Presidente Barack Obama, ¡Bienvenido al gran teatro!

En la vorágine de estos vertiginosos días en relación a Cuba se suscita todo tipo de noticias. Sumado a las continuas y flagrantes violaciones a los DD.HH. de los cubanos que sobreviven dentro de Cuba también se conocen las que atañen a los que viven fuera de la isla; y las reacciones tanto de unos como de otros.

Conocemos por ejemplo de la masiva movilización de militantes del Partido Comunista o de otros PC (Personal Confiable) con el objetivo de llenar el Estadio Latinoamericano para el juego de béisbol entre el Equipo Cuba -dirigido nada menos que por Victor Mesa, a pesar de las noticias de indisciplinas sociales que protagonizó y que circularon en relación a él hace apenas unos días- y el Tampa Bay Rays, donde se espera que el presidente Barack Obama lance la primera bola tras su discurso en el Gran Teatro de La Habana. Y mientras se realiza tal movilización se coersiona a muchos dentro de la isla para que ni siquiera salgan de sus casas. Auténticos fanáticos que siempre argumentaron que «no se metían en política, que lo de ellos era el deporte» quedarán esta vez «fuera del juego».

Nos enteramos de la prohibición de visitar a su país a Ana Lupe Bustos, como represalia por solidarizarse con las Damas de Blanco, justo a unos minutos de abordar el avión en el Aeropuerto de Miami. En contraste, mi primer sorpresa del día uno de estos extraños amaneceres fue que al encontrarme en la calle y ofrecer los buenos días a un señor emigrado y a quien si dejaron viajar, me respondió casi con un mini acto de repudio. Yo pensaba que la fiebre de haber sido el presidente de su Comité de Defensa de la Revolución (CDR) la había dejado en Cuba al marcharse definitivamente, me sorprendí al ver que allá parece que continúa siendo un auténtico cederista. Conozco casos de emigrados que prefieren no cruzar palabras y mucho menos visitar a quienes están marcados por el régimen cuando vienen de visita a Cuba, y que también siguen la misma política en USA cuando somos nosotros quienes viajamos, he experimentado esos rechazos lo mismo aquí que allá. Pero esto de que un «exilado» responda a los «buenos días» de alguien de los de la resistencia dentro de Cuba con un cuasi acto de repudio ya es el colmo.

Pero en fin, así las cosas en eliminar las diferencias entre dos orillas que evidentemente cada vez son más parecidas. ¡Bienvenido Obama a esta isla donde puede suceder cualquier cosa! ¡Bienvenido a este Gran Teatro!