MIS POST Y MIS TWEETS

Entre las diversas insinuaciones publicas hacia mi persona y/o ministerio como consecuencia de la presentación en la 102 Asamblea Anual de la Asociación Convención Bautista de Cuba Occidental de una moción que yo mismo considero sumamente moderada se encontraba la de que: «el hermano tiene facilidades para acceder a internet». ¡Que ironía! ¡Como cualquier cubano de a pie este es uno de mis tantos problemas y carencias! Cada post o tweet mío publicado en el ciberespacio constituye un verdadero milagro. Sus inclusiones en la web burlan demasiados escollos y constituyen ese otro prodigio cubano de hacer «internet sin internet », al decir de Yoani Sánchez.

Dadas las referidas insinuaciones solo Dios sabe cuantas hipótesis habrán realizado los hermanos, y especialmente los no hermanos. Seguramente habría quienes establecieran vínculos con el capítulo «Operación Surf» que recién se había transmitido como parte del programa «Las Razones de Cuba» el lunes 7 de marzo. Ignorando todas las restricciones y vejámenes a las que me veo sometido en tal sentido, y en vez de ponerse cada cual a exigir su también violado derecho, me imaginarán en alguna escena tan ridícula como la del agente Raúl introduciendo antenas satelitales camufladas como tablas de surf, cual si fueran bombas; cuando en realidad constituyen accesorios expendidos en todo el mundo libre a cualquiera que pueda y desee comprarlas. Los que vieron el capitulo «Fabricando líderes» del lunes 4 de abril tal vez hayan dado solución a las insinuaciones concluyendo que al igual que el agente Daniel yo debo tener un BGAN, implemento adquirible también en el mercado de cualquier país «normal» pero que en Cuba es equiparable a TNT.

Cuántos se habrán creído la idea de que estoy realmente disfrutando algún servicio satelital de banda ancha con navegación abierta y sin restricciones, usando skype, y conectado en una Wi-Fi con otras computadoras en alguna intranet en el mismísimo Taguayabón, algo que dadas nuestras condiciones de anomalía generalizada rayaría en el universo de lo real maravilloso. ¿Por qué no se les dijo la verdad a todos y se hizo pública la vergonzosa información de que a estas alturas de la vida y por más que se reclamara en el pasado, a la Iglesia Bautista donde ministro, y por ende a mí, no se nos ha instalado siquiera un simple teléfono, esa antigua invención del siglo XIX, como parte de los castigos y sanciones a los que nos ha sometido este bloqueo interno? Quiero pensar todavía que quien emitiera públicamente la falsa insinuación de que accedo con facilidades a internet no lo hiciese con mala intención, que no haya calculado el peso que su pública sugerencia podría tener incluso en un posible proceso judicial teniendo en cuenta que precisamente es esta la idea fija del momento para el régimen, tal y como lo demuestra el video filtrado con la conferencia de Eduardo Fonte Ávila para oficiales de Villa Marista. En medio de la actual paranoia de «ciberguerra», justo cuando Wilfredo López, director de Regulaciones y Normas del Ministerio de Informática y Comunicaciones asegura que ya está casi listo ese fardo de sorpresas que será la primera Ley de Telecomunicaciones, esto es casi como ofrecer mi cabeza a los verdugos.

Quienes se han dado una vuelta de vez en cuando por mi blog www.cubanoconfesante.com se habrán dado cuenta de cuánto demoro en poder actualizarlo, prácticamente estuvo toda una temporada congelado, esto, más la censura adicional a la que estaban sometidas todas las bitácoras de la plataforma «Voces Cubanas» o «Desde Cuba». Quienes hayan hecho algún comentario a favor o en contra se percatarán que no he podido responderles y la causa es una sola: mi falta de acceso directo a la internet. No obstante agradeceré siempre cualquiera de esos comentarios, continúen hablando por mí, pero siempre recuerden que mi ausencia es elocuente. Ojalá tuviera yo la dicha de los bloguers oficiales, con todas las facilidades disponibles, y la posibilidad adicional de hacerlo en horario de trabajo, más los entrenamientos de algunos plácidos y solventes días, tal y como lo demuestra la denominada «Brigada contra el Terrorismo Mediático» que sesionó, se hospedó y alimentó de la mano del Amo en el Campamento de Caimito a fines de noviembre pasado y en la que Carlos del Porto, profesor del Ministerio de Informática y Comunicación de Cuba declaró una “Guerra de Guerrillas”, como la del Che, pero en internet. Allí quedó demostrado el plantillaje oficial de un grupo de blogueros, aunque brillara por su ausencia el incógnito Yohandry Fontana, ese que según se ha calculado apenas dormía 3 horas y el resto del tiempo podía tweetear, bloguear y realizar varias operaciones más a la vez. Sin lugar a dudas, como se evidenció allí, todos ellos, tanto los reales como los equipos que se esconden detrás de los fabricados, han sido reclutados por el régimen para «hacernos frente». Dadas las facilidades que el Amo les concede a ellos les resulta fácil hasta colocar videos en youtube, como aquellos que la Seguridad del Estado colgó a nombre de una de sus blogueras a sueldo en octubre de 2009 contra Yoani y contra mí, tras coaccionar a unos jovencitos y a sus padres, que realmente no tenían nada contra nosotros, sino todo lo contrario. Sometidos estuvieron a tanta coacción que hasta el día de hoy no he tomado en cuenta tales manipuladas filmaciones porque aquellos muchachos no hablaban por su cuenta, y por mi parte las puertas pastorales siguen abiertas hacia ellos. Quedé perplejo al escuchar al mismo hermano que afirma que tengo facilidades de acceso a internet, al no conformarse con tan falsa como peligrosa insinuación, y añadir una promoción a tales onerosos videos cual si fueran espontáneos e inocentes, sin tener en cuenta que fueron realizados por probados enemigos de la fe con el premeditado objetivo de perjudicar a un pastor de su Convención. La Seguridad del Estado sin dudas debe haber quedado muy agradecida por la publicidad gratuita de sus videos a toda la Asamblea cuando el hermano, luego de casi celebrárselos indicó sin miramientos: «están en Youtube», ignorando por demás la inaccesibilidad de la mayoría de los presentes a tal servicio.

