Por segunda ocasión se ha mentido en cuanto a una fecha de liberación del preso de conciencia -así lo ha declarado Amnistía Internacional- Danilo Maldonado, más conocido por su nombre artístico de ¨El Sexto¨. Primero se había anunciado su liberación para el 24 de agosto pasado. Luego para el 15 de septiembre. Pero ya sabemos, en ambas ocasiones se mentía miserablemente.
Archivo de la categoría: Derechos humanos
U.S. COMMISSION ON INTERNATIONAL RELIGIOUS FREEDOM: ANNUAL REPORT 2014
Como era obvio Cuba no podía faltar en el nuevo Informe sobre la Libertad Religiosa en el Mundo (2014) elaborado por la U.S. COMMISSION ON INTERNATIONAL RELIGIOUS FREEDOM @USCIRF: http://1.usa.gov/1ft9bnH.
Cinco años posteando y apostando
pues toda esa miseria transitoria
hace afirmar el paso a los Atlantes
cargados con el orbe de su gloria.
(Tant mieux…Rubén Darío)
Este mes de octubre mi blog Cubano Confesante está cumpliendo cinco años.
¿Quo vadis Francisco?
Quienes vivimos la ola represiva que tuvo lugar en Cuba en 2012 durante la visita de Benedicto XVI nunca recibimos una respuesta del Vaticano, a pesar de habérselo informado. El Sacerdote José Conrado, que es una excepción dentro de la Iglesia Católica de Cuba, como en su momento lo fuera el Padre Bartolomé de las Casas, se reunió entonces con muchos de nosotros el 29 de marzo de 2012 en casa de Ismael de Diego para intercambiar experiencias de lo ocurrido durante la visita papal a Cuba, esa ola represiva policial se llamó operación «voto de silencio».
Editorial en The Washington Post
Hoy The Washington Post: http://wapo.st/1LVm1qc citó palabras de mi post ¿Por qué los golpes?: http://bit.ly/1QwJTkV que fue traducida como Why The Beatings? en http://translatingcuba.com/why-the-beatin. Mis palabras fueron:
”Algunos tuvimos la esperanza de que tras el anuncio de normalizar relaciones entre EE.UU-Cuba se acabaran, o al menos disminuyeran los golpes, ahora comprobamos que lo que ocurre es precisamente lo contrario”.
“Some of us had hoped . . . that there would be a stop to — or at least a lessening of — the beatings” of peaceful demonstrators, recently, “but we now know that what is happening is precisely the opposite.”
Las iglesias evangélicas cubanas de cara a futuras elecciones democráticas
Ponencia que presenté lunes 29 de junio en el evento «Caminos de Transición», en La Habana (1 Conferencia teórica sobre temas de la construcción democrática en Cuba).
En el presente orden de cosas el Estado cubano alardea de que algunos de sus diputados en la Asamblea Nacional del Poder Popular son pastores evangélicos, o poseen algún otro liderazgo destacado en el ámbito religioso del protestantismo, es un intento evidente de necesaria auto-reafirmación de que el cambio constitucional que tuvo lugar en 1992 de declarar a un Estado hasta entonces confesionalmente ateo a laico fue más que un simple cambio de letra. Los casos excepcionales de líderes protestantes de los que se jacta el gobierno, como en el caso de otras minorías, como las mujeres, en el ámbito sexual, o los negros, en el racial, han contribuido a suavizar la imagen a todas luces monolítica desde el punto de vista ideológico que caracteriza a este corpus desde su organización. Es una especie de dime de qué te jactas y te diré de qué careces. En efecto, tres o cuatro nombres, de personas caracterizadas por su incondicionalidad al sistema, se han prestado para arrendar sus sotanas y edulcorar la falta de democracia en el actual parlamento. Los mismos rostros pueden ser vistos en similar condición en otros frentes a los que se les envía para representar al arcaico sistema, como se puso en evidencia en la reciente VII Cumbre de las Américas en Panamá, cuando algunos de estos “religiosos” fueron capaces incluso de participar en los denominados actos de repudio contra representantes de la sociedad civil cubana para luego afirmar que allí sintieron la presencia de Dios. Es el clásico concubinato de los príncipes y los falsos profetas. Independientemente de los esfuerzos por hacer creer a través de la propaganda oficial que estos individuos constituyen cabezas de las iglesias evangélicas cubanas se sabe con seguridad que lo que ellos realmente han sido es líderes en el denominado Consejo de Iglesias de Cuba (Cic) tras despuntar en denominaciones de escasa membresía o históricamente vulnerables a intromisiones estatales. El Cic, no obstante a los esfuerzos realizados por la Oficina de Atención a los Asuntos Religiosos del Comité Central del PCC, en conjunto con un manipulado Registro de Asociaciones del Minjus, no ha conseguido aglutinar a la diversidad de las iglesias evangélicas y protestantes de Cuba. Su membresía no llega a la mitad de las instituciones religiosas que poseen personalidad jurídica, por lo que si también tenemos en cuenta el enorme grupo de iglesias y movimientos religiosos sin reconocimiento legal, pese a procurarlo, entonces llegaremos a la conclusión de que solo una minoría dentro de las minorías que constituyen las iglesias protestantes y evangélicas han estado representadas, por no decir abusadas, por tales oportunistas.
