El recibimiento en el aeropuerto de La Habana

En el Palacio Presidencial en Varsovia

En el Palacio Presidencial en Varsovia

Luego de dos semanas inolvidables en Polonia regresé a Cuba y como es propio de un país tomado por una dictadura totalitaria me estaban esperando en el aeropuerto. Agradezco al Diario #14YMedio por publicar mis declaraciones al respecto: 14ymedio.com/nacional/Interrogatorio-aeropuerto-Habana

Con Lech Walessa

Con Lech Walessa

Mis encuentros con Popieluszko

Con mi hermano en Cristo Dagoberto Valdes en los homenajes a Jerzy Popieluszko

Con mi hermano en Cristo Dagoberto Valdes en los homenajes a Jerzy Popieluszko

Junto a los hermanos de Popieluszko en la iglesia

Junto a los hermanos de Popieluszko en la iglesia

En junio de 2013 viajé por vez primera a Polonia y fue inevitable mi visita a la tumba del mártir polaco Jerzy Popieluszko. Desde la lejana Cuba ya él encarnaba para mí el lógico desafío de la fe ante un sistema totalitario enemigo de Dios. Si en vida Popieluszko cumplió con creces su labor pastoral de defender a su redil del lobo, con su muerte evidenció al mundo la impotencia de un régimen capaz de recurrir al asesinato para intentar silenciar a un profeta, y contrastó con claridad las fronteras entre el bien y el mal en la Polonia de 1984.

Mi retorno a Polonia en octubre de 2014 coincidió con el treinta aniversario del crimen contra Popieluszko, y constituyó una lección teológica de las implicaciones del martirio de los santos, y particularmente de la verdad escatológica de la resurrección y de la esperanza cristiana que celebra como vivos a seres excepcionales como Popieluszko, aunque sus cuerpos todavía descansen en sus tumbas. Esta vez mi peregrinación no fue en solitario para encontrar un sitio de quietud mística, como en 2013. Fui más bien un grano de arena entre multitudes compactas que expresamos nuestra admiración y recuerdo por el buen pastor que no huyó cuando vio venir al lobo, a la vez que celebramos el fruto de su sacrificio: la democracia y la libertad en la Polonia actual. Entre los primeros cambios luego de 1989, imperceptible tal vez entre enormes y trascendentales transformaciones, estuvo la inclusión, como feliz iniciativa de Lech Walessa, de una capilla, nada menos que en el símbolo que entraña en sí mismo el histórico Palacio Presidencial, inconcebible en el período en que desgobernaron los totalitarios. Expresión de libertades alcanzadas, constituye prueba de que la muerte física del mártir Popieluszko lejos de desaparecerle le inmortalizó para siempre ante su pueblo y amplificó los valores y virtudes que en vida predicó y practicó.

Un sol radiante el domingo 19 de octubre acompaño excepcionalmente, como paréntesis entre fuertes días otoñales cuasi invernales, a miles de polacos y a centenares de ciudadanos provenientes de todo el mundo que nos dimos cita en el lugar que custodia el cuerpo del mártir en espera de su resurrección. Fue el testimonio natural de la fiesta en el cielo y en la tierra celebrando la vida que la muerte no truncó. Reafirmación evangélica de que algunos matan los cuerpos pero a las almas no las pueden matar. Afortunada Polonia que tiene su Popieluszko como expresión de que en ella los lobos no pudieron atacar sin resistencia pastoral a las ovejas que por demás hicieron huir al lobo que atacó a su pastor. Bienaventurada nación por no ajustársele el lamento, en otros contextos atinado, en el «Doblen las campanas» de BobDylan, de que: «El pastor se echó a dormir/ y los lobos a reír/ y las ovejas van perdidas y sin saber adónde van». Quiera Dios que en cualquier parte del planeta donde, como en Cuba, las fieras tienen su guarida, existan pastores como Popieluszko capaces de enfrentarles cumpliendo su misión, si fuere necesario, hasta el sagrado privilegio del martirio.

Multitudes en los homenajes a Popieluszko

Multitudes en los homenajes a Popieluszko

La solidaridad polaca

La solidaridad entre las dictaduras

La solidaridad entre las dictaduras

Hace veinticuatro años que Polonia se despojó del comunismo salvaje e intenta edificar mancomunadamente una sociedad en democracia. Que organizaciones polacas tan prestigiosas como la Fundación Lech Walesa inviten a conocer su país y sus experiencias a cubanos como yo, constituye un gesto que dice mucho de ellos. No les basta con su libertad, la desean también para otras naciones que, como Cuba, sufren cualquiera de las variantes de regímenes opresivos.

