Acta de ocupación de mi laptop y de mi memory flah de 32G
Actas de ocupación de la laptop a mi esposa Yoaxis Marcheco. ¨Por un hecho que investiga la policia¨
Hoy hace siete meses del asalto policial del que fuimos víctimas mi esposa Yoaxis Marcheco y yo. Todavía no nos hemos repuesto de ese golpe. Nuestra perdida fue mucho mayor que el costo del hardware ocupado. La totalidad de nuestro patrimonio digital acumulado hasta esa fecha nos fue arrebatado. A partir de allí debimos comenzar prácticamente de cero. No solo bibliotecas personales que minuciosamente compilamos durante años, que incluían colecciones de fotos familiares por décadas, o toda la música y sus diapositivas para el uso en nuestras iglesias, sino que toda nuestra creación literaria, fotográfica y académica fue ocupada. Incluyendo además diversos artículos, muchos de ellos inéditos, toda mi poesía, nuestros dramas de navidad, nuestra correspondencia y la de las dos iglesias que pastoreamos. En el plano académico el efecto fue letal. Cursos que nos había llevado años ir conformando, libros que confeccionábamos para el Seminario Teológico Bautista de Santa Clara (tres tomos de los cursos de Nuevo Testamento, prácticamente a la mitad cada uno de ellos) todo regresó al estado de cero. Por estos días en que mi esposa debe reelaborar un curso que estaba listo, el de Ministerio Transcultural, y yo el de Postmodernidad, ambos para ser impartidos en breve en el Seminario, sentimos renovado el dolor de nuestra pérdida.
Ya en 2013, en el Café Literario de Santa Clara, en circunstancias muy extrañas, me fue robada mi mochila con variadas pertenencias en un intento evidente de ocupar mi laptop que afortunadamente aquel día no llevaba conmigo, limitándose solo la perdida a cámara de video y memorias flash. Extremé medidas a partir de ese momento para no volver a ser víctima de esos actos de rapiña. Lo inconcebible para mi esposa y para mí fue que quienes debieran existir para cuidarnos -si hubiésemos vivido en un país normal, que evidentemente no es el caso, como confirma este hecho- fueron quienes nos arrebataron nuestras dos laptops personales, en un operativo dirigido por quien funge como Jefe de la Policía Nacional Revolucionaria (PNR) en Camajuaní, el Mayor Fermín. Increíble que alguien que porte un uniforme supuestamente para velar por la tranquilidad ciudadana se preste para atracar a la propia ciudadanía, sea quien fuere que le diese las órdenes, si el honor hubiese sido su prioridad no se habría prestado para este despojo.
Pero el peor atentado no fue el atraco policial sino el extremo estado de indefensión del que posterior a esto nos sentimos victimas pues, a pesar de haber pasado con creces el tiempo estipulado para ello, ni siquiera hemos recibido respuestas solicitadas hace meses a instancias tales como: Ministerio de Justicia, Minint Nacional, Fiscalía General… El último lugar al que acudí en persona el pasado mes de noviembre fue a la Fiscalía Militar de Villa Clara donde, ante mi insistencia, el Fiscal que ese día se encontraba de guardia, luego de alrededor de tres horas de llamadas telefónicas en averiguaciones, me anticipó que la respuesta era que no nos devolverían nuestras propiedades, por encontrar en ellas información relacionada con la NoViolencia, aunque esto se nos avisaría de manera oficial, y entonces podríamos apelar. Pero incluso tal determinación todavía brilla por su ausencia y solo tenemos aquellas chapuceras actas de ocupación dadas el día del atraco, que según abogados consultados, constituyen una burla. Para colmo ya nos enteramos que la mujer policía que las firmó abandonó en protesta la PNR hace unas semanas pues ciertas propiedades que esa unidad policial había ocupado, y que según dictamen legal debían devolver, desaparecieron, y la responsabilidad legal recaía sobre la pobre infeliz que fue utilizada para firmarlas. Debe ser causa de que últimamente la PNR viole la ley además al no entregar actas de ocupación, ya que ningún policía quiere responsabilizarse con firmarlas, como demuestra el reciente caso del campesino José Antonio Quintana al cual, en operativo dirigido también por el Mayor Fermín al atardecer del pasado 8 de enero, ocuparon varias propiedades, sin entregar la debida acta de ocupación lo cual convierte el hecho en un auténtico robo a mano armada. Recuérdese que los actos de corrupción en unidades policiales como esta de Camajuaní han derivado en escándalos como el del reciente suicidio del corrupto capitán Amaury Carmenate (http://www.14ymedio.com/nacional/se-suicida-oficial-policia-participo-en-asalto-en-Camajuani_0_1670232967.html#.VGYiw6ElaR0.twitter …).
El campesino Quintana en Fiscalía Militar de Villa Clara reclamando por el atraco policial del que fue víctima, sin recibir siquiera Acta de Ocupación
Mi esposa y yo nos sentimos doblemente robados y las instituciones eclesiales para las que trabajamos, iglesias y seminarios, se encuentran igualmente afectadas. Cuando se tiene en cuenta que, mientras este vergonzoso hecho sucedía, el dictador Raúl Castro sostenía conversaciones secretas con el presidente Barack Obama desde hacía más de diez meses uno no tiene más que mover la cabeza, suspirar, y evocar la famosa frase de: «¡Mas se perdió en Cuba!».