De este contexto podría pensarse que aunque con pseudoparlamentarios al menos las minorías evangélicas han tenido alguna experiencia y que incluso han llevado la delantera a la Iglesia Católica cuyo clero si ha estado notoriamente ausente, mientras que ellas, en definitiva, de cualquier manera, han estado presentes en la Asamblea Nacional. Pero de cara al futuro esto en realidad puede revertirse negativamente para las minorías evangélicas al menos por dos razones. Por un lado, la iglesia católica, cuyas pretensiones políticas nunca han sido un secreto, y que de seguro sí procurará representantes de su clero cuando en Cuba exista por fin un Parlamento genuino, podría apelar a su abstinencia actual, como ventaja moral para obtener escaneos por no haber prestado nombres a una asamblea espuria. De otro lado, la mayoría de los evangélicos, por reacción negativa a las actuales condiciones antidemocráticas, y tal vez hasta por rechazo a las posturas de «sus representantes», adoptan una posición negativa, la del extremo del rechazo a lo político, la de enajenación, por llegar a confundir lo político con la situación actual. Se trata del lastre social de esa falsa posición política conocida como “neutralidad” que resulta tan necesario cuestionarse por cuanto, además de su real inexistencia es incompatible con la “memoria subversiva” del mensaje cristiano, y que por su desidia, cómplice de tantos desmanes, resulta en extremo peligrosa, especialmente para el futuro de Cuba.
Es imperioso reconocer que aspectos irrenunciables de la propia Misión evangélica, tal y cual se presenta, en el campo social, político, educativo, económico lamentablemente quedan excluidos en la actualidad, y lo que es peor, a veces hasta rehuidos, ya sea por temores a un Estado que de sobras ha demostrado su carácter represivo, o por reacción negativa a los procederes negativos anteriormente mencionados. Resulta extremadamente reduccionista que el potente mensaje cuya poderosa influencia ha sido demostrado con creces en la cultura occidental, y en la propia historia de América, con raíces incluso en las enormes diferencias entre el Norte y el Sur actuales; que esta fuerza que, al decir del teólogo y mártir alemán Dietrich Bonhoeffer, ¨libera de todo lo que oprime y agobia¨, sea entendida en Cuba exclusivamente en categorías religiosas y cúlticas, por más que incluyan loables conocimientos de prácticas, credos, membresía, asistencia, etc. Es innegable que también en Cuba en la presente realidad las iglesias evangélicas se han constituido en lo que el sociólogo suizo Christian Lalive denominó El Refugio de las Masas; estas comunidades, en crecimiento exponencial, se han convertido en refugio, familia, hospital, consuelo para las masas desprotegidas de la isla, y esto tiene su punto de vista positivo, pero si se desea prestar un mayor bien a Cuba se hace necesario un ir más allá si es que realmente desean contribuir a su nación como cantera de liderazgo e influencia, y no permanecer como mero reservorio. El mal ejemplo, la cara negativa de quienes pretendiendo representarles se han prestado actualmente a un juego sucio podría revertirse con futuros parlamentarios genuinamente evangélicos que contribuyan a una nueva Cuba donde se imparta verdadera justicia, real democracia, respeto a los grupos más vulnerables, mejor distribución de las riquezas, que es en sumo una nación con buenos gobernantes, lo cual coincide con el ideal bíblico que estas minorías predican.