Además del ciberespacio oficial como reacción al espontáneo y plural ciberespacio independiente, el omnímodo Estado cubano posee el monopolio exclusivo de todo lo que se llame telecomunicaciones. La realidad es que acceder a internet ha sido siempre una verdadera odisea para mí, y especialmente desde que los dueños de Cuba compraron el 27% de los intereses que Telecom de Italia mantenía en ETECSA hasta fines de enero de este año, entonces el acceso se me vedó completamente. No sé por qué razones, o si fue por pura coincidencia, pero marchándose los italianos tras asegurar el cobro de sus 706 millones de dólares, como anunciara la propia firma en Milán, cerró el único lugar en el interior del país del que yo legalmente podía a duras penas conectarme a internet en unas lentas computadoras de apenas 250 megabytes de RAM que convertían dicho acceso en algo extremadamente lento y caro (1.25 CUC x 15 minutos). En efecto, el Centro de Gestión Tecnológica del IDICT en Santa Clara sin ofrecer ningún tipo de explicación lógica a sus clientes cerró in so facto sus puertas hasta el presente. Dado que los hoteles en Villa Clara no ofrecen servicio de conexión inalámbrica, y que la venta de tarjetas para conexión a internet todavía está prohibida para los segregados cubanos, todas las puertas quedaron cerradas para mí. Esta es una de las razones por las que en los últimos meses han escaseado mis post. Ante estas situaciones los tweets, por su brevedad y sentido de urgencia, han venido a salvarme virtualmente, y pese a lo caro que me resulta la simple acción de enviar 140 caracteres indirectamente desde mi celular a mi cuenta @maritovoz en Twitter, ellos no han dejado morir mi libre expresión; y quien sabe si algo más en el caso del secuestro al que me sometieron el pasado 23 de febrero.

Pero así las paradojas de esta Cuba inverosímil. Mi suprahumano esfuerzo por amplificar mi grito desde lo más profundo de esta cueva, mi acto cuasi suicida de arrancarme la sórdida mordaza que me fuera impuesta desde el momento mismo de mi nacimiento, lo que Yoani cataloga como acto de exorcizar tantos demonios, que sin lugar a dudas lo es, todo ello, ha sido interpretado como «facilidades de acceso a internet» y lo peor y más sorprendente es que tal afirmación, envuelta entre otra sarta de insinuaciones y acusaciones no me fue endilgada desde una de esas elucubraciones que constituye el aludido programa televisivo de cada lunes, lo cual habría resultado más lógico dentro de tanto absurdo. El colmo de los colmos es que tales argumentos fueron presentados, manojo de expedientes en mano para impresionar, y utilizando el corte más estalinista posible, nada menos y nada más que por un hermano fuera de lugar y en plena Asamblea de la Convención, en obstinado empeño de desviar la atención sobre mi moción para que la multitud la pusiese sospechosamente sobre mí ya que según insinuaban sus palabras yo lo mismo podía ser un agente de la CIA que de la Seguridad del Estado; porque lo inadmisible era lo único real: un delegado por derecho propio a la Asamblea sin complots ni ocultas ni mezquinas intenciones que en plena potestad de derechos y por el deber ineludible de ser testigo vivencial de actos de violencia intolerables por la más elemental ética cristiana se sentía en la obligación de sensibilizar al respecto a sus hermanos.

No obstante a todas estas sorprendentes realidades, lamentablemente también presentes en el pueblo de Dios, y en la misma medida en que se intenta poner cerco a mi cada vez más limitada influencia física, aquí prosigue el milagro de mis post y mis tweets con los que también intento realizar el escándalo de glorificar el nombre de Dios en medio de un contexto tan contrario a lo que nos idealiza el Reino de los Cielos que no obstante a sufrir tanta violencia, y a pesar de tanta miseria humana, ya se encuentra entre nosotros, incluso en el ciberespacio.

Pbro. Mario Félix Lleonart Barroso