestas libertades religiosas en Cuba invitados por Solidaridad Cristiana Mundial (CSW) ponen de ejemplo en la número doce la intransigencia del régimen en Cuba en el caso específico del grupo religioso conocido como los ¨Testigos de Jehová¨.
Este año la Watch Tower Bible and Tract Society de Pensilvania puso en circulación a nivel mundial su libro “El Reino de Dios ya está gobernando”, a propósito de que según las creencias de los Testigos de Jehová se ha conmemorado el centenario de la entronización de Cristo en los cielos. Cuba, aunque no se le mencione ni una vez en tal volumen, no ha sido la excepción en la divulgación de este libro que realiza un balance del innegable crecimiento de esta organización durante todo un siglo a nivel global. He leído la monografía y no he podido evadir la tentación de preguntarme cómo se sentirá cualquier Testigo de Jehová cubano que lea acerca de cómo sus hermanos en el mundo utilizan métodos innovadores para realizar su labor proselitista que están vedados para ellos tales como: artículos en periódicos, marchas con pancartas, presentaciones audiovisuales, gramófonos, la radio e incluso internet. Trataba de ponerme en el lugar de estos creyentes que ni siquiera poseen la simple libertad de identificar los exteriores de sus locales ilegales con los nombres de “Salón del Reino” o “Salón de Asamblea”.
El sumun de mi meditación tuvo lugar al llegar al capítulo 13: “Los mensajeros del Reino acuden a los tribunales” y al 14 dedicado por completo a su lucha por sus libertades religiosas en el mundo. Cómo reaccionarán mis paisanos Testigos de Jehová cuando lean que sus hermanos alrededor del mundo no se quedan de brazos cruzados ante las violaciones o amenazas a sus prácticas. En reiterados casos se narra la apelación de esta organización al Tribunal Europeo de Derechos Humanos. Respecto a Rusia por ejemplo se relata cómo se acudió a tal instancia en 2001 y en 2004 para lograr en 2010 el dictado en su favor y la condena a la proscripción de la que eran objeto según se dictaminó por motivo de intolerancia religiosa, si bien el fallo del Tribunal Europeo no ha sido acatado por diversas autoridades rusas. En Francia ante violaciones que tuvieron lugar protestaron enérgicamente y terminaron llevando el caso también al Tribunal Europeo de Derechos Humanos en 2005 para conseguir fallo definitivo en su favor el 30 de junio de 2011 en el cual se afirma que el derecho a la libertad religiosa debe impedir que el Estado determine la legitimidad de las creencias religiosas o la forma de expresarlas; a diferencia de Rusia el gobierno francés devolvió con intereses los injustos impuestos cobrados a la asociación y se adhirió al cumplimiento de lo dictaminado por el Tribunal.
Los desmanes contra las libertades religiosas cometidos en las décadas del ’60 y el ’70 llegaron a extremos en Cuba contra los miembros o simpatizantes de este particular grupo religioso. Además de los consabidos campos de concentración eufemísticamente denominados “Unidades Militares de Apoyo a la Producción” donde los Testigos sufrieron una de las más altas cuotas, y de las marginaciones de todo tipo, este grupo tiene la exclusividad de haber recibido un ataque mediante la distribución masiva a nivel nacional por parte del Estado de un libro anónimo de 274 páginas, ¨La Verdad sobre la secta Testigos de Jehovᨠpublicado en mayo de 1977 por la editora Cultura Popular que les denigraba sin derecho a réplica. Dos años antes, en 1974, ya el Comité Central del Partido Comunista de Cuba había hecho circular un libelo declarando la proscripción todavía no levantada hoy a los Testigos de Jehová. Quienes aún ocupan el poder político en Cuba son los mismos que con total impunidad cometieron aquellas violaciones, pero no solo no han reconocido ni mucho menos purgado su culpabilidad sino que mantienen la proscripción decretada en 1974, si bien les conceden algunas migajas a modo de premios por su falta de compromisos con la vida política que hoy constituye el modelo ideal que el Estado solicita a todas las agrupaciones religiosas; en este sentido la propia Caridad Diego Bello, Jefa de Atención a los Asuntos Religiosos les pone de ejemplo en algunas de sus encuentros sostenidos, como en el del verano pasado con profesores de la Universidad Central de Las Villas.
Aunque constituyen uno de los casos más notorios los Testigos de Jehová no son el único grupo que en el pasado gozó de los privilegios del reconocimiento del Registro de Asociaciones del Ministerio de Justicia y que luego fue proscrito sin habérsele devuelto hasta el momento su carácter legal. Las iglesias bautistas “Misión Bereana”, llegadas a Cuba desde 1946 fueron sometidas en los ’60 al total despojo de propiedades hasta que en 1976 les retiraron su carácter legal considerándoles ya totalmente extinguidas como consecuencia de tanta agresión. Pero aunque pasados los años muchos de sus feligreses, que habían estado refugiados en iglesias con las que fue más difícil acabar, se reagruparon bajo la dirección de su líder Daniel Josué Pérez Naranjo, hijo de uno de los fundadores, solicitaron la renovación de su legalidad en la lista del Registro en los ‘90 solo recibieron como respuesta la segunda oleada de expropiaciones y desalojos en el 2000, ocho años después del vitoreado cambio constitucional que declaraba que el Estado dejaba de ser confesionalmente ateo y se proclamaba laico para confirmar que el tal estado laico solo existe en la letra constitucional pero realmente se le niega con la práctica. En junio de 2014 la Oficina de Atención a los Asuntos Religiosos ratificó la negativa a devolverles a la lista y añadido a ello se les amenazó con nuevos desalojos si continuaban empecinados en sus reuniones ilícitas.
En un contexto así resulta bochornoso que ciertos líderes religiosos, ignorando los hechos y desdeñando el derecho que poseen otros aun cuando profesen credos diferentes, se presten para auxiliar a un régimen a todas luces violador de las libertades, como sucede reiteradamente con representantes del Servicio Mundial de Iglesias y el Consejo de Iglesias de Cuba quienes no se hacen ningún favor con un comportamiento tan servil del cual Dios y la Historia toman nota.