Un año desde mi primer sermón en la Iglesia Bautista de Waldorf

En la Capilla del Palacio Presidencial en Varsovia, Polonia

En la Capilla del Palacio Presidencial en Varsovia, Polonia

Uno de los ministerios que Dios me encomendó es el de la predicación bíblica. Un día antes de cumplir mis 9 años, el domingo 16 de junio de 1985 recibí la primera encomienda de predicar desde un púlpito cuando el hermano Otoniel Toledo Vega, líder juvenil de nuestra iglesia local, e hijo de mi inolvidable maestra de escuela dominical Doris Vega, organizó un servicio especial conducido por niños en homenaje a los padres que celebraban su día y me asignó precisamente a mí la tarea de preparar y predicar un mensaje. Es probable que luego de ese precoz debut haya tenido algún descanso parcial hasta mis doce años, lo cierto es que luego de mi bautismo el 22 de agosto de 1988 Dios no me ha permitido descansar. Por causa de la necesidad de obreros para la abundante mies en Cuba desde esa temprana edad me convertí en predicador habitual en misiones rurales como Juanillo, La Bajada y finalmente en Rosalía. Luego con el paso del tiempo también me volví predicador habitual en la iglesia en Taguayabón y en misiones como las de El Entronque o El Níspero.

Desde mi ordenación al ministerio pastoral en 2007 al menos he predicado ininterrumpidamente un sermón semanal, aunque a veces fueron dos, tres y hasta cuatro o cinco por hacerlo en diferentes lugares en la misma semana. Lo hice también en muchas otras de nuestras vecinas iglesias de Las Villas, grandes y pequeñas. No olvidaré las invitaciones hechas por pastores como Homero Carbonell para predicar en la centenaria Primera Iglesia Bautista de la ciudad de Santa Clara, o incluso para campañas evangelísticas como me lo solicitaron a nombre de sus iglesias consiervos como Osmel Pérez en La Esperanza, Iván Elio García en la Iglesia Bautista de Bejucal, Misael Rodríguez en la Iglesia Bautista que pastoreó en el Reparto Alamar, Isaac Zamora en la Iglesia que pastoreó en El Retiro (como lo hizo años después también en Tampa, USA) y Daniel Josué Pérez entre las iglesias bautistas Misión Bereana en Las Tunas.

Cuando en enero de 2013 tuvo lugar en Cuba una reforma migratoria que anuló el permiso de salida (se le conocía popularmente como carta blanca) y salí fuera de Cuba en diversas ocasiones pude predicar en otros lugares del mundo, especialmente en diversas iglesias del estado de la Florida, USA, en una de ellas el pastor Mardo Jiménez me nombró pastor honorario y prediqué en diversas ocasiones. Cuando en agosto de 2016 inicié mi viaje más largo llegué a pensar que por fin los domingos me podría sentar a escuchar en vez de abrir mi boca. Cuál no sería mi sorpresa cuando en mi primer domingo en Washington DC el 21 de agosto de 2016 el pastor Mario Rodríguez no me permitió sentarme cediendome el pulpito para que predicase en la iglesia Roca de Salvación, donde expuse acerca de la visión del varón macedonio en Hechos 16:6-10.

El domingo 8 de octubre estoy celebrando un año de predicar cada domingo en la Iglesia Bautista de Waldorf. Mi primer sermón en esta iglesia fue el domingo 7 de octubre de 2016, además de oficiar la Santa Cena prediqué entonces mi mensaje La Gloria de Dios, basado en Juan 17.1b. Aprovecho para agradecer a esta pequeña iglesia cuya membresía está compuesta totalmente de inmigrantes por brindarme la oportunidad de predicar durante todo un año, especialmente cuando yo erróneamente llegué a pensar que mi ministerio de predicación había cesado. Y sobre todo a Dios por ser capaz de usar a este vil instrumento como otra de las infinitas pruebas de su multiforme gracia.

Hoy Aniversario 7 de la Iglesia Bautista ¨Resurrección¨ en Rosalía

por Mario Félix Lleonart Barroso

Esta noche celebraremos el séptimo aniversario de la organización de la Iglesia Bautista ¨Resurrección¨ en un batey en lo profundo de Cuba denominado Rosalía. Dios nos da el enorme privilegio y responsabilidad de pastorear también esta congregación afiliada a la Asociación Convención Bautista de Cuba Occidental. Damos gracias a Dios que a pesar de que esta pobre comunidad campesina parece olvidada por las ¨autoridades¨, no lo está por Dios, siempre privilegiando a los ¨belenes¨ de este mundo. Nosotros intentamos hacerle presente.

