La carta de la Sra. Bachelet

(Publicado originalmente en el blog del Instituto ¨La Rosa Blanca¨ @InstitutoLRB: https://ilrbblog.blogspot.com/2018/12/la-carta-de-la-sra-bachelet.html?spref=tw )

A inicios de noviembre la Sra. Michelle Bachelet, en calidad de Alta Comisionada para Los Derechos Humanos remitió carta al Sr. Bruno Rodríguez Parrilla, en su triste representación como Ministro de Relaciones Exteriores de la dictadura castrocomunista de La Habana. Es pública, se encuentra  disponible en español e inglés en : http://www.ohchr.org/EN/HRBodies/UPR/Pages/CyclesUPR.aspx – y es parte del protocolo que sigue el Examen Periódico Universal al que todos los países miembros de la ONU deben someterse cada cuatro años y al que Cuba compareció por tercera vez consecutiva en mayo de 2018. Según el mismo formato que se sigue para cada país la carta destaca las áreas que considera merecer especial atención en los próximos cuatro años y medio y con miras al cuarto ciclo del Examen Periódico Universal.

La misiva tuvo escasa cobertura en los medios contrarios al régimen de La Habana. Las causas de que así fuera pudieran haber sido por un lado el cansancio y decepción, o también ignorancia, que existen respecto a estos mecanismos internacionales como canales efectivos para realmente influir en que los derechos humanos sean respetados en sistemas totalitarios como el de Cuba; sumados tal vez a la subvaloración o hasta rechazo a la Sra. Bachelet por su procedencia de la izquierda (ojo, recuérdese también la procedencia de casos como el Sr. Luis Almagro, y su valioso desempeño como actual Secretario General de la OEA; y que la Sra. Bachelet apenas inicia en sus funciones y al igual que precedentes como el de Almagro pudiera hacer valer de veras sus funciones); y seguramente también por el insoportable galanteo del lenguaje diplomático que emplea el término protocolar de ¨Excelencia¨ al Sr. Bruno, más los consabidos agradecimientos, loas y hasta felicitaciones tan innecesarios como falsos a un sistema que si algo merece es desprecio y justicia.

Pero más llama la atención la censura y el silencio de los medios del propio régimen, o afines a este. Y es desde este otro punto de vista desde el cual quizás nos percatemos del valor que poseen documentos como este por lanzar verdades públicas a la propia cara de regímenes totalitarios como el cubano. Entre la consabida hipocresía de la diplomacia y el insoportable galanteo, la Sra. Bachelet transmitió al régimen, especialmente en la variedad de temas abordados en el anexo a la carta, criticas medulares que también sostenemos quienes nos oponemos al régimen aunque de nuestra voz no lo quieran escuchar.

La Sra. Bachelet con mucha diplomacia animó en su carta al régimen de La Habana a ¨extender una invitación permanente a todos los procedimientos especiales del Consejo de Derechos Humanos¨ y exhortó a ¨ratificar los tratados de los cuales todavía no es parte, en particular el Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos y el Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales¨; alentó a ¨desarrollar un plan nacional de acción en derechos humanos a fin de lograr resultados concretos en las áreas que figuran en el anexo … debería incluir consultas con todas las partes interesadas, en particular con las organizaciones de la sociedad civil…¨

El anexo a la carta es demoledor para el régimen pues la aplicación literal de todo lo que se propone implicaría su propio desmontaje, y llega al punto de recomendar ¨la incorporación de la desaparición forzada en la legislación nacional como un delito autónomo y como un crimen de lesa humanidad¨ – conociéndose como se conoce que ha sido esta una de las prácticas habituales del régimen durante décadas – y ¨la adopción de todas las medidas necesarias para garantizar la total independencia e imparcialidad del poder judicial¨.

El acápite libertades fundamentales solicita libertades de expresión, reunión y asociación; pidiendo para ellos los cambios necesarios en la legislación pertinente y ¨la rápida investigación y enjuiciamiento de los actos de hostigamiento, malos tratos, represalias, y otros abusos contra los defensores de los derechos humanos, opositores políticos, periodistas, y miembros de organizaciones de la sociedad… adopción de medidas para poner fin a las detenciones arbitrarias… promoción de un entorno independiente y pluralista para los medios de comunicación… implementación de un acceso a internet sin restricciones en todo el país…¨

En medio de los consabidos escándalos por la trata de médicos en el anexo también se incluye el acápite Prohibición de todas las formas de esclavitud; y se llama a ¨implementar todos los convenios de la OIT de la que Cuba es parte¨, todo lo cual cobra una actualidad inusitada.

La carta diplomática y protocolar de la Sra. Bachelet es una muestra del estado de acorralamiento en el que cada vez se sume más el régimen de La Habana. Sus enemigos ya no tenemos que hablar, nuestras razones y exigencias por décadas sostenidos ahora están en la boca de organismos internacionales, por más que muchos se muestren prejuiciados y descreídos a fuerza de golpes y el desgaste de muchos años. Y los amigos del régimen llámense Venezuela o Nicaragua, en la región; o Corea del Norte, China o Rusia en el ámbito global; solo sirven para ayudar a hundir al sistema, porque con esos amigos, ¿para qué enemigos?

La carta de la Sra. Bachelet ayudará a reforzar la moral de derrota que se incrementa exponencialmente entre quienes sostienen todavía, casi por inercia, a un sistema que a sus sesenta años no demorará mucho en caer por su propio peso. Son buenos comienzos para la Sra. Bachelet como Alta Comisionada para Los Derechos Humanos, por más que a veces no nos alcance la paciencia para lidiar con la diplomacia. Los medios contrarios al régimen de La Habana harían bien en estar más atentos y a no lanzarse a censurar tan precipitadamente, la elocuencia del silencio de los pregoneros del sistema castrocomunista ante documentos como este no debe superar al quehacer imparcial de la prensa libre.

Ni la llamada prensa libre como tampoco la prensa oficialista cubana se han hecho eco de las sugerencias procedentes de Ginebra para la mejora en Cuba de las libertades fundamentales y derechos humanos de los ciudadanos cubanos: es por eso que recurrimos a esta alternativa mientras ambos medios silencian medidas que pudieran servir como hoja de ruta para el desmantelamiento del sistema opresor en Cuba.