Por: Yoaxis Marcheco Suárez
Como techo el cielo despejado y un sol casi calcinante, como paredes los muros del Malecón habanero, los viejos edificios de la antigua Habana, el Morro y las turbias aguas de la Bahía, un paisaje que aunque desgastado, aun luce hermoso. Todo esto forma el templo de la iglesia Alcance Victoria, que más que un nombre, es una invitación a aceptar al Cristo que redime, que libera de toda carga de pecado y de angustia.