Agradecemos a nombre de esta iglesia a la Asociación Nacional de Juristas Evangélicos de Brasil (ANAJURE) que meses atrás divulgó en video imágenes de su empantanado camino de acceso, gracias a ello, hoy a la vista del mundo ( www.goo.gl/eWCD6V ). 

Vistas de celebraciones en la Iglesia Bautista ¨Resurrección¨ de Rosalía

Vistas de celebraciones en la Iglesia Bautista ¨Resurrección¨ de Rosalía

Diapositiva2 Diapositiva3Choca mucho a los pobladores que esta comunidad se encuentre más atrasada que cien años atrás. Por solo citar un ejemplo, entonces tenía ferrocarril, hoy solo un camino empantanado la mayor parte del año, adonde solo entra, cuando puede, como transporte público, un ómnibus solo los lunes, una vez a la semana. Hasta hace algunos años tuvo una pequeña enfermería para pequeños auxilios, hoy ni siquiera eso, y aunque la hubiera no tendría dispuestos médicos o enfermeras pues la mayoría se encuentra de misión en algún otro lugar del mundo, como el propio Brasil, intentando resolver sus problemas económicos personales, y si es posible ¨escapar¨. Hasta la escuelita primaria que se encuentra desde época republicana ha recibido alarmas de desaparecer.

Pero contrario a la penosa involución que sufre el lugar este 13 de febrero celebraremos que al menos algo que cien años atrás no existía ahora está presente para acompañar a los pobladores  en medio de sus tantas carencias: la iglesia para todos. Con un servicio sencillo pero lleno de pasión daremos gloria a Dios por su presencia en Rosalía y recordaremos a pastores que nos precedieron en su vida de misión sentando sus actuales bases, como: Adalberto Cuellar, Esteban Estrada, Jorge Lugo, Ester Hernández, Moisés Robaina, Nilo David Domínguez, Misael Rodríguez e Isaac Zamora. El pastor y médico Víctor Rubén Ocaña será el predicador de lujo invitado esta noche para traer las palabras.

El Pbro. Alberto I. González Muñoz recoge en su libro ¨Y vimos su gloria¨ (Documento histórico de la Convención Bautista de Cuba Occidental 1959-2007; Editorial Bautista, 2007, p. 177) una descripción sencilla de aquella tarde inolvidable hace siete años cuando siendo presidente de la Convención Bautista dejara organizada la iglesia:

¨De allí salimos hasta otro poblado, Rosalía, para organizar otra iglesia que sí había sido una misión por muchos años. El poblado, a la vista del visitante, no posee aparentemente ninguna atracción. El viaje hasta allí nos pareció interminable por terraplenes casi imposibles de transitar. El hermano Erick Fernández, que iba manejando el minibús de la Convención abría grandemente los ojos cada rato y decía:

–          ¡Este es el fin del mundo!

Al llegar nos impresionó el enorme grupo reunido, casi exclusivamente de composición femenina, todas vestidas con sus mejores galas, quienes habían pintado y adornado el pequeño bohío donde se reúnen, con un amor, una dedicación y una exquisitez dignas de elogio y admiración. Todos nos impresionamos por el enorme contraste entre las condiciones imperantes en los alrededores y la inefable felicidad de las hermanas de Rosalía.

Entonces el comentario del chofer cambió totalmente:

–          ¡Cuánto tenemos que aprender de estas hermanas!

Ella estaban disfrutando la organización de su iglesia con un gozo profundamente espiritual. Allí prepararon la historia mejor escrita y más detallada que hemos escuchado del origen de una misión y una iglesia bautista. El programa realizado por estas humildes hermanas fue digno de cualquier iglesia en la mayor ciudad y las respuestas a las preguntas del concilio fueron admirables.

Una y otra vez, en todas las organizaciones vimos las mismas reacciones de euforia y exaltación espiritual de las congregaciones. Al declarárseles ¨iglesia¨ les llenaba una emoción repentina y se felicitaban unos a otros con una alegría tan profunda, que se unían en abrazo interminables llorando de felicidad. ¡Jamás olvidaremos esas reuniones que fueron un verdadero bálsamo espiritual para nuestras vidas! Y una confirmación de que Dios ha estado obrando de una manera muy especial¨.