Premio Patmos al Dr. Oscar Elias Biscet en 499 Aniversario de la Reforma Protestante.

El Dr. Biscet y su esposa Elsa acompañados de representantes del Instituto Patmos en la entrega del Premio.

El Dr. Biscet y su esposa Elsa acompañados de representantes del Instituto Patmos en la entrega del Premio.

El Instituto Patmos, en Cuba, se ha sumado por estos  días a las celebraciones que han tenido lugar por todo el mundo en homenaje a los 499 años de la Reforma Protestante.

Este domingo 30 en La Habana el pastor Carlos Sebastián de Armas, historiador de la Asociación Convención Bautista de Cuba Occidental dictó una Conferencia en relación a este magno evento. Y se realizó la entrega del Premio Patmos, otorgado esta vez al Dr. Oscar Elias Biscet, cubano consecuente con su fe cristiana y que mucho ha sufrido por ello. Este mes el Dr. Biscet también fue galardonado en España con el Premio HO 2016 que convoca, la asociación HazteOir.org pero trascendió que no le permitieron salir de Cuba para recibirlo en Madrid. Puesto que se otorga dentro de Cuba, el Premio Patmos si fue recibido directamente por el Dr. y espera contribuir a empujar para que la totalidad de sus derechos sean respetados, incluido el de ir a recibir el Premio HO 2016 en España.

El Dr. Biscet ha colaborado con Patmos desde su fundación en 2013. Se destaca su participación en dos de sus foros, como el dedicado al Origen de la Vida, coauspiciado por el Seminario ¨Luis Manuel González Peña¨ en el cual con sus intervenciones defendió la posición Creacionista; o el dedicado al Derecho a la Vida coauspiciado por la orden católica de los Capuchinos en la ciudad de Santa Clara, en el cual fue el panelista a quien correspondió defender el derecho a nacer, contrario a la posición abortista.

Placa entregada por el Instituto Patmos al Dr. Oscar Elias Biscet

Placa entregada por el Instituto Patmos al Dr. Oscar Elias Biscet

Pero más que por su relación estrecha con Patmos, Biscet fue el seleccionado como Premio 2016 por su posición ejemplar como cristiano y ciudadano cubano que desde su cosmovisión cristocéntrica anhela lo mejor para Cuba y para el mundo entero. Cuba necesita de hombres y líderes como él, así como de mujeres y líderes como su esposa Elsa Morejón, también presente junto a él en el evento.

El Premio Patmos se viene entregando desde hace tres años coincidiendo siempre con el Día de la Reforma Protestante. En 2013 el premiado fue el profesor Amador Blanco Hernández, laico católico fundador de la Comisión de Derechos Humanos ¨José Martí¨ de Cuba a fines de la década de los ´80.

El laico católico Amador Blanco Hernández fue el premiado por Patmos en 2014

El laico católico Amador Blanco Hernández fue el premiado por Patmos en 2014

Y en 2014 se otorgó al sacerdote católico José Conrado quien por muchos años se ha destacado dentro de la sociedad civil de Cuba por el ejercicio de un ministerio eclesial que no obvia que los derechos de sus feligreses sean respetados.

El P. José Conrado fue el premiado por el Instituto Patmos en 2015

El P. José Conrado fue el premiado por el Instituto Patmos en 2015

La Década de Lutero, Año 10

Junto a mi amigo Javier Peña, en su papel de Juan Calvino, otro de los personajes claves de la Reforma, en una de las celebraciones de estos días

Junto a mi amigo Javier Peña, en su papel de Juan Calvino, otro de los personajes claves de la Reforma, en una de las celebraciones de estos días

En 2008 la Iglesia Evangélica en Alemania (EKD) asignó al teólogo Stephan Dorgerloh como prelado responsable de coordinar y gestionar las actividades de la denominada Década de Lutero iniciada desde ese año y hasta el 2017, año en que se conmemora el 500 aniversario del comienzo de la Reforma, cuando Lutero fijó en la puerta del Castillo de Wittenberg sus 95 tesis. Este 31 de octubre cuando se cumplen 499 años de aquel suceso está década especial habrá entrado en su décimo y último año.

La Década de Lutero despliega la vasta gama de contenidos de la Reforma en años temáticos y remite a años conmemorativos e históricos. Las actividades de Lutero y su compañero de contienda, el teólogo Philipp Melanchthon desataron profundas transformaciones que tuvieron lugar desde la Ilustración hasta la Modernidad del siglo XX. Además de a la iglesia y a la teología, la Reforma marcó también la música y el arte, la economía y la sociedad, el idioma y el derecho.

El tema de 2011 por ejemplo fue La Reforma y la Libertad y contribuyó al análisis de esta como fase de transformación hacia el Estado de Derecho. Uno de sus momentos culminantes fue un simposio celebrado en Wittenberg en el que en forma de disputatio se abordó la pregunta: ¿Cuán libre es el ser humano? y se tematizó la influencia de la Reforma sobre los movimientos reformistas en todo el mundo, particularmente el islámico, y sobre el desarrollo de la sociedad cívica democrática. Este año 2016 el lema fue: La Reforma y nuestro único planeta.

La Reforma Protestante es un movimiento cosmopolita y el Bundestag alemán habla de un evento de rango internacional invitando a ciudadanos de todo el mundo a seguir las huellas de la Reforma. Lo que hoy llamamos en retrospectiva la Reforma, y que solemos limitar solo a los acontecimientos de hace 500 años en Wittenberg, ha tenido un impacto global, declara Heinrich Bedford-Strohm, presidente del Consejo de la EKD. El tema dirige la mirada a la actual necesidad de reforma de nuestras acciones y de nuestra conducta en el mundo, resalta Bedford-Strohm, a la vez que aboga por una iglesia en la que nuestro único mundo esté en el centro de la atención: un mundo extremamente amenazado por la injusticia social, la guerra y la violencia y por una conducta económica que destruye aún más la naturaleza.

Es una excelente oportunidad de la que los creyentes cubanos no deberíamos excluirnos, por no decir todos los cubanos, dados lo universal de la influencia y los efectos de las tesis de Lutero. Involucrarnos también significará reflexionar y promover valores universales, sobre los que es necesario repensar desde Cuba, que manan de aquella transcendental revolución de las ideas indetenible desde el siglo XVI; sin obviar por supuesto una mirada crítica saludable en la que se tengan en cuenta las limitaciones de Lutero, sin eludir por ejemplo, cuestiones como su lamentable antisemitismo o su condena -evidente reminiscencia medieval- del ala más radical de la Reforma: la de los anabaptistas, quienes incidieron en el estallido de las rebeliones campesinas. A fin de cuentas, ¡el silencio no va con la imagen de la Reforma! En el ámbito eclesial será una ocasión afortunada para que las Iglesias, sin importar credo denominacional se revalúen bajo el concepto de: una iglesia reformada siempre reformándose.

¡SOLI DEO GLORIA!