El mismo problema que Lutero, y la misma solución (bosquejo de mi sermón en Waldorf, 30 de octubre, 2016)

Estatua de Martín Lutero con la sola scritura, en Alemania

Estatua de Martín Lutero con la sola scritura, en Alemania

Introducción: Este lunes 31 de octubre se cumplen 499 años del estallido de la Reforma Protestante, conmemorando el día en que Martín Lutero clavó 95 tesis en la puerta de la Iglesia de Wittenberg. Además del contexto histórico propicio, este hito tuvo su origen en la lucha interna de este hombre, en la fuerte conciencia de su propio pecado. Desesperadamente buscaba una manera de estar seguro del perdón de Dios – ¡y la encontró en la Biblia! Nosotros tenemos el mismo problema que Lutero y podemos encontrar la misma solución, la única posible. Los dos libros que más hablaron a la vida de Lutero fueron los Salmos y la carta a los Romanos. Uno de esos salmos fue:

Lectura Bíblica: Salmo 130

Hay tres preguntas relacionadas que podemos contestar en base a este pasaje.

1.    ¿NECESITO SER SALVO? V. 1-3: Hay millones de personas en el mundo actual que dirían que no. Pero quien sea sensible a la realidad de Dios piensa diferente ya que comprende que la medida no es con los demás, sino con Dios. El salmista se sentía como si estuviera en el fondo de una fosa. Esa es la vida sin Dios. Y si no hubiera manera de recibir el perdón estaríamos condenados a pasar toda la eternidad metidos en ese pozo. No habría salida. ¡La salvación es necesaria porque somos pecadores!

2.    ¿ES POSIBLE SER SALVO? V. 4-6: Dios es un Dios de perdón. En Él se halla la misericordia. Por eso, entonces, si nosotros queremos encontrar el perdón de Dios, la única respuesta es buscarla de él. Parece demasiado obvio – pero ¿cuántas personas buscan en otros lados? El salmista sabía dónde buscarlo. ¡La salvación es posible porque Dios es misericordioso!

3.    ¿DÓNDE SE ENCUENTRA LA SALVACIÓN? V. 7-8: en el Salmo la respuesta es solo preliminar, por la fecha en que se escribió, la esperanza es prospectiva, mira hacia el futuro. Pero esta esperanza futura era todo lo que tenían estas personas de seguridad. Sabían que Dios lo haría, aunque no sabían cómo ni cuándo. Nosotros tenemos una tremenda ventaja: Mateo 1:21, … la esperanza del perdón que tenían los fieles del AT se hizo realidad en Cristo. Redimir significa simplemente «comprar por un precio». Cristo pagó ese precio cuando derramó su sangre en la cruz por nosotros. Aquí está la solución al problema del alma de Martín Lutero, y de cualquier otra persona que busca a Dios de corazón.

Conclusión: Si te duele tu pecado y te has dado cuenta de que necesitas la salvación, si reconoces que es posible porque Dios es un Dios de misericordia, y se deseas que esa salvación sea real en tu vida, expresa tu deseo a Dios en oración. Y si ya lo hiciste dale gracias a Dios por ello cada día de tu vida, ¡y compartelo!, como lo hizo Martin Lutero.