Cuando mi esposa Yoaxis Marcheco y yo no encontramos nuestros nombres en la lista de matriculados al curso de Doctorado en Teología (Ph D) a ofrecerse por vez primera en Cuba, tras un fuerte año en curso de nivelación como aspirantes, ofrecido por el Instituto Teológico FIET (Argentina) en colaboración con la FTS de Londrina; cuando descubrimos que nuestros dos nombres eran los únicos ausentes; cuando nos percatamos ser objeto de evidente discriminación política; es probable que nuestra primera reacción fuera humana, pues nada de ello no es ajeno. Cuando descubrimos no estar siquiera entre los invitados a la ceremonia de apertura este domingo 9 de junio a las 7pm en la Iglesia Los Pinos Nuevos en calle Suárez, Habana Vieja, es probable que nos sintieramos excluidos.
Hoy que ha llegado el día 9 la situación ha variado inimaginablemente.