Es hora pues, no de atrincherarse en la concha o adoptar la postura del avestruz, sino de romper primero hacia su interior mitos y tabúes puestos de manifiesto en un mutilado cumplimiento de la misión. Cuba necesita que estas poderosas minorías se integren también y participen para transformar su realidad, necesita una iglesia que entienda que tanto la evangelización como la acción social son componentes por igual de su misión, que sus buenas noticias constituyen un mensaje integral que no conoce fronteras de ningún orden y que está dirigido a todo ser humano, considerando toda la realidad de la persona: lo físico, lo moral, lo espiritual, lo intelectual, lo social y lo político. En este contexto se hace necesario que el liderazgo evangélico, si es responsable y si el destino de Cuba realmente le interesa, comience a trocar esta cultura estéril de rechazo a lo político heredado tanto del daño antropológico infringido a toda la sociedad, como por la postura negativa de quienes se han prestado al juego de una falsa democracia. Pastores, teólogos y otros líderes de las iglesias protestantes cubanas deberán abrirse a la necesidad de lo que podríamos denominar una evangelización integral para Cuba.
Y no es necesario sentarse a esperar mientras otros se dedican a cambiar las condiciones sociales y generan la creación de un auténtico parlamento, capaz de representar los intereses todos de la nación, sin soslayar a las minorías, en las cuales están representadas las iglesias evangélicas. Todos los cubanos; incluidos los evangélicos, en concordancia no solo con su trayectoria mundial, sino en la propia Cuba desde su llegada en el siglo XIX; estamos llamados a ser agentes proactivos que comenzamos a generar el cambio antes del cambio. Resulta en extremo interesante el análisis de los resultados de las más recientes elecciones de circunscripción, aun desde las estadísticas oficiales. Por un lado el histórico 20% que manifestó su oposición ya fuera mediante su inasistencia a las urnas (11,7%), por anular la boleta (4.92%) o por dejarla en blanco (4,54%). De otro lado quienes asumieron la valiente posición de ir incluso más allá intentando obtener candidaturas y aun en dos casos insólitos llegar a discutir las elecciones para obtener el apoyo de más de cuatrocientos electores que se atrevieron a votar a favor de quienes, en violación de la propia constitución, fueron denominados con el peyorativo e intimidante calificativo de “contrarrevolucionarios”. En medio de este panorama me interesa preguntarme en cuánto contribuyeron los evangélicos a cada uno de estos porcentajes. Y aun más me entusiasma imaginar las posiciones en las que podrán decidir la suerte de Cuba, no solo los líderes evangélicos, sino esa cifra de electores que arriba cada vez más y más a sus iglesias, la masa evangélica, cuando lleguen a adquirir conciencia de cuánto bien pueden hacer a la nación, en consonancia con su propia fe, si es genuina, y si esta desea verificarse mas allá de las simples asistencias a los templos: en los estándares de vida, en las decisiones democráticas, en la satisfacción de la justicia, en el bien común de todos.
¿Dóde están los ladrones?
Los han visto por ahí
Los han visto en los tejados
Dando vueltas en Paris
Condenando en los juzgados
(Luis Fernando Ochoa)
El pasado domingo 21 de junio, día de los padres, hizo un año ya del asalto policial del que fuimos víctimas mi esposa Yoaxis Marcheco y yo. Fuimos detenidos durante dos horas, entre 3.40 y 5.40pm, tiempo durante el cual se procedió a la ocupación de nuestras laptops y de mi memoria flash de 32 Gb. En todo momento la policía intentó dar la apariencia de un normal proceder y así se reflejó en las actas de ocupación: «por motivo de un hecho que investiga la PNR». Nuestra perdida fue mucho mayor que el costo del hardware ocupado. La totalidad de nuestro patrimonio digital acumulado hasta esa fecha nos fue arrebatado. A partir de allí debimos comenzar prácticamente de cero. No solo bibliotecas personales que minuciosamente compilamos durante años, que incluían colecciones de fotos familiares por décadas, o toda la música y sus diapositivas para el uso en nuestras iglesias, sino que toda nuestra creación literaria, fotográfica y académica fue ocupada. Incluyendo además diversos artículos, muchos de ellos inéditos, toda mi poesía, nuestros dramas de navidad, nuestra correspondencia y la de las dos iglesias que pastoreamos. En el plano académico el efecto fue letal. Cursos que nos había llevado años ir conformando, libros que confeccionábamos para el Seminario Teológico Bautista de Santa Clara (tres tomos de los cursos de Nuevo Testamento, prácticamente a la mitad cada uno de ellos) todo regresó al estado de cero.
