NO ESTAMOS SOLOS

Un aluvión de postales llegadas desde otras partes del mundo me recuerda que no estamos solos, la solidaridad de nuestros hermanos se aglomera en el correo postal y va llegando poco a poco hasta nosotros, qué decir de la cantidad de mensajes electrónicos, ya sea vía e-mail o a través del teléfono. Son tantos los nombres que si quisiera escribirlos la lista sería interminable, esa lista estará en mi corazón por siempre porque el efecto de cada palabra, cada tarjeta, cada expresión de cariño, afecto, apoyo, es como el del agua sobre la tierra seca. Seguiré entonces el método de nuestro amigo Luis Bernal, quien ha estado entre los primeros, escribiré cada uno de los nombres en papel y los llevaré siempre conmigo, colocaré mis manos sobre ellos y oraré cada día por sus vidas, es la forma que tengo para agradecer esa enorme ola espiritual que en este momento hace un cerco protector sobre nosotros.

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