A PROPOSITO DEL RECIEN CELEBRADO FESTIVAL CLIC

Por: Yoaxis Marcheco Suárez

Es lógico pensar que para vencer al monopolio informativo imperante en Cuba, es imprescindible derribar a los monopolizadores, no parece tarea sencilla, de hecho no lo es, pero ante todo debemos creer firmemente que es posible echar por tierra al gigante con pies de barro.

Solo en la recién finalizada primera década del siglo XXI se ha avanzado más que en las cuatro décadas anteriores de lucha contra la dictadura. Han surgido nuevas formas de enfrentar a los dictadores y todo empaquetado en los beneficios que ofrece la Web y la novedosa tecnología celular. La incomunicación que funcionaba hace años atrás como el escudo protector más sólido del sistema y la desinformación o manipulación de los medios se ven amenazados por la alternatividad y por un mundo cada vez más entrelazado que avanza con un ritmo de conectividad acelerado, y se impone por encima de todos los totalitarismos y las sociedades antidemocráticas como la cubana. De ahí el terror enfermizo de los monopolizadores a la red de redes, pero -oh paradoja del destino- los dueños del país no pueden vivir con Internet, pero tampoco sin ella.

Por otro lado la tecnología del momento, el celular, y aparejada a ella, esa creatividad sin límites de los cubanos, como dijera la pionera Yoani Sánchez: si inventamos el picadillo sin carne, también podemos tener Internet sin Internet. Esta tecnología ofrece también a los opresores el gran dilema de: celular o no celular, porque por un lado le garantiza cuantiosas ganancias y por otro debilita la coraza desinformativa y la incomunicación que ellos han creado por años. La rapidez y actualidad de las redes sociales como el twitter, convertidas en instrumentos de denuncia y en constantes transmisoras del verdadero acontecer social, político y cultural cubanos, pero sobre todo como instrumento de expresión libre e independiente del oficialismo, son otro dolor de muelas para el gran monopolio que se desmorona.

Entonces la receta para exterminar monopolios informativos como el nuestro, debe tener como principal ingrediente, la alternatividad. Además de aprovechar todas las brechas que pueda ofrecer la Web y la telefonía celular, es importante crear espacios independientes, dicho sea de paso, también en esto se ha avanzado en el decursar de los primeros años del siglo XXI: varias publicaciones alternativas como Voces, Convivencia, Nacán y muchas otras que surgirán por el camino. Programas televisivos como Estado de Sats y el número creciente de Blogueros y twiteros independientes hacen creer con positividad que el día de la libre expresión y la libertad de prensa ya vienen llegando.

Por último en la tarea de derribar al gigante monopolista que es el Gobierno cubano, debemos participar los insulares de buena voluntad y que amamos la nación que nos trajo al mundo, estemos dentro o fuera de la patria. Por eso los aliento a todos a sumarse a la blogósfera y twittósfera por el bien de Cuba y de los cubanos; y a emisoras como la ya legendaria Radio Martí a que sigan bombardeando información al interior de la isla, porque esas son las únicas bombas que sacudirán los enlodados pies del gigantón. La cooperación económica es elemental porque cualquier proyecto alternativo solo puede ser posible si se cuenta con fondo monetario, de otra manera sería solamente una utopía. No es menos cierto que la barrera más importante que debemos romper es la desinformación interna, la mayoría de los habitantes de la isla jamás acceden a Internet y deben conformarse con los medios que brinda la oficialidad, pero en este aspecto el regimen ha comenzado a suicidarse lentamente, una televisión cada vez más aburrida y monotemática, espacios informativos carentes de formatos y noticias atractivas y veraces, con la manipulación a flor de piel, una radio que languidece y que promueve solo lo que se le ordena, y mejor no hablar de la prensa escrita tras la horrible careta del periódico Granma o Juventud Rebelde, nombres que por cierto ya van quedando demasiado rezagados en la historia, han logrado que miles de cubanos apaguen la tele y prendan sus DVD’s para ver las noticias de Univisión o de cualquier otro canal que no pertenezca a la televisión de los Castros. Entonces no cabe dudas que poco a poco iremos avanzando con la ayuda del indetenible avance de las tecnologías, que aunque parezca increíble, le han dado su mejor sonrisa a la libertad de Cuba.