Ya en 2013, en el Café Literario de Santa Clara, en circunstancias muy extrañas, me fue robada mi mochila con variadas pertenencias en un intento evidente de ocupar mi laptop que afortunadamente aquel día no llevaba conmigo, limitándose solo la perdida a cámara de video y memorias flash. Extremé medidas a partir de ese momento para no volver a ser víctima de esos actos de rapiña. Lo inconcebible para mi esposa y para mí fue que quienes debieran existir para cuidarnos -si hubiésemos vivido en un país normal, que evidentemente no es el caso, como confirma este hecho- fueron quienes nos arrebataron nuestras dos laptops personales, en un operativo dirigido por el Mayor Fermín quien fungía como Jefe de la Policía Nacional Revolucionaria (PNR) en Camajuaní. A lo largo de este año esta estación policial se ha visto envuelta en actos de corrupción, tan propios cada vez más de estas “fuerzas del orden”. Los escándalos no han sido pequeños y han desembocado hasta en suicidios como el del capitán Amaury Carmenate (http://www.14ymedio.com/nacional/se-suicida-oficial-policia-participo-en-asalto-en-Camajuani_0_1670232967.html#.VGYiw6ElaR0.twitter …), el último rumor que circula entre la vox populi es que fue asesinado por otros policías que temían revelase hasta donde estaban implicados ellos también. Ya ni el Mayor Fermín se encuentra en esta estación pues según se dice, también fue removido por sus malos manejos.
Pero el peor atentado no fue haber sido atracados por estos ladrones sino el extremo estado de indefensión del que hemos sido objeto todo este año, ni siquiera hemos recibido respuestas solicitadas hace meses a instancias tales como: Ministerio de Justicia, Minint Nacional, Fiscalía General… Todo indica que los peores ladrones no son ellos…
Continúan las violaciones a la libertad religiosa en Cuba
Los cristianos en Cuba agradecemos el monitoreo de Solidaridad Cristiana Mundial que constantemente realiza sobre violaciones a la libertad religiosa en nuestro país. Gracias al Washington post por hacerse eco esta vez al igual que otras organizaciones como Anajure en Brasil. En particular muchas gracias por tener en cuenta el robo del terreno de nuestra iglesia bautista en Yaguajay donde otrora funcionó nuestro colegio bautista, en los tiempos en que también podíamos contribuir a la educación:
Semblanza de un padre
A estas horas, este día de los padres, Raúl Borges Álvarez de seguro estará viviendo algo similar a lo que sufre desde hace diecisiete años reclamando por la prisión de uno de sus dos hijos a quien el sistema ni siquiera concede la posibilidad de libertad condicional, que por ley correspondería, ¡todo por la dichosa política! En la iglesia de Santa Rita intentan reunirse cada domingo para asistir a misa y luego desfilar con un gladiolo, como en varias otras iglesias del país, madres, hermanas, hijas, amigas, de otros muchos presos penalizados por discrepancias políticas; según estadísticas actualizadas de la Comisión Cubana de Derechos Humanos y de Reconciliación Nacional (CCDHRN) son alrededor de setenta y un prisioneros cuya lista se encuentra disponible. Las mencionadas mujeres son las conocidas como “Damas de Blanco”. Otras mujeres igual de valientes identificadas como “Ciudadanas por la Democracia” lo hacen en otros sitios. Pero Raúl, como otros padres, hermanos, amigos, no admite quedar inerte ante el valor de estas mujeres e intenta acudir a demostrar también su indignación.
Los últimos once domingos han sido como una batalla, brigadas enteras enviadas para contrarrestar estas fuerzas civiles y pacíficas arremeten contra ellas y ellos cual si fuesen vulgares delincuentes a quienes es preciso sofocar. Para Raúl no ha sido fácil. Además de ser septuagenario, hace apenas unos años fue sometido a dos intervenciones quirúrgicas complicadas, una a corazón abierto, 31 de agosto de 2010, y otra por infarto cerebral periférico, en marzo de 2012. Pero nada de esto es más grave para él que la injusta prisión de su hijo, razón por la cual, unido a todo lo demás que hace todo el tiempo, hará lo posible por intentar llegar junto esas otras centenas de personas que por todo el país exigirán la liberación de presos como su hijo Ernesto Borges Pérez. Ni su edad ni su condición física serán una limitante para que intente romper el cerco de vigilancia que comienzan a colocarle desde jueves o viernes, y luego, si lo logra, no se sentirá disminuido para ser lanzado como a otras y otros, a los camiones u ómnibus dispuestos para transportarles luego a calabozos o a lugares aislados y lejanos; ni para ser esposado y golpeado, sin importar si el blanco escogido para el puñetazo es su pecho cicatrizado, como aquel que le asestaron hace cuatro domingos.
