Porque esto merece aprobación, si alguno a causa de la conciencia delante de Dios, sufre molestias padeciendo injustamente. Pues ¿qué gloria es, si pecando sois abofeteados, y lo soportáis? Mas si haciendo lo bueno sufrís, y lo soportáis, esto ciertamente es aprobado delante de Dios. Pues para esto fuisteis llamados; porque también Cristo padeció por nosotros, dejándonos ejemplo, para que sigáis sus pisadas.
1 Pedro 2.19-21
Archivo de la etiqueta: Ricardo Pereira
19 DE OCTUBRE: LAMENTACIONES, AYUNO, ORACIÓN Y TESTIMONIO
¨Vigilan todos nuestros pasos; no podemos salir a la calle.¨ La Biblia: Lamentaciones 4.18a (Versión Popular Dios Habla Hoy)
Como parte de la serie de homilías, mensajes o sermones que he estado trayendo a mi iglesia, y de lo cual ya escribí antes en el caso del Eclesiastés, el domingo 23 de octubre me correspondía predicar acerca del libro de las Lamentaciones de Jeremías. Fue por ello que cinco días antes, cuando fui detenido junto con mi Biblia, impedido de llegar al seminario adonde me dirigía para impartir mis clases como cada miércoles, no lo dudé dos veces: si me lo permitían, y no iba a pedir permiso para ello, este sería un día de oración y ayuno, con la meditación en el libro de la predicación para el domingo, todo esto más la posibilidad adicional del testimonio verbal a mis captores si me era dada la oportunidad. Y todo fue posible.
Ley de Culto y Asociaciones: ¿remiendo nuevo en paño viejo?
No es necesario citar ejemplos para dibujar el panorama religioso cubano de inicios del siglo XXI y clasificarlo como de una verdadera vorágine. Resulta este un fenómeno intolerable para un régimen que en principio se propuso destruir cualquier vestigio de religión y que con Lenin la clasificó como una de las cosas más repugnantes que existen bajo la capa del cielo . No hay dudas de que para el gobierno cubano ha venido a ocurrir lo que en el argot popular se sentencia como: a quien no quiere caldo se le dan tres tasas. Ya el auge de las religiones en los ´90 constituyó una derrota que el castrismo intentó asimilar, como lo evidencia la reforma constitucional en 1992 para declarar el carácter laico del Estado quedando explicita la no discriminación por creencias religiosas, que en la practica nunca ha tenido cumplimiento como lo demuestra el último discurso del General en el poder que admitió una mentalidad imperante contraria a lo que se proponía en 1992. Lo dijo el General.