Todos tenemos derecho, a elegir, y a ser elegidos

Desde marzo de 2015 la prensa oficial cubana anunció que se promulgaría una nueva Ley electoral en Cuba que se pondría en vigencia para 2018. Todavía estamos en espera de su contenido. Por supuesto, con más de tres millones de Cubanos por el mundo la nueva Ley, si se precia de serlo, deberá incluir el derecho de los cubanos emigrados a ejercer el voto en las elecciones de la Isla, especialmente cuando muchos de ellos son considerados ‘nacionales’ según la parcial Reforma a la Ley Migratoria dada a conocer el 14 de enero de 2013, y por lo cual en consecuencia poseen total derecho a entrar a su país portando obligatoriamente el pasaporte que así los acredita. Sin hablar de las disposiciones para repatriación que por estos días no pocos cubanos emigrados están yendo a gestionar a su país natal.

En este sentido resulta muy significativo que el pasado 10 de octubre, día de tan hondo significado en la historia nacional, un grupo de cubanos residentes en Estados Unidos viajase a la isla y presentase una petición directamente a la Asamblea Nacional y el Consejo de Estado en La Habana para que se reconozca su derecho al voto. Dicha propuesta jurídica busca precisamente que en la anunciada Reforma a la Ley Electoral se otorgue la “plena participación en igualdad de derecho” a todos los ciudadanos de la Isla, vivan donde vivan. Y en esta iniciativa se incluye por supuesto la posibilidad tanto de elegir como de ser elegidos. De hecho, posterior a esa entrega algunos cubanos, incluso del exilio, comienzan a anunciar candidaturas. El 10 de octubre de 1868, en el ingenio conocido como La Demajagua, el abogado patriota Carlos Manuel de Céspedes (1819-1874) liberó a sus esclavos y declaró la lucha por la independencia de Cuba. Esta es La Demajagua nueva.

El 10 de octubre de 1868, en el ingenio conocido como La Demajagua, el abogado patriota Carlos Manuel de Céspedes (1819-1874) liberó a sus esclavos y declaró la lucha por la independencia de Cuba. Esta es La Demajagua nueva.

El 10 de octubre de 1868, en el ingenio conocido como La Demajagua, el abogado patriota Carlos Manuel de Céspedes (1819-1874) liberó a sus esclavos y declaró la lucha por la independencia de Cuba. Esta es La Demajagua nueva.

Nadie que ame a Cuba y quiera estar a la altura de esta hora debería quedar fuera. Esta es la próxima trinchera a conquistar por la vía pacífica ya que la opción de lucha armada está descartada; y su triunfo constituirá la puerta para que por esa misma vía consigamos el retorno de la democracia y el renacimiento de una nueva República, la que soñó Martí, ¨¨con todos y para el bien de todos.¨ Para todos cuantos quieran sumarse a esta demanda aquí está el link. Que nadie quede fuera:

https://www.change.org/p/cuba-asamblea-nacional-consejo-de-estado-reconocimiento-del-derecho-al-voto-de-los-ciudadanos-cubanos-residentes-en-el-exterior