Pero el amor de un padre no es de desdeñar al lado del de una madre por más que algunos insistan en que padre puede ser cualquiera pero que madre hay una sola. Raúl es la refutación de esta errada propuesta. Y en el amor de un padre dispuesto a lo que fuere por conseguir la libertad de un hijo a quien se considera injustamente prisionero, aquellos que intentan someter a fuerzas civiles por violencia encontrarán una fuerza irresistible por más que se recrudezca el enfrentamiento. Uno de los propios agentes de la seguridad del Estado de Cuba así se lo reconoció a César, el otro hijo de Raúl, cuando fue a advertirle que no se responsabilizan por la vida de su porfiado padre y no obstante admitirle: “aunque si yo estuviese en su lugar también haría lo mismo”.
¿Por qué los golpes?
Los golpes contra manifestantes pacíficos en La Habana han sido noticia por ocho domingos consecutivos. En uno de las primeras jornadas el hijo del líder sindical Jesús Menéndez fue arrastrado por varios metros en el suelo sin importar siquiera su condición de septuagenario. El séptimo domingo, entre golpes y golpes, sobresalió el reintento de asesinato a Raúl Borges Alvarez, esta vez con un piñazo certero contra su pecho, sin importar, (o precisamente por), su cirugía del corazón. No en balde, respecto al mismo Raúl, ya advirtieron oficiales de la Seguridad del Estado a su hijo Ernesto en la prisión, y a su hijo Cesar en la calle, sobre la posibilidad inminente de su muerte por padecer también de “pancreatitis crónica”, la misma causa de muerte de Juan Wilfredo Soto García el 8 de mayo de 2011, tras una golpiza policial el 5; porque claro, puede ser lo más natural del mundo morirse luego de recibir una golpeadura, especialmente si se posee algún antecedente de salud, y ya se sabe que el área del páncreas es otra de las zonas preferidas para los golpeadores.
Algunos tuvimos la esperanza de que tras el anuncio de normalizar relaciones entre EE.UU-Cuba se acabaran, o al menos disminuyeran los golpes, ahora comprobamos que lo que ocurre es precisamente lo contrario. Pareciera que la bestia se siente más fuerte para golpear con impunidad. Asi lo confirman los 641 arrestos en mayo, la cifra de detenciones de disidentes más alta de los últimos diez meses, y en ellas siempre, de una u otra manera, está involucrada la violencia. En las golpizas y actos de repudio contra las Damas de Blanco no ha importado a las autoridades políticas ni siquiera el descarado uso para transportar a los verdugos, de buses traídos a Cuba por la Caravana “Pastores por la Paz” no precisamente para tales fines, suponemos.
Experiencias como la reciente VII Cumbre de las Américas en Panamá demuestran que el régimen experto en golpes está dispuesto a exportar esta modalidad de intolerancia a cualquier sitio del mundo a donde se le reciba. La comunidad internacional puede comprobar que el sistema que por sobrevivencia accede a conversar con su enemigo histórico, con la potencia mundial, con el “imperio”, no lo está para con su propio pueblo, y menos si de aceptar diferencias se trata. Es a golpes y a porrazos como suele resolver cualquier asunto con sus ciudadanos.
Lo peor es que muchos en la población han asimilado este modus operandi aprendido del papá Estado y es así que prefieren resolver cada problema, con razón o sin razón, a golpes. Cualquier ciudadano o ciudadana en Cuba, por más pacífico o pacífica que sea, está expuesto o bien a los golpes que provienen directamente del Estado o a los de cualquiera de sus muchos frankesteins, “sus hombre nuevos” evocados por Guevara, quienes prefieren tomar a sus prójimos como sacos de entrenamiento de boxeo antes que dialogar y resolver así las diferencias. Y es que los golpes sobran cuando faltan las palabras, y más las razones.