Si cuando yo era adolescente en la Parroquia de San Luis me hubieran dicho que un día iba a estar en una iglesia bautista recibiendo un premio, y que me lo daban mis hermanos en la fe, la verdad es que me hubiera sorprendido un poco. Pero entonces no habíamos tenido el Concilio Vaticano II que ha sido tan importante para la Iglesia, y personalmente también para mí, aunque era un niño cuando se realizó esta extraordinaria reunión entre los obispos católicos en el Vaticano, II Vaticano, por segunda vez en el Vaticano. En aquellos tiempos no nos llevábamos tan bien (Risas).