El 18 de noviembre de 2017 se celebró por cuarto año consecutivo una noche de oración por la iglesia perseguida en el mundo. Fue convocado por One Body (Un Cuerpo), que es un grupo de amigos que dedican voluntariamente tiempo y energía para organizar este tipo especial de reuniones sin recibir ningún tipo de salario o remuneración. El evento tuvo como coauspiciante a la organización International Christian Concern (ICC), pero enroló también a casi una veintena de otras organizaciones tales como: Grace DC Downtown, District Church, Anacostia River Church, National Community Church, Institute on Religion and democracy, American Evangelicals, Voice of the Martyrs, Release International, North Korea Human Rights in USA, Institute for Global Engagement, Ethics & Religious Liberty Commision, Open Doors, 21st Century Wilberforce, y Chinese Community Church que fue la sede de una noche tan especial.
El maestro de ceremonias de la noche fue Jeff King, presidente de ICC y las palabras de apertura estuvieron a cargo del excongresista Frank Wolf. Cada año esta noche de oración especial se dedica a diferentes naciones que sufren violaciones a las libertades religiosas. Esta vez las naciones fueron Irán, Pakistán, Corea del Norte y Cuba; y los oradores que tuvimos la oportunidad de representar a estos países, en ese mismo orden, fuimos: Joseph Hovespian, Asif Mall, Grace Jo y, quien escribe.
El templo de Chinese Community Church fue escenario del poder del Espíritu Santo en medio de su pueblo unido en un clamor por los creyentes de esas cuatro escenarios dominados por regímenes totalitarios que persiguen de una u otra manera a la iglesia de Jesucristo. Como parte de este ambiente tan especial de intercesión tuve la oportunidad también de hablar sobre las violaciones a las libertades religiosas en Cuba a las congregaciones de Anacostia River Church (jueves 16 en la noche), y Grace Mosaic Church (domingo 19 en la mañana).
No es pura coincidencia que los cuatro totalitarismos que violan todo tipo de derechos en las cuatro naciones representadas sostengan relaciones muy estrechas entre ellos. Prueba de ello es que apenas unas horas de diferencia después de que la joven norcoreana Grace Jo y yo coincidiésemos como oradores en Chinese Community Church para la Fourth Annual Night of Prayer, el canciller norcoreano Ri Yong-ho, era recibido en Cuba para una visita oficial. Si bien es cierto que los delincuentes internacionales de Corea del Norte y Cuba son cómplices, las iglesias de nuestras dos naciones somos un solo cuerpo, compradas por la misma sangre de Cristo, mancillada por ellos, ya por poco tiempo.
Si en algo creo con certeza es en el poder de la oración intercesora cuando los hijos de Dios se ponen de acuerdo en un asunto para llevarlo unidos al trono de gracia de Dios. Hermanos cubanos, en Washington DC sus hermanos en la Fe se movilizaron para orar por ustedes, no tengo duda, ahora más que nunca les afirmo de parte de Dios, – como en Zimbabwe – ¡algo grande viene!