Visitar la sede en Varsovia de la Fundación Helsinki de Derechos Humanos en la tarde del histórico 4 de junio, aniversario de aquellas primeras elecciones con las que los polacos inauguraron su nuevo período democrático; ser recibido allí con tanta emoción por su presidenta Danuta Przywara, y escuchar de su propia boca la narración de sus experiencias en aquellos decisivos años ´80, así como la razón de ser de tan loable Fundación, ya habría justificado por completo mi presencia en Polonia.