Desde mi primer día activo en Varsovia, el lunes 3 de junio, comprobé que esta solidaridad no es exclusiva para Cuba. En la tarde de ese día Maciek Kuziemski nos compartió a petición del Instituto Lech Walesa la disertación: ¨Birmania: Medios de comunicación y lucha no violenta¨, que no solo informó en detalle sobre la historia de la dictadura militar en ese país y su situación actual, sino que también dejó muy claras la preocupación y solidaridad polacas por los destinos del país asiático. Un programa similar tuvo lugar en la tarde del viernes 7 de junio, pero teniendo como punto de mira al pueblo iraní, esta vez la conferencia fue: ¨Irán: la sociedad civil y el régimen¨, impartida por un activista del Instituto cuya pasión por la libertad en Irán era más que evidente. Fue edificante constatar también el apoyo solidario que brindan a su vecina, la oposición bielorrusa, que intenta librar a su país del tirano Lukashenko; esto me fue particularmente evidente en la visita realizada el 6 de junio a los estudios de TV Belsat donde bielorrusos exilados tienen la posibilidad de preparar una programación altamente demandada en su país que desenmascara el control de la administración impuesta y propaga la filosofía de la noviolencia que más pronto que tarde está llamada a conseguir lo mismo que logró Otpor en Servia.

Conocer y experimentar en mí mismo la solidaridad polaca enfocada en las sociedades civiles de países sin democracia como el mío, Birmania, Irán o Bielorrusia; y conocer muy bien las redes existentes entre todos estos regímenes autoritarios no me preparó lo suficiente para recibir noticias indignantes, apenas unos días después de mi regreso a Cuba. Nicolás Maduro encontrándose y estableciendo acuerdos con su par Alexander Lukashenko en Bielorrusia el 2 de julio, y apenas el día anterior, Raúl Castro recibiendo desvergonzadamente, y a invitación de sus Fuerzas Armadas Revolucionarias, al General de Ejército Kim Kyok Sik, jefe del terrorista Estado Mayor General de Corea del Norte. En medio de estas inconcebibles y tan repudiables complicidades me genera esperanza por contraste mi experiencia en Polonia, donde evidentemente el concepto cristiano del movimiento Solidaridad: -no solo me interesa mi vida, sino también la de los otros- trasciende los marcos individuales para convertirse en asunto prioritario de la política exterior de esa nación que tan hondo conoció la intolerancia y que por tanto puede comprender tan bien a quienes todavía la sufrimos. Ojalá que Polonia nunca olvide su duro pasado y no anteponga jamás a su preocupación por la libertad y los derechos humanos en el mundo, intereses económicos o de cualquier otro tipo, que como en relación a China ya comienza a preocuparnos.

Los Nobel en Varsovia

Durante mis dos semanas del mes de junio en Polonia fue imposible no enterarme de lo que se fragua en Varsovia para noviembre de este año; especialmente por hallarme invitado por el Instituto Lech Walesa, la fundación inspirada en el Premio Nobel de la Paz de 1983. La misma ciudad que me acogió en junio reunirá a varios de los agraciados con tan honorable distinción como parte del World Summit of Nobel Peace Laureates. Si uno solo de ellos ejerce influencia tan positiva por doquiera que se mueva dado el símbolo que entraña -pregúntenmelo a mí que tuve a mi lado sonriendo a Lech Walesa- espero que esta sumatoria de estrellas irradie mucha luz sobre un mundo que tanto les necesita. Y que todos hagan honor a su premio.

En encuentro con Lech Walesa en la fundación que lleva su nombre, en Varsovia

En encuentro con Lech Walesa en la fundación que lleva su nombre, en Varsovia

La inercia del alma

En Gdansk

En Gdansk

Uno de los fenómenos que me ha permitido comprobar mi viaje a Polonia (2-15 de junio) es que mi espíritu y mi cuerpo no viajan al unísono. Cuando arribé al aeropuerto de Amsterdam la mañana del domingo 2 todavía mi espíritu vagaba por las calles habaneras que mi cuerpo dejó la tarde antes, y por entre las campiñas cubanas, sitios que jamás había abandonado en mis treinta y ocho años de existencia terrena.

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Polonia y Cuba: contrastes en libertades religiosas

Servicio Evangélico al aire libre en el centro de Varsovia

Servicio Evangélico al aire libre en el centro de Varsovia

Entre las libertades y oportunidades que se abrieron para Polonia tras la caída del comunismo están las de las religiones. Las pude saborear durante mi estadía por dos semanas en este país resucitado.

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Ley de Culto y Asociaciones: ¿remiendo nuevo en paño viejo?

No es necesario citar ejemplos para dibujar el panorama religioso cubano de inicios del siglo XXI y clasificarlo como de una verdadera vorágine. Resulta este un fenómeno intolerable para un régimen que en principio se propuso destruir cualquier vestigio de religión y que con Lenin la clasificó como una de las cosas más repugnantes que existen bajo la capa del cielo . No hay dudas de que para el gobierno cubano ha venido a ocurrir lo que en el argot popular se sentencia como: a quien no quiere caldo se le dan tres tasas. Ya el auge de las religiones en los ´90 constituyó una derrota que el castrismo intentó asimilar, como lo evidencia la reforma constitucional en 1992 para declarar el carácter laico del Estado quedando explicita la no discriminación por creencias religiosas, que en la practica nunca ha tenido cumplimiento como lo demuestra el último discurso del General en el poder que admitió una mentalidad imperante contraria a lo que se proponía en 1992. Lo dijo el General.

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